La muerte de Aarón ocurre en esta porción llamada "Jukat" (Números 19:1-22:1), específicamente en el capítulo 20. Aarón era el más amado por la nación. Sus vestiduras fueron transferidas a Eleazar, más sin embargo, él no llenó por completo el lugar de su padre y lo sabemos porque las nubes de gloria que les acompañaban en el camino desaparecieron, ya que estaban por el mérito de Aarón y fue hasta después que regresaron pero sería por mérito de Moisés.
La seguridad que esas nubes les daban -al desaparecer-, dieron la señal a los enemigos de que los israelitas estaban vulnerables para ser atacados, coas que cuando estaban íntegros era imposible.
La pérdida de esa integridad en su protección creó una apertura. El Satán se infiltra en nuestra seguridad cuando estamos débiles y/o distraídos demasiado con lo mundano.
Si no nos damos cuenta de nuestra situación, esa apertura puede proseguir, como sucedió a los israelitas, quienes tuvieron una plaga de serpientes fieras venenosas cuando comenzaron a quejarse de Moisés y de Di.os.
Cuando finalmente los israelitas se arrepintieron e imploraron la ayuda de Moisés, El Creador le dijo que fabricara una serpiente de bronce, misma que protegería a todo aquel que la viera. Tan solo ver a la serpiente creaba una conexión con Di.os e invocaba el poder de la sanación.
La serpiente era y aún es, un símbolo poderoso de la sanación, como lo podemos ver también en la vara de Esculapio, la vara con dos serpientes entrelazadas que es el símbolo de la fraternidad médica.
En la tradición hebrea, la serpiente aparece en el relato del Génesis como el ser que tienta a Eva, provocando la desobediencia y la caída del ser humano.
Aquí, la serpiente es símbolo de tentación, engaño y ruptura con la voluntad divina. Este arquetipo -en esta etapa-, representa tanto la astucia como la capacidad de cuestionar, y ha sido interpretado tanto como símbolo demoníaco como expresión de la naturaleza humana y su deseo de conocimiento.
En el libro de Números la serpiente, que había sido instrumento de juicio, se convierte en canal de sanación y esperanza, recordando la protección y el poder divino ¿Por qué? Porque el acto de mirar la serpiente implica reconocer la herida y, a la vez, abrirse a la posibilidad de transformación y curación.
“La serpiente de bronce se convirtió en un símbolo de sanación y esperanza, recordando a los israelitas la protección y el poder de Dios”.
En este escrito entonces, vemos muchas cosas: la protección está cuando estamos como Aarón actuando como la columna derecha: con misericordia, con bondad, con actos constantes de compartir. Cuando se infiltra la distracción, la negatividad en cualquiera de sus formas, nos vulneramos. Podemos volver a nuestra seguridad cuando logramos reconocer nuestra responsabilidad y ver nuestro fallo y lo que debemos corregir.
Ahora bien, también vemos que lo que fue el agente de desconexión en un momento (la serpiente en el Génesis) , puede ELEVARSE si la reconocemos y transformamos lo que esté desconectado en nosotros-. Como vemos, hasta el máximo símbolo de ruptura puede tener salvación y elevarse volviéndose justamente la versión más positiva de lo que representa.
¿Tú que aprendizaje tomas para tu propio trabajo espiritual captas de esta porción?
Prana Raquel Pascual - Psicoterapeuta Gestalt
Fuentes de inspiración del texto e imagen La biblia editada por El Centro de Kabbalah, Perplexity IA