Sábado, 07 de marzo 2015
El
Midrash de esta semana cuenta la historia de una
familia que hacía el incienso para el Templo Sagrado, y el olor de este
incienso era tan maravilloso ¡Qué iba directo al cielo! El secreto de su receta se mantuvo en la familia de generación en generación, y no se compartió con nadie. Pero al final, la línea de la familia se extinguió, y el secreto se perdió.
Se dice que lo que realmente pertenece a una persona nunca puede ser quitado de esa persona. Lo que es nuestro es nuestro. Pero nosotros no somos los que podemos determinar lo que es nuestro y lo que no lo es. No
sabemos lo que realmente nos pertenece, por eso necesitamos compartir
nuestro dinero, nuestros talentos, nuestro conocimiento, nuestra
espiritualidad, independientemente! Esto no quiere decir que ir por ahi dando todo y quedarnos con nada. En cambio, deberíamos saben que lo que es verdaderamente nuestro se quedarán con nosotros ... incluso si lo compartimos con los demás.
Si la familia que hizo el incienso para el Templo hubiera entendido esto, el Cielo todavía estaría oliendo, ese dulce aroma.
Karen Berg
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Es íncreíble como en esta semana esta es la tercera vez que alguien me dice "lo que es tuyo es tuyo".
Se dice que cuando recibes así un mensaje por diferentes vías, debes prestar atención porque el mensaje, indiscutiblemente es para ti.
Shabbat Shalom Querida Comunidad.
Prana Raquel Pascual
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