Una de las cosas que nos
narra la Biblia que sucedió cuándo el Creador preguntó a Adán qué habían hecho
es que él en lugar de aceptar o de tomar una postura de responsabilidad, lo que
hizo fue echar la culpa de que Eva le había convencido (la famosa tentación).
Nos explican los Maestros
kabbalistas que más que comer del fruto, la salida del Jardín del Edén fue más
resultado de esa falta de asumir su propia responsabilidad que cualquier otra
cosa.
¿Qué nos quiere decir
esto?
Hay muchas veces en la
vida que no vamos a saber que hacer y es factible que nos equivoquemos. Hay
muchas veces que vamos a errar y no es tanto la falla como el no reconocimiento
de ella la que nos hace caer de verdad.
Ayer, hablaba con una
paciente muy querida acerca de la lástima.
¿Has alguna vez sentido
lastima por alguien? Te invito a que re-visites el tema a partir de lo
siguiente:
¿Alguna vez has sentido la
lástima de alguien hacia ti? ¿Qué se siente?
Quizás cuando alguien la
experimenta con mucha constancia, puede empezar a creer que merece algo
especial por su condición y quizás pueda manipular incluso a partir de ello.
Pero piensa en un proceso en el que aún no estés tan habituado, que digan "uy
pobre"…¿Qué pasa con eso?
La lástima es una manifestación de limitación. De
pensar que no hay nada más después de esto, que tu potencial se terminó y que
no hay salida. Si se sigue así por un rato se empieza a actuar con ese tenor y
se empieza a volver una fatal realidad, sin embargo, mientras aún tienes tu
salud mental bien colocada, la lástima es un sentimiento que nos estorba.
Todos podemos ser dignos de alguna piedad o misericordia, claro está, pero lástima es un
límite muy extremo que te hace creer que genuinamente no hay ya ninguna
posibilidad para ti.
No nos hacen un favor con
la lástima, ni hacemos un favor teniéndola…imagínate lo que es ahora estar en
constante lastima por ti mismo. Bloqueo total.
Cada situación en la que
estamos, tiene una semilla de nuestra responsabilidad. Nosotros la cultivamos
de la manera en que sucede aunque a veces perdamos de vista las raíces cuando
ya vemos la copa muy elevada, pero siempre está nuestra mano depositando en la
tierra la semilla inicial y el transcurso del proceso.
Sentir lástima de nosotros
mismos o de otros es negarnos la posibilidad de mantenernos en un lugar en
donde podemos corregir y seguir adelante.
Como Adán. Simplemente si
hubiera asimilado lo que pasó como parte de su proceso de aprendizaje, no
hubiera sentido esa expulsión de la consciencia.
¿Qué podemos hacer hoy
nosotros en nuestro propio proceso? Nos vamos a sentir responsables y ponernos "manos a la obra" o culpables y con la sensación de que ya nada es posible?
Está en tus manos.
Prana Raquel Pascual
Psicoterapeuta Gestalt | Coach
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