MARTES 7 DE JULIO DE 2009
Nuestras fallas pueden ser observadas fácilmente por otros pero sólo con gran dificultad podemos verlas nosotros mismos. Es por eso que abrazar la crítica y pedir retroalimentación es una verdadera señal de grandeza.
Hoy, mírate desde el punto de vista de alguien más.
Yehuda Berg
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Una vez leí un libro que me gustó mucho. Se llama "El Rey Mendigo y el Secreto de la Felicidad".
Se trata de una historia verdadera de un cuentacuentos que --haciendo honor a su profesión-- te cuenta su biografía en un entramado de narraciones que te muestran su situación en cada uno de los pasajes de su vida.
Sin embargo ¿Porqué me acordé de este libro al leer la afinación de hoy?
Porque el libro empieza contando acerca del Rey Salomón y su reinado en Jerusalem. Un día, el Rey tuvo un sueño con su padre, el Rey David quien se le apareció para decirle que debía ser el constructor de un Gran Templo, pero que este debía ser creado sin uso de ningún utensilio metálico, ya que dicho material es usado también para hacer artefactos bélicos, y por ser este un Templo para la paz, no podían convivir.
Extrañado, Salomón se pregunta como podrá entonces tallar la piedra para hacer los elementos con los que construir el edificio, y es entonces cuando uno de sus consejeros recuerda que hay un demonio, el rey de todos, que había guardado a un gusano que era capaz de roer la piedra.
Salomón emocionado, decide invocar a aquel demonio, confiado de que tenía el anillo que le había dado su padre, ese que tenía en su interior el Nombre Secreto de D-os y que lo protegería de todo. Sus consejeros asustados le decían que no lo hiciera, pero el estaba decidido a erigir el Templo que le había sido encomendado y lo llamó.
Durante siete años Salomón tiene encadenado al demonio, más sin embargo en ese tiempo logra darse cuenta de el gran poder de ilusionismo de ese ser, así que al final del plazo, el rey se le acerca al demonio y le dice "Antes de soltarte, te haré una pregunta, si me la respondes, merecerás ser liberado" Y continuó "Como gran juez que soy, me ha costado muchas veces distinguir la realidad de la ilusión ¿Qué me puedes enseñar sobre el ilusionismo?"
Al preguntar eso el demonio comienza a reirse con carcajadas sonoras al lo que responde "Si te quitas el anillo te contestaré". Salomón había sido grandemente advertido por su padre del gran peligro que corría de quitarselo, de tremendas cosas que podían pasarle en caso de hacerlo. Sus consejeros le suplicaban que no lo hiciera, pero Salomón decidido a saber la respuesta decide quitárselo sólo un instante mientras el demonio le dijera la respuesta. Cual sería su sorpresa que apenas se lo quitó, el demonio se lo arrebató y lo lanzó por una pequeña ventana del castillo, atravesando todo Jerusalem y después dirigiendose hacia los confines del mundo y mientras tanto, Salomon fue tomado por los hombros por aquel ser y fue llevado volando hasta ser depositado en medio de un desierto donde comenzó una larga vida como mendigo.
Muchos años vago como tal sobrevviendo apenas, pasando por penurias, pobreza y humillación. Vagó por el mundo, conoció el hambre, la prisión y el cansancio y después de muchos años, convertido ya en un anciano, consiguió un bote en el que se tranformó en pescador. Así, un día, mientras sostenía el sedal entre sus manos, pescó un tiburón. Al abrirle, se dió cuenta que este tenía muchos peces en su interior y entre ellos uno precioso de color azul. Aún siendo amante de aprender todo, Salomón abrió el pececillo y de pronto en sus entrañas vió algo brillante en su interior...ah sorpresa ¡Su anillo! Se lo puso y de pronto sin explicarse como, de súbito se vió nuevamente en su palacio rodeado de todos sus consejeros que le observaban y del demonio que le veía sonriente "Entonces Rey, ¿No nos vas a contestar la pregunta que te hice? Salomón le dice ¿Cual pregunta? A lo que uno de sus consejeros le reafirma, si Majestad, hace una hora que esperamos su respuesta ¿¡Una hora!? El demonio le dijo si, entonces "¿Habeís aprendido algo del ilusionismo?"
Salomón tardó un poco en contestar pero lentamente asintió: "Si, algo he aprendido, puedes irte" ante lo cual el demonio fue mengüando mengüando hasta tener el tamaño de un pollo y salir sobrevolando el Templo, para no volver a versele jamás.
Salomón volvió a gobernar sobre su reino pero siendo un hombre diferente. Su arrogancia desapareció y sus ansias de grandeza se evaporaron. Desde entonces mostró una sabiduría que desconocía, la sabiduría de su corazón. Supo lo que se siente ser amado, lo que se siente al estar perdido y abandonado sin ningún amigo en el mundo. Supo lo que era tenerlo todo y lo que era no tener nada, pues fue mendigo y fue Rey.
Y colorín colorado, este cuento no se ha terminado. ¿Te animas a preguntar a alguien como te ve para dar señal de tu propia grandeza y aprender algo nuevo el día de hoy? =)
Quizás todo sea una ilusión, pero podemos y debemos aprender de ella, quizás mendigos, quizás Reyes, pero acrecentando la sabiduría de nuestro corazón. =)
¡Feliz martes!
Prana Pascual
Versión libre por razones de espacio de PPascual sobre el libro El Rey Mendigo y El Secreto dela Felicidad de Joel ben Izzy, Ediciones Obelisco. =) es más linda la historia en el libro. No creo que sea bíblica, aunque el personaje si lo es. ; )