Jueves 30 de enero de 2015
El Shabbat de la Canción
Esta semana
celebramos un Shabat muy importante, el cual es llamado en el Centro de
Kabbalah como el Shabat de los 72 Nombres de Dios. Sin embargo, se dice que los
kabbalistas llamaron este Shabat Shirá, el Shabat de la canción.
Ocurrieron unas cuantas cosas muy relevantes durante este Shabat: la revelación
de los 72 Nombres de Dios, el gran
milagro de la División del Mar Rojo, la canción que los israelitas cantaron
después de la división del mar, el maná, la pelea con Amalek (quien representa
nuestra duda y negatividad). De todo lo anterior, parecería que lo menos
importante sería la canción, pero así decidieron los kabbalistas nombrar este
Shabat. ¿Por qué?
El Rav
siempre explicaba que existen dos realidades en todas partes y en todo momento.
Existe la realidad del Árbol del Conocimiento del Bien y del Mal, en la cual
desafortunadamente residimos la mayoría de nosotros. En esta realidad a veces
experimentamos cosas buenas y a veces experimentamos cosas malas. Pero
exactamente al mismo tiempo existe también otro nivel, la verdadera realidad
llamada Etz Jaim, el Árbol de la Vida. La verdadera realidad es que
existe únicamente el bien. Nosotros, con nuestra conciencia reducida, aún
vivimos dentro del campo del Árbol del Conocimiento del Bien y del Mal y sólo
vemos ese mundo.
Al final, el
propósito del trabajo que realizamos es traer al mundo a la conciencia real, la
conciencia del Árbol de la Vida. El trabajo que realizamos y la elevación
espiritual que esperamos alcanzar están enfocados en llevarnos hacia esa
conciencia. Si pudiéramos ver hoy este mundo y ver sólo bondad, ése sería el
fin, ocurriría el Guemar HaTikún, pero debido a que aún juzgamos y a que
no podemos atravesar los velos de la oscuridad del Árbol del Bien y el Mal, no
vemos la realidad del Etz Jaim.
Así que, el
propósito de nuestro trabajo no es convertirnos en personas espirituales.
Realmente es no hacer nada excepto permitirnos tener la conciencia del Árbol de
la Vida, la conciencia de que todo es bueno. Todo el trabajo que hacemos y
todas las conexiones que realizamos son únicamente para prepararnos para poder
tener esa conciencia.
Y esa
conciencia es llamada Shirá, canción. Por supuesto, esta canción no se
refiere simplemente a una buena canción, más bien representa la unidad. En el
Midrash está escrito que cuando los israelitas cantaron en el mar, las palabras
que surgieron no provenían de sus propias mentes. En ese momento, toda la
naturaleza fue unificada como una en esta conciencia. Por ende, la revelación
de los 72 Nombres de Dios y el gran milagro de la División del Mar Rojo no eran
lo importante. La revelación de los 72 Nombres de Dios y la División del Mar
ocurrieron para permitirles a los israelitas tener la conciencia de Etz Jaim.
Piensa en
ello por un momento: la única razón por la cual se revelaron los 72 Nombres de
Dios a Moshé y la única razón para que la División del Mar ocurriese era para
llevar a los israelitas a la conciencia del Árbol de la Vida.
Se dice en
el Midrash que en la canción, los israelitas dijeron: Hashem Yimloj, “el
Creador reinará”, pero si hubieran dicho Hashem Melej, lo cual significa que su
conciencia podía permanecer para siempre, todo habría terminado allí. ¿Qué
quiere decir esto? Los 72 Nombres de Dios fueron revelados a los israelitas, la
División del Mar Rojo ocurrió para ellos y ellos se elevaron al punto en el que
dijeron: “Podemos ver este mundo y tener la conciencia de Etz Jaim.
Creemos dentro de nuestro ser que podemos ver sólo bondad en este mundo”.
Pero incluso en ese momento, ellos aún no creían que ese estado podía
permanecer para siempre, y debido a que dijeron Hashem Yimloj, que
quiere decir esto es increíble y vemos cómo será todo al final, pero aún no
creían que ellos pudiesen traer el fin en ese momento y por ello, ese estado no
permaneció para siempre.
Así que, la primera noción es que
ésta es la razón por la cual los kabbalistas llaman a este Shabat Shirá;
porque el propósito de este Shabat es obtener esa conciencia. No existe ningún
otro Shabat en el año en el cual se revele la conciencia de Bila HaMavet
LaNetsaj, la eliminación de la muerte para siempre. Y no se trata del
trabajo que debemos hacer para despertar esta conciencia, sino que es la
conciencia en sí la que se revela en este Shabat. Esta conciencia de Shirá,
unidad del mundo, y de Etz Jaim se reveló únicamente en este Shabat. Por ello,
el obsequio de este Shabat es conectarnos con esa conciencia y como tal,
es uno de los Shabat de los cuales no puedes realmente hablar y que no puedes
explicar, simplemente tienes que experimentarlo.
Acerca de esta porción, el Zóhar
deja muy en claro que debes ser muy cuidadoso con lo que hablas; incluso en tu
discurso y en tu trabajo espiritual, ya que éste es un Shabat para estar en
silencio. Al igual que los israelitas lo hicieron en aquel entonces, en este
Shabat cada uno de nosotros puede experimentar la conciencia de Etz Jaim. No se
trata de algo que deba entenderse o que deba explicarse, o que pueda obtenerse
a través de la oración y el estudio. Si permanecemos en silencio, como lo dice
el Zóhar, entonces podemos de hecho experimentar este gran obsequio que no
recibimos en ningún otro Shabat. Cada uno de nosotros, en este Shabat, puede al
menos saborear la conciencia del Árbol de la Vida.
Pero también debemos que creer que
podemos conectarnos con ello. Se dice en el Misdrash, y Rashi lo cita, que
después del milagro de la División del Mar Rojo, los israelitas despertaron
dentro de sus corazones un deseo por cantar la canción. Esto quiere decir que
después de ese increíble milagro, ellos tuvieron una decisión que tomar:
“¿Creemos en nosotros mismos para
alcanzar Etz Jaim? Ellos pudieron haber dicho que no, pudieron haber
estado agradecidos con el Creador por el milagro y detenerse allí. Pero no lo
hicieron, porque creían en que podían obtener la conciencia y el nivel de Shirá.
Y por ello, revelaron ese nivel para ellos mismos.
Así que es muy importante que además
de tener un entendimiento de cuál es el obsequio en este Shabat, también
tenemos que creer que nosotros mismos podemos alcanzarlo. Porque puedes tener
la oportunidad de estar agradecido después de un milagro, pero Shirá no
representa el dar gracias. Shirá representa el siguiente paso en el que los
israelitas dijeron: “Creo que yo mismo, justo ahora, puedo llegar a conectar
con Shirá y conectar realmente con la conciencia de Etz Jaim”, y
debido a que creían en que podían hacerlo despertaron la Luz para ellos y para
el mundo. Ellos abrieron las puertas para la Redención Final.
Esta es una
oportunidad increíble en este Shabat: las puertas del Árbol de la vida están
abiertas. No podemos hablar de ello, no podemos ni siquiera pensar en eso…
tenemos que conectarnos con ello. Es un Shabat que no sé si la palabra es
emoción o si es sentimiento, pero está allí, y tenemos que creer realmente que
podemos lograrlo por nosotros mismos. Durante este Shabat, debemos aceptar,
como lo hicieron los israelitas, que podemos elevarnos a nosotros mismos y al
resto del mundo a ese nivel.
Del Midrash
aprendemos que el propósito de Mashiaj y el propósito de nuestra
generación es elevarnos a nosotros mismos y al mundo. Este es el Shabat, el
Shabat Shirá, la porción de Beshalaj, en donde tomamos esa
decisión. Este es el Shabat de elevación de la conciencia para nosotros mismos
y para el mundo. Es una oportunidad increíble que espero todos podamos
realmente aprovechar.
- See more at:
http://www.michaelberg.net/es/articles/el-shabat-de-la-canci%C3%B3n#sthash.oxLk5RVG.dpuf
Michael Berg
http://www.michaelberg.net/es/articles/el-shabat-de-la-canci%C3%B3n
Esta
semana celebramos un Shabat muy importante, el cual es llamado en el
Centro de Kabbalah como el Shabat de los 72 Nombres de Dios. Sin
embargo, se dice que los kabbalistas llamaron este Shabat
Shirá, el Shabat de la canción. Ocurrieron unas cuantas cosas muy relevantes durante este Shabat: la revelación de los
72 Nombres de Dios,
el gran milagro de la División del Mar Rojo, la canción que los
israelitas cantaron después de la división del mar, el maná, la pelea
con Amalek (quien representa nuestra duda y negatividad). De todo lo
anterior, parecería que lo menos importante sería la canción, pero así
decidieron los kabbalistas nombrar este Shabat. ¿Por qué?
El Rav siempre explicaba que existen dos realidades en todas partes y
en todo momento. Existe la realidad del Árbol del Conocimiento del Bien
y del Mal, en la cual desafortunadamente residimos la mayoría de
nosotros. En esta realidad a veces experimentamos cosas buenas y a veces
experimentamos cosas malas. Pero exactamente al mismo tiempo existe
también otro nivel, la verdadera realidad llamada
Etz Jaim, el
Árbol de la Vida. La verdadera realidad es que existe únicamente el
bien. Nosotros, con nuestra conciencia reducida, aún vivimos dentro del
campo del Árbol del Conocimiento del Bien y del Mal y sólo vemos ese
mundo.
Al final, el propósito del trabajo que realizamos es traer al mundo a
la conciencia real, la conciencia del Árbol de la Vida. El trabajo que
realizamos y la elevación espiritual que esperamos alcanzar están
enfocados en llevarnos hacia esa conciencia. Si pudiéramos ver hoy este
mundo y ver sólo bondad, ése sería el fin, ocurriría el
Guemar HaTikún,
pero debido a que aún juzgamos y a que no podemos atravesar los velos
de la oscuridad del Árbol del Bien y el Mal, no vemos la realidad del
Etz Jaim.
Así que, el propósito de nuestro trabajo no es convertirnos en
personas espirituales. Realmente es no hacer nada excepto permitirnos
tener la conciencia del Árbol de la Vida, la conciencia de que todo es
bueno. Todo el trabajo que hacemos y todas las conexiones que realizamos
son únicamente para prepararnos para poder tener esa conciencia.
Y esa conciencia es llamada
Shirá, canción. Por supuesto,
esta canción no se refiere simplemente a una buena canción, más bien
representa la unidad. En el Midrash está escrito que cuando los
israelitas cantaron en el mar, las palabras que surgieron no provenían
de sus propias mentes. En ese momento, toda la naturaleza fue unificada
como una en esta conciencia. Por ende, la revelación de los 72 Nombres
de Dios y el gran milagro de la División del Mar Rojo no eran lo
importante. La revelación de los 72 Nombres de Dios y la División del
Mar ocurrieron para permitirles a los israelitas tener la conciencia de
Etz Jaim.
Piensa en ello por un momento: la única razón
por la cual se revelaron los 72 Nombres de Dios a Moshé y la única razón
para que la División del Mar ocurriese era para llevar a los israelitas
a la conciencia del Árbol de la Vida.
Se dice en el Midrash que en la canción, los israelitas dijeron:
Hashem Yimloj, “el Creador reinará”, pero si hubieran dicho Hashem
Melej, lo cual significa que su conciencia podía permanecer para
siempre, todo habría terminado allí. ¿Qué quiere decir esto? Los 72
Nombres de Dios fueron revelados a los israelitas, la División del Mar
Rojo ocurrió para ellos y ellos se elevaron al punto en el que dijeron:
“Podemos ver este mundo y tener la conciencia de
Etz Jaim.
Creemos dentro de nuestro ser que podemos ver sólo bondad en este
mundo”. Pero incluso en ese momento, ellos aún no creían que ese estado
podía permanecer para siempre, y debido a que dijeron
Hashem Yimloj,
que quiere decir esto es increíble y vemos cómo será todo al final,
pero aún no creían que ellos pudiesen traer el fin en ese momento y por
ello, ese estado no permaneció para siempre.
Así que, la primera noción es que ésta es la razón por la cual los kabbalistas llaman a este Shabat
Shirá;
porque el propósito de este Shabat es obtener esa conciencia. No existe
ningún otro Shabat en el año en el cual se revele la conciencia de
Bila HaMavet LaNetsaj,
la eliminación de la muerte para siempre. Y no se trata del trabajo que
debemos hacer para despertar esta conciencia, sino que es la conciencia
en sí la que se revela en este Shabat. Esta conciencia de
Shirá,
unidad del mundo, y de Etz Jaim se reveló únicamente en este Shabat.
Por ello, el obsequio de este Shabat es conectarnos con esa conciencia
y como tal, es uno de los Shabat de los cuales no puedes realmente
hablar y que no puedes explicar, simplemente tienes que experimentarlo.
Acerca de esta porción, el Zóhar deja muy en claro que debes ser muy
cuidadoso con lo que hablas; incluso en tu discurso y en tu trabajo
espiritual, ya que éste es un Shabat para estar en silencio. Al igual
que los israelitas lo hicieron en aquel entonces, en este Shabat cada
uno de nosotros puede experimentar la conciencia de Etz Jaim. No se
trata de algo que deba entenderse o que deba explicarse, o que pueda
obtenerse a través de la oración y el estudio. Si permanecemos en
silencio, como lo dice el Zóhar, entonces podemos de hecho experimentar
este gran obsequio que no recibimos en ningún otro Shabat. Cada uno de
nosotros, en este Shabat, puede al menos saborear la conciencia del
Árbol de la Vida.
Pero también debemos que creer que podemos conectarnos con ello. Se
dice en el Misdrash, y Rashi lo cita, que después del milagro de la
División del Mar Rojo, los israelitas despertaron dentro de sus
corazones un deseo por cantar la canción. Esto quiere decir que después
de ese increíble milagro, ellos tuvieron una decisión que tomar:
“¿Creemos en nosotros mismos para alcanzar
Etz Jaim? Ellos
pudieron haber dicho que no, pudieron haber estado agradecidos con el
Creador por el milagro y detenerse allí. Pero no lo hicieron, porque
creían en que podían obtener la conciencia y el nivel de
Shirá. Y por ello, revelaron ese nivel para ellos mismos.
Así que es muy importante que además de tener un entendimiento de
cuál es el obsequio en este Shabat, también tenemos que creer que
nosotros mismos podemos alcanzarlo. Porque puedes tener la oportunidad
de estar agradecido después de un milagro, pero
Shirá no
representa el dar gracias. Shirá representa el siguiente paso en el que
los israelitas dijeron: “Creo que yo mismo, justo ahora, puedo llegar a
conectar con
Shirá y conectar realmente con la conciencia de
Etz Jaim”,
y debido a que creían en que podían hacerlo despertaron la Luz para
ellos y para el mundo. Ellos abrieron las puertas para la Redención
Final.
Esta es una oportunidad increíble en este Shabat: las puertas del
Árbol de la vida están abiertas. No podemos hablar de ello, no podemos
ni siquiera pensar en eso… tenemos que conectarnos con ello. Es un
Shabat que no sé si la palabra es emoción o si es sentimiento, pero está
allí, y tenemos que creer realmente que podemos lograrlo por nosotros
mismos. Durante este Shabat, debemos aceptar, como lo hicieron los
israelitas, que podemos elevarnos a nosotros mismos y al resto del mundo
a ese nivel.
Del Midrash aprendemos que el propósito de Mashiaj y el propósito de nuestra generación es elevarnos a nosotros mismos y al mundo. Este es el Shabat, el Shabat Shirá, la porción de Beshalaj,
en donde tomamos esa decisión. Este es el Shabat de elevación de la
conciencia para nosotros mismos y para el mundo. Es una oportunidad
increíble que espero todos podamos realmente aprovechar.
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