Algo interesante de esta porción es que nos hace ver la dualidad, por ejemplo entre el Alma y el cuerpo, entre el deseo de recibir ara compartir y el deseo de recibir para nosotros mismos, y una muy importante, la capacidad de hacer restricción versus la inmediatez.
Muchas veces podemos observarnos a nosotros mismos como queremos que las cosas sucedan ya, no nos importa si están las condiciones listas o no, no nos importa si el proceso debe dar lugar a más elementos, queremos todo YA. Ese el es poder del cuerpo, el de no poder esperar, no tener la templanza para dejar las cosas caer en su sitio.
¿Donde ves esto en tu propia vida?
Esau vendió la primogenitura, lo más por lo menos, porque su deseo se manifestó con inmediatez, con el puro corto plazo.
Sabemos por lo que nos enseñan nuestros maestros que hay que permitir a las situaciones madurar, que lo que no eres capaz de dejar ir tampoco puede ser tuyo nunca.
Eso es volverse maduro, poder demorar la satisfacción para que sea más plena.
¿En donde observas que te gana la prisa? ¿En donde observas que "disparas antes de desefundar?" ¿En donde observas que hablas antes de razonar?
Pensemos lo este Shabbat e incorporemos esta capacidad de restringir lo que primero se nos viene en gana hacer, por demorar un poco y realmente lograr más de lo que nos habíamos imaginado por permitir que las cosas se revelen un poco más antes de abalanzarnos a conclusiones o a tratar de atraparlas.
Instala templanza.
Shabbat Shalom
Prana Raquel Pascual
Psicoterapeuta Gestalt | Coach
Basado en clase de Toldot Centtro de Kabbalah 2010
Imagen http://bebe-blog.org/page/97
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