lunes, 24 de marzo de 2025

Aprender a ser canal


Esta semana estamos recorriendo la porción llamada Pekudei (contabilidad o cuentas de), la última del segundo libro del Pentateuco, es decir del libro Shemot (Libro de Nombres) o Éxodo.

En este "capítulo", la gente trae a Moshé todos los materiales finalizados que se necesitaban para levantar el Tabernáculo y llenarlo con el mobiliario, las decoraciones, los altares y las vestimentas completas.

Aunque ya todo estaba listo, los contenidos y el trabajo hecho, nada podía manifestarse sin la energía de Moshé, quien lo había coordinado todo.

¿Has visto este tipo de situaciones en las que alguien es la clave de algo? Hay mucha gente participando, pero hay alguien que da sentido a todo lo que está aconteciendo?

Él era el canal, el alma más elevada que jamás había vivido, el era lo que se llama "una vasija corregida" y los demás, los que aún estamos en ese proceso podemos apoyarnos de dicha vasija para hacer nuestro propio proceso de corrección. El venía a compartir con este mundo y aún hoy seguimos leyendo y aprendiendo de él. Hay que notar algo: gracias a él estaba pudiendo suceder esta conexión tan importante y sin embargo todos jugaban su parte, es una correlación, tampoco sirve de nada un maestro sin alumnos, o un líder sin gente que le siga y apoye, o un médico sin pacientes, la Luz y la vasija se necesitan mutuamente y normalmente se interconectan a través de un canal.

En esta relación de Luz- Canal- Vasija, Moisés (el canal) veía lo que pasaba, pero no era el juez de los israelitas, era su guía.

Recordemos que Moshé los vio caer en quejas y en tentaciones, en equívocos, pero no era quien les sentenciaba, ni quien les juzgaba, en realidad él solo marcaba el camino, pero su energía era la necesaria para dar vida a este episodio de trabajo espiritual de sus contemporáneos.

¿Cómo participas tú en dar vida y animación a los lugares en los que te encuentras? ¿Participas con tu sola presencia para que las cosas fluyan o aún estás en otra etapa, una en la que aún estás más bien recibiendo indicaciones para poder llegar al siguiente escalón?

Me parece que solo son distintas etapas y no es digno de juzgarse, pero si es importante darse cuenta de qué en cierto punto somos receptores y ser humildes para ello, sin molestias y sin sentirnos humillados: ser un buen alumno o aprendiz, pero cuando ya sabes, cuando ya puedes, ser suficientemente humilde para compartirlo sin mancillar la honra de nadie, simplemente comprensivo(a) de que los otros están en otra parte del proceso y eso es todo.

Aprender a ser vasija o canal, saber identificar en cual rol estamos, saber que ambos son imprescindibles y que ninguno es mejor que otro y que no amerita que se inflame el ego es un punto importante dentro de nuestro camino espiritual.

Feliz lunes Comunidad

Prana Raquel Pascual - Psicoterapeuta Gestalt

Apoyada en La Biblia editada por El Centro de Kabbalah Internacional

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sábado, 22 de marzo de 2025

Ser custodio


El nombre "Vayakhel" de la porción de esta semana, significa "y reunió", destacando el acto de congregar al pueblo. 

Moisés unifica a las tribus de Israel para trabajar juntos en la construcción del Tabernáculo, simbolizando la importancia de la unidad en un mundo fragmentado.

Esta semana se establecen algunas reglas importantes para la convivencia humana, entre ellas la generosidad y la participación preferiblemente voluntaria, ya que se convoca a todo el que quiera para la creación del tabernáculo: telas, oro, plata, pieles. El tabernáculo era mucho más que un artefacto, era la suma de la energía de todos para hacer una comunidad espiritual. 😚

Reflexiono al respecto: este era un pueblo errante en un desierto y sin embargo cuando leemos esto, la historia nos parece decir que eran abundantes aún sin estar establecidos, sin tener tiendas o ciudades fijas: El camino les proveía, la Divina Providencia les aseguraba de sustento, el maná que caía sin falta y sin exceso día a día, el agua les seguía con el manantial que por mérito de Miriam llevaban consigo, y las nubes les daban sombra para no sufrir de los rayos inclementes del Sol. Sus ropas no se desgastaban y se tenían a sí mismos como una gran Comunidad, organizada por funciones de manera armónica.

¿No es un poco una sugerencia de lo poco que se necesita para ser feliz y próspero? No sugiere ideas de carencia o de escasez, sino de una armonía sencilla, simple y colaborativa. No habría nada que envidiar ni un apego que te adhiera o te detenga a nada en particular.

Hace unos días escuché un concepto que me gustó, lo dijo una señora que de momento es dueña de un pequeño castillo en Inglaterra, ella dijo "Soy la custodia por un tiempo de este lugar, y mientras tanto, lo procuraré y lo cuidaré de la mejor manera hasta que sea mi tiempo de ser relevada por alguien más". Si observas, no usó la palabra propietaria, sino que sugiere el carácter transitorio de nuestro paso por esta experiencia terrenal y sus tesoros, distintos a los que suponemos tendrá el mundo espiritual.

Ojo: No quiere decir que no lo compró en el mundo físico, si lo hizo, pero nos habla de esta claridad de que en este mundo no podemos desarrollar apegos tan intensos que nos hagan pensar que en ello se nos va la vida. Las cosas necesarias vienen y hay que apreciarlas y cuidarlas mientras nos son concedidas, y cuando sea el momento que marque el reloj del Cielo, estar dispuestas a soltarlas, agradecidas por lo que fue y no amargarse por lo que ya no será.

¿Tú cómo estás con respecto a los apegos en tu vida? ¿Cómo estás en generosidad y colaboración? Reflexiona. 

Shabbat Shalom

Prana Raquel Pascual - Psicoterapeuta Gestalt

Apoyo en Perplexity IA 

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