Nos cuentan nuestros Maestros que durante el tiempo de los israelitas al estar en el desierto y después del éxodo, el principal alimento que obtuvieron fue el maná del cielo.
¿Cuál era el maná del cielo? Era el alimento que venía del nivel metafísico pero se manifestaba en el nivel físico. Lo que era especial sobre esta comida era que cualquier cosa que los israelitas quisieran degustar en esa comida, era posible. Si querían que fuera un bistec, lo era. Si querían que fuera un vegetal, lo era. Si querían que fuera helado, lo era. Simplemente no parecía tan atractivo como los diferentes alimentos.
Aquellas personas que no tenían certeza de que habría alimento:
1) no sabía si el maná vendría al día siguiente, y
2) pasaron tiempos difíciles incluso para imaginar la comida que querían, ya que no parecía tan
atractivo como la comida que querían en su imaginación; Como resultado, no les resultó tan buena.
Aquellas personas que tenían la fe y tenían la certeza sabían que había comida ilimitada y eran capaces de apreciarlo. Llegaba justo frente de
sus tiendas, era lo que querían, y siempre llegaba en el momento adecuado. No
había miedo en sus corazones, y ni siquiera lo pensaban. Estuvo cuando lo
necesitaban.
Aquellos que tenían el miedo y no la fe y la certeza, estaban siempre
preocupados acerca de si iban a conseguirlo o no conseguirlo ... y entonces
normalmente tenían que luchar e ir mucho más lejos para llegar a él que las
otras personas que tenían certeza.
¿De qué te parece que nos está hablando la Torah?
¿Qué es el maná del cielo para nosotros?
La mayor parte de los miedos que nos consumen no están en la realidad, no acontecen, es mucho más frecuente que sea nuestra mente la que nos tortura con historias tenebrosas del futiro, incluso podemos llegar a crearlas por que el miedo es tan grande que las concretamos tomando decisiones equivocas y erráticas basadas en nuestro deseo de recibir para nosotros mismos y sin restricción. Eso es lo que puede provocar que quieras arrebatar algo, apresurar, amenazar a alguien para obtenerlo. Esa es la fuente del caos.
Pero el maná es y si estás dispuesto a compartir a trabajar, a hacer restricción de tus temores, puedes encontrar siempre una buena puerta.
¿De qué te estoy hablando a ti personalmente? Todos tenemos nuestras fuentes de ansiedad en que nos permitimos naufragar.
Para y observa. Donde eres el que no logra apreciar el maná y por ello lo pierde de vista.
A corregir. Esta es una semana con la energía posible para percibir esto de distinta manera.
Feliz día Comunidad
Prana Raquel Pascual
Psicoterapeuta Gestalt | Coach
Basado en clase del Centro de Kabbalah Internacional Eitan Yardeni 2006
Imagen encontrada en https://palabradediosdiaria.wordpress.com/2012/08/page/3/
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