miércoles, 19 de noviembre de 2025

Los Miserables


¿Te has preguntado alguna vez cómo es que a partir de dos personas de bien como Isaac y Rivka, nació Esaú (Esav), a quien tenemos identificado de manera simplista "el malo de la historia"?

Esaú es descrito como un hombre que inicialmente intentaba transformar lo negativo en positivo. Desde antes de nacer, luchó dentro del vientre de su madre, simbolizando la lucha por hacer de este mundo material un lugar mejor. Es llamado "hombre del campo" y "conocedor de la caza", lo que indica que dominaba no sólo un espacio físico sino también un mundo espiritual de acción y transformación. Sin embargo, a pesar de sus buenas intenciones iniciales, Esaú sucumbió al mal y se convirtió en una figura que representa la materialidad cruda y la inclinación hacia el egoísmo y la violencia.

Espiritualmente, Esaú simboliza la fuerza del mundo físico, la dimensión de la acción y la materialidad, en contraste con Jacob, que representa un camino más espiritual y de pureza. 

En la Kabbalah, esta dualidad simboliza dos enfoques: Jacob busca la bondad en el mundo venidero, mientras que Esaú lucha por transformar el mal en bien en este mundo. Esta lucha interna simboliza la batalla constante entre el bien y el mal dentro de cada persona.

Aunque Esaú parece representar la cara oscura y la fuerza del egoísmo, también se destaca que su raíces en la santidad son altas y que su rectificación es necesaria para la redención completa del mundo.

Desde una perspectiva kabbalística, Esaú no es sólo un villano, sino una fuerza que puede ser transformada. La tensión entre Jacob y Esaú refleja la necesidad de equilibrio entre lo espiritual y lo material, y la integración de ambas dimensiones para lograr la santidad y la redención. La figura de Esaú invita a ver más allá de las apariencias y reconocer el potencial de transformación incluso en las partes más oscuras de la realidad.

Al escribir esto, me vinieron a la mente historias clásicas y potentes como Los Miserables o como El Jorobado de Notre Dame de Victor Hugo, donde los personajes principales no son las princesas o los reyes en sus palacios, sino la gente más necesitada y limitada de nuestra sociedad.

Espiritualmente hablando, la Kabbalah comprende a esas almas como quienes tomaron roles mucho más retadores que van al espectro más bajo y justamente marginal de esta tierra, para elevar las chispas del especto más bajo de la humanidad...

Se que es fácil juzgar pero a veces pienso que como almas, tomaron la peor parte del trabajo..."es un trabajo sucio, pero alguien tiene que llevarlo a cabo".

Desde la perspectiva de la Kabbalah, la gente más marginada ocupa un rol profundamente significativo en el proceso de reparación y elevación espiritual del mundo. Aunque en la superficie parecen estar alejados de la santidad o la justicia, en realidad, su existencia y sufrimiento cumplen una función crucial en la redención colectiva.

La Kabbalah enseña que en cada persona marginada hay una chispa divina, una presencia de la Shejiná (la presencia femenina de Di.os), que busca ser reconectada y restaurada. Por lo tanto, su rol también es el de recordarnos la presencia de la divinidad en todas las formas, incluso en las más excluidas y olvidadas, y motivarnos a actuar con compasión y justicia.

Feliz miércoles Comunidad, espero que esto nos pueda ayudar a balancear nuestra mirada ante las diferencias y los roles del "todo fragmentado" en este mundo, que tiende de buscar nuevamente su unificación.

Prana Raquel Pascual - Psicoterapeuta Gestalt

Imagen clásica de Los Miserables Versión encontrada en: https://acef.cef.es/Los-Miserables

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