Es una trampa compararnos con los demás para determinar dónde deberíamos estar en nuestra vida. En lugar de preguntar:
"¿Soy tan sabio/bueno/inteligente/fuerte/gordo/delgado/rico como esa otra persona lo es?", podemos preguntarnos:
"¿Soy tan sabio/bueno/inteligente/fuerte/gordo/delgado/rico como puedo ser?".
Hoy, elimina la fascinación por las personas que te rodean. Deja de comparar, medir y calcular tu valor basándote en tu percepción de lo que los demás son.
Yehuda Berg
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En octubre cumplo cuatro años de haber comenzado mis estudios de Kabbalah y debo decir que desde la clase uno dije "Aquí es". te preguntarás porqué me pasó algo tan contundente.
Desde hacía muchos años yo venía buscando camino, venía buscando al Maestro confiando en esa frase que dice "Cuando el alumno esté listo, aparecerá el Maestro". Yo puedo decir que ya hasta en los deseos de las uvas de cada fin de año, pedía encontrar un Maestro.
Bueno, encontré uno y varios más ja ja. Yo que me preguntaba donde habrían quedado los Esenios, la escuela a la que se dice que perteneció Jesus durante los años que no fue visible, me preguntaba donde habrían quedado.
Sin gran brújula más que seguir cada lectura que podía de Jesús y muchas otras lecturas de metafísica etc. un día alguien me invitó al Centro de Kabbalah y cuando llegué, sentí que había llegado a casa.
Por fin después de tanto andar, había llegado a donde tanto había anhelado, nos sabía que se llamaba así, pero encontré a la gente que hace el trabajo del espíritu en sí mismo y que viven congruentemente para ello.
Debo decir que mi amor por la sabiduría se vio satisfecho de encontrar un lugar completamente profundo, alto y ancho de saber. Me enamoré como menciono de la congruencia con que vi a esas personas afrontar sus vidas, la entrega, el esfuerzo, la incondicionalidad hacia el sistema de la Luz. La claridad que transmiten.
Es el lugar en el que las preguntas finalmente me han sido respondidas y nada es un acto de fe, ni debes creer nada por sistema, sino que debes probarlo, vivirlo. Las preguntas que aún no tiene respuesta es porqué yo aún lo las llego a revelar, pero es una capa que las cubre de mi visión, no un fallo del sistema, sólo es que yo esté lista para poder mirarlas...lo sé porque lo tengo comprobado, nadie vive haciendome proselitismos para que yo me convenza.
Llegué al lugar en el que saben que el Satán nos ronda a todos y nos puede hacer la mala pasada de que pongamos mala cara, hagamos un berrinche, demos una queja y varios lloros y sin embargo, te siguen recibiendo con los brazos abiertos y un beso.
Hoy puedo decir eso y muchas más cosas por las que amo ser de los estudiantes del Centro de Kabbalah, pero lo que fue muy definitivo en que yo me sintiera totalmente convencida de que no habría mejor lugar para mi, fue cuando tuve mi primera reunión con Ariel. No fue una reunión de más allá de 20 minutos, no es que tocamos los grandes temas del misticismo y que me haya hablado del Sefer Yetzirá, de Briah de Atzilut o de algún otro de los muchos términos que nos parecen aún extraños, no. En realidad lo que me dijo sobre lo que yo estaba conversando fue "¿Porqué dedicarás tu vida a algo tan pequeño cuando tienes el potencial para tanto?" Me quedé congelada...¿Con que derecho quería seguir viviendo la versión de mi vida en pequeño?... Di-os mio...!!
No es que yo sea una gigante de algo, pero de pronto me resonó algo que yo sabía, yo sabía que no estaba aprovechando los regalos de Di-os, por miedo o por pereza, o porque quizás la vida no había sido tan clara de pedirme más...y yo de ofrecerle más claro está...
¿Con que derecho puedes vivir una vida menor a la que tiene la altura que Di-os pensó para ti?
La pregunta del potencial fue la que me insertó en este mapa con total fuerza...¿Qué cuentas podrías dar de tener tanto y regresar con tan poco a tu verdadero hogar cuando termine esta jornada?
Veinte minutos y yo salí llorando. Ariel en la reunión estuvo completamente serio, ya al terminar, al ver mis lágrimas, me llevó a que viera un perrito que tenían ahí, no encontraba cómo consolarme, pero sus ángeles ya habían hecho el trabajo, ya no importaba si yo lloraba y me consolaba con la naricita rosada de un perris. La semilla estaba sembrada. Y fue bueno. Lo mejor que me ha pasado en la vida.
Con muchísimo cariño para mi Maestro Ariel.
Prana Pascual
En la foto, mi Maestro Ariel con ese enorme cariño que tiene hacia todos los niños.