Hay alguien en el Centro de Kabbalah a quien yo reconozco como un verdadero canal para mi, se llama Ruth Rosemberg y ella no me conoce, quizás nos hayamos visto algún día en un pasillo en algún evento del Centro, pero claramente mi nombre no le diría nada, pero a mi el de ella me dice muchísimas cosas que yo no he encontrado a nadie más que me logre decir y hacer resonar.
Y así es, cada quien tenemos nuestros canales a quienes escuchamos y tenemos a quienes no, y a su vez, tenemos quien nos escucha, y quien no lo hace y probablemente no lo hará, así es la cosa.
Hay a quien vemos y reconocemos, hay a quien ni vemos ni reconocemos y dicho sea de paso, quien ni nos ve ni nos reconoce, aunque tengamos la mejor intención del Planeta de ayudar.
Podemos frustrarnos o podemos entristecernos, pero la verdad es que es más útil entenderlo rápido y bien y tomar la siguiente acción cualesquiera que esta sea: Aceptarlo como es, Cambiar algo en nuestra actitud o de las circunstancias si esto nos es posible, o Dejarlo, ya lo comentábamos con la frase de Ekchart Tolle en esta misma semana. No se puede rogar por ayudar a nadie, ni se puede rogar por la ayuda de nadie, o generas afinidad o no hay identificación que abra la puerta.
Dice Ruth en esta clase, algo que me me hace mucho eco. Nos cuenta que en esta semana, Moises ruega al Creador que le deje entrar a Israel. 515 Veces y el Creador no se inmuta, hace total indiferencia ante ese rezo.
Aquí Ruth dice algo muy interesante. Ciertamente el poder de la oración es a veces lo único que puede abrir una puerta, sin embargo aclara algo: Rogar NO es parte de nuestro trabajo espiritual.
Lo voy a repetir: rogar no es parte de nuestro trabajo espiritual.
Poner nuestra voluntad, nuestro esfuerzo, despertar en nosotros un enorme deseo si, pero rogar no es algo que tenga especial lugar en algún punto de nuestra vida espiritual. Lo que si está en nuestro camino espiritual es hacer las acciones que nos corresponden para transformar. Repito: Hacer acciones de transformación, no llorar amargamente en nuestro sillón ni conmiserarnos por nuestra mala fortuna o "lo mala que es la vida con nosotros" o "es que sufrí tanto en mi pasado". Tomar acción. Incluso podrías no rezar pero si haces la acción adecuada con la consciencia correcta, el Creador puede hacer algo por ti, antes quizás no estás usando la llave adecuada.
No quiero que se mal entienda el poder de la oración ES enorme. Especialmente el poder que tiene para abrir puertas para otros, pero la posición inválida (ojo, inválida en el sentido de valor y en sentido de no poderte valer por ti mismo) es creer que nada está en nuestro poder. Esa no es una buena opción.
Hay muchas razones más profundas de la petición de Moisés, tampoco pensemos que fue del todo irrazonable o que no hay una lección más profunda en lo que hizo, pero si adquiramos esta noción, La espiritualidad no es equivalente a rezar: es equivalente a actuar con una consciencia diferente que te empodera.
Para terminar, no puedo dejar de decir esto: las personas que se victimizan pueden de primera instancia ganar muchas cosas a partir de la lástima de otros...pero también adquieren costos impresionantes especialmente de debilitarse a si mismo antes su propia consideración. En minimizar su poder personal y su certeza en que son fuertes. Eso es perder mucho más que ganar.
Lo dejo a su reflexión. Y a su posterior acción si así lo desean claro está.
Feliz día Comunidad
Prana Raquel Pascual
Psicoterapeuta Gestalt | Coach
Basado en clase de Ruth Rosemberg Centro de Kabbalah Internacional.