Disciplina en Vinculación, hoy es el día 37 del Omer, Guevurah de Yesod.
He estado leyendo un libro que habla acerca de la teoría de la evolución de Darwin. Algo que se repite en el texto es de la necesidad de co-desarrollo: En un entorno, todo lo que está es ínter-dependiente para desarrollarse.
Parecido a lo que hablábamos de cómo los lobos cambiaron la ruta de los ríos hace unos días, igual, todos vivimos de interdependencias y de desarrollarnos a partir de la relación con otros seres ya sea de nuestra misma especie o de las que nos rodean.
Aterrizando más hacia lo humano, todos estamos conectados a otros seres humanos en nuestra vida diaria, no solo en lo afectivo, sino para todas nuestras actividades: Alguien produce lo que comemos, alguien lo comercializa, alguien lo transporta, con alguien hablamos, somos clientes y somos proveedores.
No hay manera de ser una isla, sin embargo, hay algo que debe existir entre nosotros para que esto funcione: deben haber marcos que regulan las interacciones, reglas, normas, códigos de conducta, civismo, respeto, límites.
La disciplina y la estructura en las relaciones preserva que sea viable, que no sea un total caos que nos lleve a la desaparición de la especie y que no hagamos desaparecer a otras tampoco. A ese grado es la importancia de este atributo.
Aunque como veremos, este aspecto es de los que estamos trabajando ya bastante abajo en el árbol de la vida, vemos que se tuvo que haber instalado todo lo previo para llegar a un nivel de sociedad funcional...pero nos falta como bien sabemos un buen trecho para llegar a un nivel óptimo.
Trabajando en lo individual para llegar a lo social: ¿Qué tanto funcionas con normas claras, límites y respeto en tu vinculación? Tu hacia otros o de otros hacia ti? ¿Abusas o permites abuso? ¿Respetas y compartes? ¿Repartes las posibilidades con equidad? Hay muchas maneras de pulir este atributo entre nosotros.
A trabajar Comunidad
Prana Raquel Pascual
Imagen https://www.diariomasonico.com/efemerides/charles-darwin