Les comparto un fragmento del texto de la semana de Michael Berg acerca de Ki Tavo:
"La porción Qui Tavó trata
acerca de las llamadas maldiciones y bendiciones. Está escrito que, a lo largo
de la historia, cuando se leen las maldiciones —que parecen ser negativas— la
gente no quiere ser llamada a la Torá y recibir la aliyá porque
piensan que, con tan sólo escuchar las maldiciones, estas caerían sobre ellos.
Sin embargo, el gran Kabbalista Rav Yisrael, o el Maguid, de Koznitz siempre
pedía específicamente esa aliyá.
¿Por qué?
Aunque el Zóhar nos dice que dentro de esas maldiciones hay
grandes bendiciones ocultas, Rav Áshlag dijo que la razón por la que Rav
Yisrael de Koznitz pedía la aliyáde
las maldiciones no era porque mientras las leía pensaba: “Oh, me estoy
conectando con las bendiciones que están dentro de estas maldiciones”. Más bien
era porque las entendía en un sentido literal. Las maldiciones son incómodas, y
él las aceptaba como parte de su proceso.
Todo dolor que sentimos tiene solo un propósito: hacer que
reconozcamos que sentir así sea un mínimo dolor es un resultado de nuestro
Deseo de Recibir para Sí Mismo.
Y sólo hay una cosa que podemos hacer con ello:
convertir ese egoísmo completamente en Deseo de Compartir. Mientras no
cambiemos por completo nuestro Deseo de Recibir para Sí Mismo en Deseo de
Compartir, el dolor será una constante.
Así pues, cada vez que sentimos dolor
es por un único propósito: darnos cuenta de que no podemos aferrarnos más a
nuestro ego, debemos soltarlo y transformarlo completamente en Deseo de
Compartir. Esto no es momentáneo, es la realidad de la conciencia del cuerpo y
el egoísmo. A veces solo hay un poco de dolor y aprendemos nuestra lección,
mientras que otras veces empeora… No porque el Creador nos esté castigando,
sino porque nuestra alma dice: “¡Dime en modo claro cuán rápida e intensamente
me tengo que librar de mi ego!”.
No hay otra opción. Podemos orar y estudiar todo el
día, hacer todas las conexiones y ser muy caritativos, pero si nos quedamos con
nuestro Deseo de Recibir para Sí Mismo, habrá dolor; no hace ninguna diferencia
cuán “espirituales” seamos o cuántas acciones espirituales hagamos, porque no
eliminaremos el ego y el dolor de ese modo. Al saber esto, podemos entender que
cuando Rav Yisrael de Koznitz se dirigía a la Torá y decía: “Dame las
maldiciones”, lo que en esencia decía era: “Dame tanto como pueda soportar para
impulsarme al máximo a cambiar”.
Traigo a mi memoria al único familiar (un tío mio) que tengo que es del signo Acuario, como yo. Se relata que cuando era chico y su mamá le iba a dar le típico coscorrón o nalgada de corrección que se usaba en esa época el decía "no mamá, no me pegues, yo entiendo con palabras", y a mi abuelita no le quedaba más que no pegarle.
Yo vivo con ese "mantra" : Yo entiendo si me explicas, yo entiendo con palabras, yo entiendo si reflexiono...no necesito el golpe"...y la verdad si puedo entiendo antes de que me pase el evento...no me lo brinco,pero trato de entender por las buenas y corregir antes de que me den el coscorrón :-)
¿Tu entiendes por las buenas?
Shabbat Shalom
Prana Raquel Pascual
Basado en https://www.michaelberg.net/es/articles/el-camino-no-sentir-dolor