Nuestra porción esta semana es Sheminí, y la leemos esta semana en el llamado Shabat Pará.
Shabat Pará es el Shabat de la limpieza que siempre está antes del inicio del nuevo año astrológico y del mes de Aries.
El Creador siempre nos provee el antídoto antes de que el caos nos afecte, y esta semana recibimos la restauración que necesitamos para comenzar el año nuevo con un buen pie.
Sheminí describe la purificación de los israelitas, que era guiada por los sacerdotes, Aharón y sus hijos. Sheminí nos lleva justo al momento después de la ordenación de los sacerdotes y del inicio de su trabajo de sanación. Desafortunadamente, dos de los hijos de Aharón murieron en ese proceso. La purificación y los sacrificios necesitaban un comportamiento muy específico y se relacionaban directamente con el Creador; la energía estaba más allá de lo comprensible.
Al igual que lidiar directamente con el sol, la energía tenía el potencial de provocar un desastre como ocurrió con los hijos de Aharón. Pero Aharón entendió inmediatamente que su gran pérdida era una limpieza y el equilibrio de su propio karma.
Aharón conocía el papel fundamental que él tuvo en la creación del becerro de oro, el ídolo sustituto de Moshé. Él sabía que había minimizado su única protección y Luz al crear este reemplazo de Moshé y el Creador. Sabía que sus hijos le fueron arrebatados a causa de su error. Su gran pérdida era una limpieza necesaria y el equilibrio de la energía kármica que formaba parte del proceso único de Aharón.
Además de ese equilibrio kármico de energía, tenemos Shabat Pará. Shabat Pará significa Shabat de la vaca roja. El Midrash nos dice que la vaca roja era la madre del becerro de oro. ¿Cómo es posible que un animal de sacrificio sagrado haya dado nacimiento a un ídolo de oro? Esto claramente nos muestra que hay una conexión metafísica entre el becerro de oro y la purificación que proporcionaba la vaca roja.
En esta
porción adicional de Shabat Pará, que se lee esta semana junto a Sheminí,
leemos sobre el sacrificio de la vaca roja. Milagrosamente, a través del
sacrificio de la vaca roja se elimina y limpia toda la caída de los israelitas
con el becerro de oro. La historia de Aharón y Shabat Pará nos dan una de las
oportunidades más grandes para la limpieza espiritual, así como un ajuste de la
deuda kármica para todo el año. Estos regalos vienen para purificarnos de
cualquier error que hayamos cometido, lo cual nos renueva y nos prepara para
las bendiciones por venir.
Karen Berg
https://www.kabbalah.com/es/articles/the-cleansing-of-the-soul/