Recordemos por cual porción estamos transitando: Vayechi, "Y vivió"
En esta porción se nos habla de
la bendición de Efraín (el menor) y Menasche (el primogénito), los hijos de Yosef, y de cómo Yaakov -su abuelo- cruza sus manos al
bendecirlos en la cabeza antes de dejar el mundo físico.
La peculiaridad de esta bendición que Yaakov da a sus nietos en lugar de a su hijo, es que se las imparte con las manos impuestas sobre sus cabezas, pero cruzadas, es decir, la bendición de la derecha la recibió el menor, y el mayor con la izquierda, lo cual es una especie de repetición de la historia de Esaú y el mismo, en que la primogenitura queda a este segundo hijo.
Estos dos niños, nacieron entre las dos naciones, nacieron en el exilio de Israel.
Crecen en el lugar más avocado al 1%
en donde el cuerpo era más importante, con un papá influyente y poderoso,
rodeados de ilusiones. Sin embargo no estaban por debajo de su padre, sino iguales, y hasta por encima de los hijos de los otros hermanos.
Esto para nosotros es una lección para comprender, que no tener, a veces es tan importante como tener.
Recordemos esto: en nuestros términos kabbalistas, todo en lo que no estas cumpliendo tú potencial, es llamado el exilio.
Cuando no estás en un
lugar en que puedas manifestar tu potencial, muchas veces, esa es una fuerza necesaria para
que crezcas, para sacar lo mejor de ti.
Esta bendición se nos muestra para comprender que hay que estar más allá de la circunstancia, por encima de ella, mantener donde quiera que estemos, nuestra consciencia elevada.
No tener ahora, no quiere decir que esto no esté en tu potencia, pero a veces --muchas veces-- como la vid, ser sembrado en terreno arenoso y poco fértil es realmente lo que dará la posibilidad de una uva que produzca el mejor vino.
Feliz semana Comunidad, no dejes de aplicarlo a tu consciencia.
Prana Raquel Pascual
Inspirado en clase de Ruth Rosemberg 2017
Imagen http://www.anajnu.cl/2017/articulos/443/comentario-parasha.html