Sábado 1 Marzo 2014
Aprender a ser proactivo es uno de los más grandes caminos hacia la paz interior.
También lo es saber que algunas veces las acciones más proactivas son no tomar acción en lo absoluto.
Yehuda Berg
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Alguna vez cuando iba en la preparatoria, tuve que preparar una clase para la clase de Ética (que dicho sea de paso, me encantaba). Mi tema fue Sócrates y la creación de la mayéutica, método inductivo con la cual lograba que sus alumnos resolvieran los problemas que se
planteaban por medio de hábiles preguntas cuya lógica iluminaba el
entendimiento.
La sabiduría de Sócrates no consiste en la simple acumulación de
conocimientos, sino en revisar los conocimientos que se tienen y a
partir de ahí construir conocimientos más sólidos.
El sostenía un gran ejemplo de unidad entre la teoría y la conducta, entre pensamiento y acción.
El tuvo la característica de no haber escrito su obra ya que el creía firmemente en que cada persona debía desarrollar sus propias ideas y a ello dedicó su vida, a generar la las personas hicieran esa construcción.
Es también muy conocido el hecho de que Sócrates ya de 70 años, fue sentenciado a muerte por el gobierno griego, acusado por no reconocer a los dioses atenienses y por "corromper a la juventud", así que, de acuerdo a los escritos de su discípulo Paltón, sabemos que aceptó serenamente la condena a beber cicuta y dar fin a su vida por propia mano.
De acuerdo nuevamente a lo escrito por Platón en la Apología, sabemos que Sócrates hubiera podido eludir la condena por los amigos con los que aún contaba, pero el prefirió acatarla y morir...
¿Por qué? Por que era una culminación acorde a su propia forma de pensar, a su propia forma de haber vivido y haber buscado siempre la búsqueda de la virtud... haberse escapado hubiera traicionado la obra de una vida.
Ahí en mi joven mente de aquel entonces, pude observar que no huir había sido realmente su coronación. "No hacer" validaba todas sus convicciones.
Contrario a ese momento, contrasté en la clase con un caso que sé que es dudoso en su veracidad histórica, pero que en ese momento me pareció muy interesante de paralelizar, y era el caso de Galileo --padre de la astronomía moderna-- y el famoso y aún no se si cierto momento en que después de afirmar gracias a sus estudios científicos que le llevaron a construir su teoría heliocéntrica, en la que el Sol no giraba alrededor de la Tierra, sino todo lo contrario, lo cual violentaba a la creencia religiosa (El Santo Oficio) de que todo giraba en torno a la Tierra...y que esto podía causarle no solo prisión sino muerte...Galileo era un científico que hizo todo lo posible por defender con sus pruebas correspondientes ante un tribunal que quería "atraparlo" así que el...contrariamente a Sócrates-- decide abjurar de sus ideas y salvar la vida...y parece que no en ese momento sino en otro pero al respecto, dice la famosa frase "Y sin embargo...se mueve", que muestra que a pesar de haber declarado así, el tenía la plena certeza de lo que había descubierto por medios científicos.
Contrastar ambos ejemplos me dió una claridad de que no hay una sola manera de enfrentar las cosas, y sin embargo si hay las que son más acordes a los que son nuestras convicciones y al efecto y poder que a fin de cuentas podemos demostrar. A veces es "hacer"....pero a veces el mensaje es más fuerta el "no hacer", aún en una circunstancia como esta.
Hacer esta comparativa a la edad de 17 años creo que fue muy decisivo para el resto de mi vida por lo que me reveló en cuanto a "la variabilidad del Bien".
A veces es más poderoso no hacer, que hacer...pero está la sabiduría de por medio para reconocer la diferencia. ;-)
Y recuerdo ese momento con alegría. =)
Feliz sábado Querida Comunidad. Shabbat Shalom. La última porción del Libro Shemot. La siguiente semana entraremos a otra fase de nuestro proceso.
Prana Raquel Pascual
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Imagen Galileo / Jestus Sustermans
Imagen Platón Escultura griega
