En una hermosa sección del Zóhar está escrita una cosa
maravillosa. En el tiempo del Becerro de Oro, cuando Moshé fue a la cima del
Monte Sinaí para recibir la Luz de la Torá, Aharón se quedó abajo con los
israelitas.
Sabemos que ellos tuvieron miedo de que Moshé no regresara y le
dijeron a Aharón que querían hacer el Becerro de Oro. Aharón pensó que si les
decía que no, lo asesinarían, por eso les dijo que fueran a reunir oro con la
esperanza de retrasarlos. Pensó que les tomaría tanto tiempo que, para el momento
en el que regresaran, Moshé estaría de regreso. Sin embargo, como ya sabemos,
eso no ocurrió.
Cuando regresaron con el oro, Aharón les pidió el oro y les
dijo que él comenzaría el proceso, con la esperanza, otra vez, de retrasarlos
un poco más para que Moshé tuviese suficiente tiempo para descender. Pero
también sabemos que eso no pasó.
En
el Zóhar, cuando se dice que Aharón tomó el oro en sus manos, Rav Shimón bar
Yojái comienza a llorar; cada vez que Rav Shimón llora en el Zóhar se trata de
un momento poderoso. Él habla de Aharón, dice que Aharón era un alma elevada y
que cuando sus manos tocaron el oro ellas le infundieron Luz al oro. Por lo
tanto, el Becerro de Oro no se habría manifestado si Aharón no hubiese
sostenido el oro con sus manos. Por ejemplo, si les hubiese dicho que pusieran
el oro en el piso, no habría recibido Luz ni se habría convertido en el Becerro
de Oro.
Pero como Aharón tuvo el oro en sus manos, Rav Shimón dice en llanto
que Aharón les permitió a los israelitas realizar el Becerro de Oro y que,
cuando éste fue terminado, desapareció la Luz de Inmortalidad para ellos. El
Zóhar nos dice que a partir de ese momento, sin importar hacia donde mirara,
Aharón veía un Becerro de Oro; nunca pudo olvidarlo y siempre intentó
purificarse y elevarse desde ese suceso.
En esta porción, Shemini, Aharón es elegido para ser el Gran Sacerdote, ser el quien hiciera el sacrificio en el tabernáculo y el que hiciera descender la Luz para descansar ahí, para lo cual el por recordar ese error en el que cayó no se sentía el adecuado.
Hay un concepto que dice que la Luz del Creador protege a
quienes se elevan a partir de los errores y las caídas. Pero si ese es el caso,
¿por qué el Creador permitió que Aharón tomara el oro y cayera? Los kabbalistas
nos dicen que Aharón necesitaba tomar el oro porque tenía que estar en pedazos.
La única manera en la que podía llegar a ese estado era cometiendo ese error.
Por lo tanto, este error no fue realmente una caída; fue lo que lo preparó para
ser el Sumo Sacerdote. Fue lo que lo preparó para traer la gran Luz de alegría
a este mundo. Moshé le dijo: “Este ha sido un proceso perfecto para ti, Aharón.
Esa caída te preparó para este trabajo”.
Así que en esas ocasiones en que sentimos que a nosotros no nos corresponde la felicidad o la plenitud porque en algún momento o en varios hemos mordido el polvo, quizás debamos de ser más misericordiosos con nosotros mismos.
La verdad es que no se nace sabio, eso se va generando a partir de caer...y levantarse con una consciencia más elevada, así que tal vez ser demasiado implacable contigo mismo(a) puede no solo no ser justo para contigo mismo, sino que además, puede estar privando al mundo de los bienes que ahora si puedes comprender para dar en todo su esplendor.
No te pierdas de la lección pero Perdónate. Eres un ser en desarrollo.
Feliz lunes Comunidad
Prana Raquel Pascual
en itálicas: texto de Michael Berg
https://www.michaelberg.net/es/articles/nuestros-errores-son-perfectos
Imagen https://www.sensovida.com/2017/07/12/5-consejos-para-evitar-caidas-en-adultos-mayores/