Mientras estaba todavía bajo la
influencia de las estrellas(la astrología), Abraham recibió el nombre de Abram sin h.
Después de su transformación
espiritual, cuando dejó de estar gobernado por el hado, la letra aramea hei fue
añadida a su nombre cambiándolo de Abram a Abraham.
Según los sabios, el nombre arameo de
una persona es el código espiritual genético de su alma y el concepto kabbalístico
de alterar el nombre de una persona alfabéticamente puede compararse con la
ciencia de la ingeniería genética en la cual el código genético de una persona
se altera para reducir una predisposición genética a distintas enfermedades y
dolencias. Curiosamente, todo el ADN está estructurado, y por consiguiente
clasificado alfabéticamente en nuestro código genético, está escrito utilizando
cuatro letras químicas A, T, C, G, las letras iniciales de los nucleótidos que
constituyen la cadena del ADN, así pues, igual que nuestros rasgos pueden
cambiarse, si se altera nuestro ADN, los rasgos de Abram cambiaron cuando su
ADN espiritual fue alterado cuando su nombre cambio al de Abraham, la totalidad
de su ser se transformó, cambiando así su destino al transformar los aspectos
negativos de su naturaleza.
Mediante esta herramienta, es posible
elevarse por encima de las influencias cósmicas: eliminamos juicios que pueden
pender sobre nosotros y evolucionamos a niveles más elevados de espiritualidad.
Según la Kabbalah, el concepto de un nombre arameo es extremadamente importante puesto que permite que los rasgos y cualidades asociados con este nombre en particular se transfieren al alma de la persona, este es el motivo por el cual se nos recomienda que demos a nuestros hijos el nombre de grandes figuras de la Biblia, para imbuir los de rasgos nobles de sus homónimos.
Lo contrario es también cierto si un niño recibe el nombre de un familiar que ha experimentado dificultades en la vida con respecto a la salud, las finanzas o el matrimonio, los rasgos espirituales y las deudas kármicas de este familia son frecuentemente transmitidas a ese hijo. En tales casos, se recomienda que cambiamos el nombre del niño para conectarlo con personajes de la Biblia que son vehículos de una energía positiva y poderosa. Si un niño ha recibido el nombre de un familiar que tiene un nombre bíblico pero que también ha experimentado grandes infortunios, es posible cambiar el ADN del nombre que el niño tiene en la actualidad, por ejemplo si el niño recibe el nombre de su desafortunado abuelo David, es posible redirigir el nombre del abuelo al Rey David, el nombre sigue siendo el mismo, pero a través de la meditación y de otras herramientas espirituales el ADN del nombre sustituido por el del rey David.
Shabbat Shalom Comunidad
Prana Raquel Pascual - Psicoterapeuta - Coach
Basado en textos de la explicaciones en la Biblia editada por El centro de Kabbalah Internacional
Imagen http://revistamagna.com.ar/nota/decime-cual-cual-cual-es-tu-nombre