Domingo 20 de marzo de 2016
Estamos y recorriendo la segunda porción del tercer libro de la Biblia, misma que se llama Tzav, Mandamiento
Un mandamiento se vuelve una adoración de ídolos si los hacemos sólo por no sentirnos culpables.
Cualquier cosa que hagas por obligación y por evitar justo este sentimiento de culpa, es una idolatría.
Consideremos lo siguiente, todo el tercer libro de la Biblia llamado Levítico, nos hablará de sacrificios, que como ya establecimos hace unos días, los entenderemos (si queremos) como actos que van contra nuestro ego, pero que hacen que algo sea sagrado para nosotros, es decir santo.
Un esfuerzo genuino por mejorar es santo. Una restricción ante la impulsividad es santa, etimológicamente nos lleva al entendimiento de ser alguien que puede interceder entre lo humano y lo divino.
Hoy especialmente quiero mencionar la rutina, misma que mis Maestros explican que puede volvernos idólatras en este sentido que mencionamos en la espiritualidad, no en la religión, es decir HACER COSAS SIN PROPÓSITO.
Esta es una reflexión importante que debemos hacer, hacer las cosas por culpa o sólo por evitar consecuencias, y /o caer en rutinas sin propósito nos desconecta de poder interceder entre lo humano y lo divino. La acción consciente es la que nos permite tener esa comunicación con lo Alto.
Piensa donde necesitas inyectar un propósito al hacer las cosas, piensa en donde estás estancado en rutinas y rescata esa energía para hacer algo más creativo y lleno de sentido.
Feliz día Comunidad
Prana Raquel Pascual
Psicoterapeuta Gestalt | Coach
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