viernes, 13 de diciembre de 2019

Hacer las paces con nuestro Presente

Todos vivimos entre la linea de una cierta fantasía que es nuestra interpretación de la vida, otra que denominaremos, la "realidad - real" por llamarla así. 

La primera involucra nuestra psique, nuestros recuerdos como fuimos en ese momento, nuestras circunstancias de allá y entonces, con quien estábamos, cómo nos sentíamos, y que significado y sentido le estábamos encontrando a esa situación.

 A veces pensamos que nuestro recuerdo de cuando teníamos cuatro años es fiel a lo que aconteció, y la verdad es que lo más factible es que ya tenga un montón de información añadida por nuestra interpretación, pero nosotros seguimos sufriendo el trauma como aquel día, más los intereses de la interpretación de los años siguientes con el que hemos alimentado "el dolor".

Y está otra realidad, la realidad-real que involucra la naturaleza, los eventos medibles y cuantificables de acuerdo al método científico, eventos históricos como fueron, el fluir de la naturaleza no como la recordamos, sino como en registros fue, de acuerdo a un cauce del proceso químico y físico etc.

Si somos honestos La Realidad con mayúscula como tal, es lo más incognoscible para nuestra mente humana al natural. No nos es espontáneo entender el Todo.

Pero bueno, hay que aceptar que actuamos de acuerdo a lo que nosotros creemos que ES, de acuerdo a nuestra limitada percepción, pero eso si, con una intensidad y un vigor, que nos puede llevar a odios, tristezas y facturas pendientes permanentes, cuyo motivo ya está perdido en la noche de los tiempos.

Nosotros pensamos en términos absolutos, bueno o malo, y generalmente fallamos porque el Mundo no tiene esa parcialidad, el Mundo ES y el Universo ES, no hay bueno ni malo.

Recordamos de acuerdo a como lo vivimos, emocionalmente hablando.

Con esto quiero mencionar acerca de Jacob e Israel, dos manifestaciones de la misma persona en un nivel de entendimiento totalmente diferente

Esta porción nos habla de eso, de la posibilidad que tenemos de elevarnos de nivel la consciencia espiritual adulta, tratando de abarcar la comprensión más alta de este Mundo LO QUE ES, no la pequeña que nos dicta nuestro EGO.

La pequeña nos sumerge en una comprensión binaria de las cosas; es bueno o es malo, es positivo o es negativo. Y dictamos sentencia irrevocable.

La conciencia espiritual adulta no pasa por esa segmentación tajante sino por el entendimiento que se explica en una de las maneras en las que es llamado Di.os "Soy El que Soy", es decir SOY el fenómeno completo sin interpretación no es ni bueno ni malo sino que ES,  la intencionalidad es perteneciente al mundo humano. 

El mundo interpretativo desde nuestro pequeño niño pensará que las glaciaciones fueron algo malo porque destruyó a los dinosaurios, salvo que si esto no hubiera sucedido y el mundo no hubiera estado en evolución, el ser humano probablemente tampoco hubiera tenido condiciones para existir.

El famoso evento de la bendición y la primogenitura, implicaron años de eventos históricos que los volvieron quienes debían llegar a ser y al paso de los años resulta tan extraño querer matar a alguien con quien compartiste mucho pero mucho más, por un evento realmente nimio...perdón que lo diga así, pero más allá del significado que le demos, así es.

¿Tu como estás al respecto? ¿Te dejas arrastrar por la realidad emocional o tratas de balancear entre ambas? Esto en mucha medida nos dará una consciencia niña o una consciencia adulta, con la que podremos hacer las paces con nuestro presente.

Shabbat Shalom

Prana Raquel Pascual
Coach de Vida y Carrera | Psicoterapeuta
Texto original de Prana Pascual
Imagen https://i.pinimg.com/originals/5b/a4/d8/5ba4d82f2d90b9ca687796ab7409fd05.jpg

miércoles, 11 de diciembre de 2019

Volverte adulto


Esaú no es una persona, sino que significa una consciencia de pequeñez.

Mas importante que el nivel global es entender que siempre habrá un Esaú en nuestra vida, siempre estará ahí, y no es una persona (aunque puede aparecer como tal), es una manera de aproximarse a la realidad. Algo que actuamos desde nuestro interior.

Esaú significa una consciencia de pequeñez, llamada también Katnut (consciencia pequeña o de niño): el individuo no puede ver o entender nada, no importa cuánto le expliques, cuanto le detalles para darle a entender. 

Es una condición en que la persona puede tener su tikún (su corrección) justo enfrente de su vista y no ver nada.

Cuando una persona está en estado de Katnut no puede ver que hay escenarios mejores. Puede haber una realidad maravillosa, pero no se tiene la habilidad de manejarla, ni siquiera de darse cuenta o de ver.


Debemos saber que hay situaciones en nuestra vida en que estamos en consciencia de Katnut pero OJO: hay quienes pertenecen a ese nivel y nunca saldrán de ahí. Esta gente es quien quiere ser grande en batallas. en guerras, en fuerza y ganarán, pero eso es todo lo que pueden obtener. Todo lo que pueden ver es batalla, manipular y mentir.

Es cierto, todos entramos en consciencia pequeña en momentos de la vida, esperamos que cada vez sean los menos.

Una de las cosas que yo más reto en mis sesiones con coachees y pacientes es que se observen, pero que se observen BIEN, con mucho detenimiento ¿Están actuando como niños? ¿Se escuchan como niños incluso en la inflexión de la voz? ¿Sus excusas son infantiles? ¿Su aproximación a las cosas es abrumadora como un niño ante cualquier evento apenas ligeramente mayor a él?

Piénsalo. A veces todos estamos en ese estado de Katnut y nuestro reto es crecer y madurar, actuar como Gadlut, es decir como adultos:  Poner límites, confrontar cuando es necesario, parar una situación en seco si está siendo abusiva, solucionar.

Esta semana Jacob tuvo que solucionar su problema juvenil con Esaú y fue cuando se convirtió en Israel ¿Interesante analogía no crees?

Revísate. Esta es una buena semana para crecer.

Prana Raquel Pascual
Coach de Vida y Carrera | Psicoterapeuta
Basado en clase de Ruth Rosemberg 2010