Imagínate que te es conferida la responsabilidad de evaluar una situación que será de impacto para todos tus congéneres, para toda tu comunidad. De tu veredicto se definirá si se hace algo, o no, para que todos gocen de los beneficios, todo dependiendo de lo que digas tú.
Imagina que estás en ese lugar de responsabilidad y autoridad, y que cuando ves la situación, notas que es muy buena para todos, pero que para ti tiene un costo a nivel personal, algo que interpretas como una pérdida.
Piensa que en ese momento, tienes un acceso de egoísmo, y te niegas a perder tu privilegio o tu beneficio y entonces haces oídos sordos y niegas el acceso a todos los demás a ese bien, solo porque crees que a ti no te conviene.
Ese tipo de conducta lo vemos a diario en nuestras vidas, desde el que no quiere colaborar con un pago extraordinario por mejoras en su edificio hasta en países donde rige la conveniencia y el capital político.
Esos fueron los espías, los que negaron a los integrantes de Israel a entrar a la Tierra Prometida cuando ya habían llegado ¿Por qué? Porque a ellos no les convenía, porque ya no serían necesarios como líderes de las tribus del desierto.
Esto lo vemos aún en nuestros día, constantemente, gente actuando solo por sus propios intereses.
En la Torah nos cuentan que estas personas que no pudieron ver por el verdadero bien común, finalmente murieron en el desierto.
Lo interesante no es la historia escrita por sí misma, sino la coincidencia de lo que podemos ver o actuar en nuestra propia vida e historia humana, donde con tal de no ceder, podemos actuar por mera conveniencia y egoísmo.
Y así fue como esa generación, no pudo entrar a la tierra "de leche y miel".
Recordemos, en la lectura, Israel no es un lugar terrenal; en el código, Israel se refiere a una representación de una consciencia de amor incondicional y dignidad humana y de el poder de mente sobre materia a la que aspiramos llegar algún día como evolución de este grupo de almas...y sin embargo, aún seguimos deambulando por el desierto de las conveniencias personales.
Reflexionemos.
Prana Raquel Pascual
Coach de Vida y Carrera | Psicoterapeuta Gestalt