MIÉRCOLES, 13 DE OCTUBRE DE 2010
El consejo que le damos a amigos es una gran responsabilidad, una que la mayoría de nosotros tomamos a la ligera. Nuestras palabras de aliento pueden cambiar la vida de alguien, mientras que nuestro juicio y apatía pueden crear un daño severo.
La tarea más importante del día de hoy es trabajar en ser un mejor amigo. ¿Estás escuchando o estás adelantándote a las conclusiones? ¿Hay alguna agenda enredada en tu consejo?
Yehuda Berg
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Lo que puedo decir, es que te vuelves un amigo diferente "Antes y después de Kabbalah", te das cuenta que ser amigo es una feliz responsabilidad. Ya no lanzas opiniones y comentarios a la ligera porque ahora comprendes que cada uno de los seres tiene un proceso propio y puedes empatizar más con sus retos.
Ahora nos damos cuenta que estás para acompañarte y ayudarte y te das cuenta del peso de tus palabras, la alianza se vuelven mayor y no puedes actuar ya sin incondicionalidad cuando has encontrado la bendición de amigos ciertos.
Hace poco leía un cuentito del Tíbet, se llama "El forense"
En el Techo del Mundo o sea en el Tíbet, un peregrino con motivo de una larga peregrinación a uno de los santuarios más sagrados, encontró tres cráneos. La noticia se extendió por todas partes y llegó hasta el rey. Los tres cráneos se habían encontrado juntos y nadie sabía su procedencia. El rey sintió gran curiosidad por el suceso y ordenó que le trajeran los cráneos. Los colocó ante sí, los observó y se preguntó: "¿A quienes pertenecerían estos cráneos? ¿Qué clase de personas serían sus propietarios? Y quedó pensativo y se dijo "Me gustaría saber cual de las tres personas era la más bondadosa".
El monarca es un hombre joven que valoraba la benevolencia en los seres humanos. Aquellos cráneos le intrigaban ¿Cómo investigar algo sobre ellos? Entonces le hablaron a un lama- médico forense.
Hacedelo venir -ordenó el rey- Quiero ver a este lama médico lo antes posible.
Unos días después, procedente de su monasterio en remotas tierras del País de las Nieves, llegó el lama-médico.
Tengo conocimiento de que tu eres no sólo un piadoso lama, sino un gran forense. No te voy a entregar una tarea fácil, pero confío en ti. Mira estos tres cráneos. Los encontró un peregrino en una de sus peregrinaciones. Estaban juntos y no he podido dejar de preguntarme cual de ellos pertenecía a la mejor persona de los tres. ¿Podrías averiguarlo?
- Necesito unos días majestad -dijo el lama serenamente- En ese tiempo espero poder traeros una respuesta que os satisfaga.
-También lo espero yo- concluyó el rey.
El lama médico se llevó los cráneos con él. Durante unos días se encerró en la celda de un monasterio a investigar minuciosamente sobre los mismos. En principio no era una tarea sencilla.
Unos días después, el lama médico acudió a visitar al monarca. El rey no podía disimular su impaciencia.
- ¿Has descubierto algo? - se apresuró a preguntar
- Si señor, tengo la respuesta.
Colocó los tres cráneos sobre una mesa y señaló uno de ellos.
- Este seguro, era el cráneo de una persona bondadosa.
- ¿Seguro? - preguntó escéptico el rey- Quiero una explicación convincente.
El lama médico se expresó así:
- Cogí uno de los cráneos y pasé un alambre por uno de los oídos y observé que el alambre salía directamente por el otro lado del oído. sin duda se trataba de una persona a la que lo escuchado a los demás le entraba por un oído y le salía por el otro.
El médico retiró ese cráneo y añadió.
- Mirad majestad, este es otro cráneo. Lo investigué a fondo. Introduje un alambre por el oído y el mismo salió directamente por la boca. Era el cráneo de una persona que, indiscretamente, contaba en el acto todo lo que había escuchado.
El monarca no pudo reprimir la risa. Luego se puso serio y dijo:
- ¿Y el tercer cráneo?
El lama -médico tomó entre sus manos el tercer cráneo y añadió:
- Señor este cráneo es el que pertenecía a la persona más bondadosa -¿Por qué? Os los explicaré. Recurrí de nuevo a la prueba del alambre.
Inserté el alambre por uno de los oídos y este apareció por el corazón. Así se evidencia que esta es la persona que escuchaba con amor a los demás y sabía guardar sus secretos. No era solamente la más bondadosa, sino también la más sabia y prudente.
El monarca, muy complacido, dijo:
Si eres tan buen lama como forense, no dudo que alcanzarás la iluminación.
El lama médico no quiso ninguna recompensa. En una humilde mulilla regresó a su monasterio.
El sabio declara:
La bondad impregna pensamientos, palabras y obras.
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Ya salió el noveno minero. Faltan 24.
Por cierto mi Maestro Ariel es chileno ¿Te lo había contado?
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Los dejo por hoy...¿Tu eres buen amigo? =)
Muchos saludos
Prana Pascual
Cuento extraído de Cuentos espirituales del Tíbet
Ramiro A. Calle, Editorial Sirio
(Muy recomendable)
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