Domingo, 25 de agosto de 2013
Tan
importante como es para nosotros aprender cómo dar incondicionalmente, también
es importante que permitamos que otros nos den. Después de todo, una persona
que rehúsa recibir apoyo, amor, sabiduría o cuidado puede detener el flujo de
energía positiva tanto como alguien que no quiere darla.
Permanece abierto para recibir de otros, ya sea un cumplido o un consejo amistoso.
Saber cuándo dar y cuándo recibir es parte de crear un estilo de vida más equilibrado y lleno de energía.
*Para más información sobre este tema, escucha la clase gratuita del día de hoy en la siguiente dirección: http://www.mentorschannel.com/bestsellers/landingpage.aspx?bookid=187
Permanece abierto para recibir de otros, ya sea un cumplido o un consejo amistoso.
Saber cuándo dar y cuándo recibir es parte de crear un estilo de vida más equilibrado y lleno de energía.
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Yehuda Berg
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Elul 2013
Domingo 25
de agosto
Hoy, purifica tu espacio personal y tu vida privada poniendo mucha atención en la gente con la
que te rodeas y los sitios que frecuentas. Puede que necesites reevaluar a quien dejas entrar
en tu vida.
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Capítulo 21
Deja de tomar de los demás
¿Descubriste ya el legado que esperas dejar para otros?
¿Qué tal se siente conocer el camino que vas a tomar?
Tu camino y tu legado se volverán cada vez más claros conforme te muevas a lo largo de la jornada espiritual. Sabemos que venimos aquí con un propósito específico, no solamente recibir plenitud, pero también para compartir, para conectar con la gente del mundo tal como lo hace la Luz.
Parte del capítulo previo fue acerca de entender la naturaleza de la vasija, que es inherente al deseo de recibir. Tenemos libre albedrío, tenemos que hacer elecciones de si queremos ser una vasija pasiva que sólo recibe, o si queremos volvernos una vasija pro activa, añadiendo la cualidad y atributo de compartir.
¿Qué sucede cuando no cambiamos nuestra naturaleza? Nos estancamos en un modo de recibir constante.
Regresando el capítulo 17, tuvimos un ejercicio específico para hacerlo lo opuesto nuestra naturaleza. Si estás estancado en un patrón de ser flojo, desidioso, el trabajo es levantarte temprano en la mañana y hacer de inmediato tus deberes. Ahora vamos hablar acerca de lo que sucede cuando no haces ningún cambio, cuando te quedas estancado como una vasija que solamente recibe.
El pasto no siempre es verde
Dañamos --no solo nosotros mismos-- pero a todos los demás alrededor cuando no dejamos de tomar de los otros. Cuando tomamos de los otros algo que no nos pertenece, estamos robando. En otras palabras nosotros estamos robando la Luz de otras personas. En Kabbalah nosotros llamamos esto "mal de ojo". Cuando vemos a otros y queremos lo que ellos tienen, sin hacer nada de trabajo para conseguirlo. Cuando no nos tomamos el esfuerzo necesario para conseguir el Ferrari, o el cuerpo saludable y solamente queremos el resultado final.
Energéticamente, cuando nosotros queremos algo, tomamos algo de esa Luz. Cuando tomamos Luz de esta manera, la otra persona se vacía en una parte de su Luz. Es una de esas reglas cósmicas, que cuando tenemos celos, estamos tomando parte de la Luz de alguien más. Queremos tomar una pieza de la vida de alguien más de su proceso, y lo ponemos en nuestro rompecabezas, no sabiendo si cabe en nuestra película completa o no. ¿Y sabes qué? Si estamos usando las piezas del rompecabezas de alguien más para el propio, no va a caber. Sin mencionar que estamos destruyendo el rompecabezas de la otra persona. Nadie se beneficia.
Si nosotros realmente estuviéramos satisfechos, si tuviéramos una vida con significado, con propósito, dirección y foco, si tuviéramos abundancia y felicidad, no tendríamos porque tomar de otros. No querríamos los cuerpos que otros tienen, su casa, su auto, sus socios, o su dinero. No necesitaríamos esas cosas para ser felices. La idea de que tenemos una carencia nuestras vidas, de que algo está faltando, lo que causa la envidia hacia otras personas. No es que eso nos haga malvados, No nos hace personas terribles. Pero aunque estemos conscientes o no, en cierta manera estamos tomando energía de la otra persona.
Por ejemplo imagina que estás invitada a la boda de tu mejor amiga que se está casando con un hombre maravilloso. Por supuesto estás feliz por ella, pero no puedes evitar sentir un poco de envidia. Empiezas a pensar ¿Y qué hay con respecto a mi? ¿Que nunca encontraré a alguien? “Yo también cuento con cosas maravillosas por ofrecer”. Esto puede ser peligroso porque podemos encontrarnos a nosotros mismos queriendo algo de la experiencia de nuestra amiga, aun cuando lo reconozcamos o no lo reconozcamos. Afortunadamente una manera muy simple en que podemos transformar este juicio: sentirnos realmente felices por la otra persona.
Mi madre siempre cuenta una historia acerca del diamante Plotkin. Cualquiera que salía con el señor Plotkin, tenía que usar ese enorme diamante de 50 kilates. Para al tratar al señor Plotkin, veías que era una persona molesta y repugnante. Algunas mujeres podrían decir "¡Wow! ¡Quisiera poder tener ese diamante!”. Pero si veías la película completa, verías que la persona usando el diamante, tendría que vivir este insufrible hombre. Sabiendo esto, nadie querría usarlo para sí mismo no importa cuán grande fuera ese diamante.
A veces envidiamos lo que otros tienen pero además nos vemos menos a nosotros mismos. Suena paradójico, pero sucede. Envidiamos y criticamos por nuestro propio auto juicio. Tendemos a hacer nuestro propio “peor enemigo”. Por qué no nos permitimos a nosotros mismos la experiencia de la bondad de nuestras vidas, nunca nos sentimos adecuados. Ponemos a otros debajo de nuestro propio nivel en el proceso porque temporalmente nos hace sentir mejor. Es una cualidad de Capricornio el perseguir las alturas y nunca sentir que se ha hecho lo suficiente. Como resultado, nunca están abiertos a la energía de abundancia. Podemos está trabajando fuerte, pero sentimos poca plenitud desde nuestro trabajo.
Para ayudar a entender de dónde viene nuestro juicio, hay una historia acerca de un Reino donde todo mundo tiene un problema. Nadie estaba satisfecho, así que el Rey vino con una brillante idea. Le dijo a sus fieles seguidores a ir hacia el centro del pueblo y traer con ellos una lista de todas las posesiones y todo lo que era bueno acerca de sus vidas. Por el otro lado en un papel, tenían que escribir una lista de todo lo que les hacía falta y todo lo que era malo. El rey les dijo que podrían intercambiar cartas con cualquiera que quisieran, pero no podrían tomar sólo lo que se había listado bueno, tenían que tomar algo del otro lado. Tendrían que tomar ambos.
Deja de tomar de los demás
¿Descubriste ya el legado que esperas dejar para otros?
¿Qué tal se siente conocer el camino que vas a tomar?
Tu camino y tu legado se volverán cada vez más claros conforme te muevas a lo largo de la jornada espiritual. Sabemos que venimos aquí con un propósito específico, no solamente recibir plenitud, pero también para compartir, para conectar con la gente del mundo tal como lo hace la Luz.
Parte del capítulo previo fue acerca de entender la naturaleza de la vasija, que es inherente al deseo de recibir. Tenemos libre albedrío, tenemos que hacer elecciones de si queremos ser una vasija pasiva que sólo recibe, o si queremos volvernos una vasija pro activa, añadiendo la cualidad y atributo de compartir.
¿Qué sucede cuando no cambiamos nuestra naturaleza? Nos estancamos en un modo de recibir constante.
Regresando el capítulo 17, tuvimos un ejercicio específico para hacerlo lo opuesto nuestra naturaleza. Si estás estancado en un patrón de ser flojo, desidioso, el trabajo es levantarte temprano en la mañana y hacer de inmediato tus deberes. Ahora vamos hablar acerca de lo que sucede cuando no haces ningún cambio, cuando te quedas estancado como una vasija que solamente recibe.
El pasto no siempre es verde
Dañamos --no solo nosotros mismos-- pero a todos los demás alrededor cuando no dejamos de tomar de los otros. Cuando tomamos de los otros algo que no nos pertenece, estamos robando. En otras palabras nosotros estamos robando la Luz de otras personas. En Kabbalah nosotros llamamos esto "mal de ojo". Cuando vemos a otros y queremos lo que ellos tienen, sin hacer nada de trabajo para conseguirlo. Cuando no nos tomamos el esfuerzo necesario para conseguir el Ferrari, o el cuerpo saludable y solamente queremos el resultado final.
Energéticamente, cuando nosotros queremos algo, tomamos algo de esa Luz. Cuando tomamos Luz de esta manera, la otra persona se vacía en una parte de su Luz. Es una de esas reglas cósmicas, que cuando tenemos celos, estamos tomando parte de la Luz de alguien más. Queremos tomar una pieza de la vida de alguien más de su proceso, y lo ponemos en nuestro rompecabezas, no sabiendo si cabe en nuestra película completa o no. ¿Y sabes qué? Si estamos usando las piezas del rompecabezas de alguien más para el propio, no va a caber. Sin mencionar que estamos destruyendo el rompecabezas de la otra persona. Nadie se beneficia.
Si nosotros realmente estuviéramos satisfechos, si tuviéramos una vida con significado, con propósito, dirección y foco, si tuviéramos abundancia y felicidad, no tendríamos porque tomar de otros. No querríamos los cuerpos que otros tienen, su casa, su auto, sus socios, o su dinero. No necesitaríamos esas cosas para ser felices. La idea de que tenemos una carencia nuestras vidas, de que algo está faltando, lo que causa la envidia hacia otras personas. No es que eso nos haga malvados, No nos hace personas terribles. Pero aunque estemos conscientes o no, en cierta manera estamos tomando energía de la otra persona.
Por ejemplo imagina que estás invitada a la boda de tu mejor amiga que se está casando con un hombre maravilloso. Por supuesto estás feliz por ella, pero no puedes evitar sentir un poco de envidia. Empiezas a pensar ¿Y qué hay con respecto a mi? ¿Que nunca encontraré a alguien? “Yo también cuento con cosas maravillosas por ofrecer”. Esto puede ser peligroso porque podemos encontrarnos a nosotros mismos queriendo algo de la experiencia de nuestra amiga, aun cuando lo reconozcamos o no lo reconozcamos. Afortunadamente una manera muy simple en que podemos transformar este juicio: sentirnos realmente felices por la otra persona.
Mi madre siempre cuenta una historia acerca del diamante Plotkin. Cualquiera que salía con el señor Plotkin, tenía que usar ese enorme diamante de 50 kilates. Para al tratar al señor Plotkin, veías que era una persona molesta y repugnante. Algunas mujeres podrían decir "¡Wow! ¡Quisiera poder tener ese diamante!”. Pero si veías la película completa, verías que la persona usando el diamante, tendría que vivir este insufrible hombre. Sabiendo esto, nadie querría usarlo para sí mismo no importa cuán grande fuera ese diamante.
A veces envidiamos lo que otros tienen pero además nos vemos menos a nosotros mismos. Suena paradójico, pero sucede. Envidiamos y criticamos por nuestro propio auto juicio. Tendemos a hacer nuestro propio “peor enemigo”. Por qué no nos permitimos a nosotros mismos la experiencia de la bondad de nuestras vidas, nunca nos sentimos adecuados. Ponemos a otros debajo de nuestro propio nivel en el proceso porque temporalmente nos hace sentir mejor. Es una cualidad de Capricornio el perseguir las alturas y nunca sentir que se ha hecho lo suficiente. Como resultado, nunca están abiertos a la energía de abundancia. Podemos está trabajando fuerte, pero sentimos poca plenitud desde nuestro trabajo.
Para ayudar a entender de dónde viene nuestro juicio, hay una historia acerca de un Reino donde todo mundo tiene un problema. Nadie estaba satisfecho, así que el Rey vino con una brillante idea. Le dijo a sus fieles seguidores a ir hacia el centro del pueblo y traer con ellos una lista de todas las posesiones y todo lo que era bueno acerca de sus vidas. Por el otro lado en un papel, tenían que escribir una lista de todo lo que les hacía falta y todo lo que era malo. El rey les dijo que podrían intercambiar cartas con cualquiera que quisieran, pero no podrían tomar sólo lo que se había listado bueno, tenían que tomar algo del otro lado. Tendrían que tomar ambos.
Por supuesto, todo mundo
corrió hacia la persona más rica. Vieron cuánto dinero tenía, billones y
billones, pero cuando miraron en el otro lado de la pieza de papel, vieron que su
hijo estaba luchando con una adicción, en lugar de tener una hermosa mujer, el
hombre millonario tenía una relación caótica con varias amantes. Todos ellos
acordaron de que tener tanta riqueza no valía, tanto dolor en el corazón, así que
se fueron con la persona más inteligente del pueblo. Pero vieron también, que a
pesar de su inteligencia, ella era una mujer miserable que no hacía nada más
que estudiar de noche y de día. Entonces, corrieron hacia la persona más
atractiva de la comunidad, pero vieron que aunque tenía esa bendición de ser
bien parecido, nunca sentía que era suficientemente bueno y muchas veces se
menospreciaba. Al final del día, todos se fueron a su casa con sus propias
cartas, con el contenido que tenían.
Es muy fácil enfocarse en las carencias. Nos damos cuenta de que sólo porque otro tiene lo que queremos, no quiere decir que es totalmente pleno.
La otra persona puede también tener una carencia y tener que hacer un gran trabajo de consciencia y de conducta para cambiar y llegar a un nivel más alto para conseguir la plenitud de la que ahora tu disfrutas.
Tendemos a proyectar nuestras ilusiones y fantasías en otras personas. Es por eso que mucha gente se obsesiona con las celebridades. Pero sabemos que por glamorosa que sea la idea de que alguien es una celebridad, raramente coincide con la realidad de plenitud por ser celebridad. De hecho vemos que muchas veces tienen caos por serlo. Como vemos ahora, la verdadera plenitud solamente viene de compartir nuestros dones divinos con el mundo, y esta misma ley universal nos incluye a todos.
¿Cómo podemos detener este robo inadvertido de energía hacia nosotros? ¿Cómo frenar nuestro juicio y nuestro mal de ojo? ¿Cuáles son las herramientas que podemos usar para transformar esta tendencia hacia los celos y envidia? Con todo lo que hemos aprendido en Kabbalah, el primer paso es reconocer que la razón por la que somos infelices es porque tenemos bloqueo en nuestra manera de pensar limitada. La razón de compararnos con otros es porque no estamos donde queremos estar, así que imaginamos que seríamos más felices si estuviéramos en los zapatos otra persona. ¿Cuantos hemos querido ser billonarios cuando leemos la revista Forbes, porque pensamos que el dinero puede traernos la felicidad? Sabes cuantos millonarios son miserables y viven deprimidos? En el 1% es una solución que no soluciona los problemas del 99%.
El juicio y la envidia indican que nosotros estamos desconectados del amor del Creador y nos sentimos separados de los demás. Pero sabemos esa separación es solamente una ilusión. ¿Así que cuál es la solución? Recuerda, la regla de oro de Kabbalah, que también es la regla de oro que nos enseñaron desde niños: ama a tu prójimo como a ti mismo. No hagas a otros lo que no quisieras que te fuera hecho ti, trata a los demás con dignidad humana, respeto y cuidado, porque es lo que vas experimentar tu mismo. No podemos tener un doble estándar. No hay un Vacío en la ley universal que me permita y tratar a la gente egoístamente y que a mi no me regrese.
Mostrar amor, respeto y aceptación es una manera de sobrepasar el mal de ojo. Otra forma de apagar nuestro juicio y nuestra envidia es reconocer que los tenemos en las áreas donde nos sentimos con carencia ¿En que aspecto de tu vida estás perdiendo la conexión del 99%?
Es muy fácil enfocarse en las carencias. Nos damos cuenta de que sólo porque otro tiene lo que queremos, no quiere decir que es totalmente pleno.
La otra persona puede también tener una carencia y tener que hacer un gran trabajo de consciencia y de conducta para cambiar y llegar a un nivel más alto para conseguir la plenitud de la que ahora tu disfrutas.
Tendemos a proyectar nuestras ilusiones y fantasías en otras personas. Es por eso que mucha gente se obsesiona con las celebridades. Pero sabemos que por glamorosa que sea la idea de que alguien es una celebridad, raramente coincide con la realidad de plenitud por ser celebridad. De hecho vemos que muchas veces tienen caos por serlo. Como vemos ahora, la verdadera plenitud solamente viene de compartir nuestros dones divinos con el mundo, y esta misma ley universal nos incluye a todos.
¿Cómo podemos detener este robo inadvertido de energía hacia nosotros? ¿Cómo frenar nuestro juicio y nuestro mal de ojo? ¿Cuáles son las herramientas que podemos usar para transformar esta tendencia hacia los celos y envidia? Con todo lo que hemos aprendido en Kabbalah, el primer paso es reconocer que la razón por la que somos infelices es porque tenemos bloqueo en nuestra manera de pensar limitada. La razón de compararnos con otros es porque no estamos donde queremos estar, así que imaginamos que seríamos más felices si estuviéramos en los zapatos otra persona. ¿Cuantos hemos querido ser billonarios cuando leemos la revista Forbes, porque pensamos que el dinero puede traernos la felicidad? Sabes cuantos millonarios son miserables y viven deprimidos? En el 1% es una solución que no soluciona los problemas del 99%.
El juicio y la envidia indican que nosotros estamos desconectados del amor del Creador y nos sentimos separados de los demás. Pero sabemos esa separación es solamente una ilusión. ¿Así que cuál es la solución? Recuerda, la regla de oro de Kabbalah, que también es la regla de oro que nos enseñaron desde niños: ama a tu prójimo como a ti mismo. No hagas a otros lo que no quisieras que te fuera hecho ti, trata a los demás con dignidad humana, respeto y cuidado, porque es lo que vas experimentar tu mismo. No podemos tener un doble estándar. No hay un Vacío en la ley universal que me permita y tratar a la gente egoístamente y que a mi no me regrese.
Mostrar amor, respeto y aceptación es una manera de sobrepasar el mal de ojo. Otra forma de apagar nuestro juicio y nuestra envidia es reconocer que los tenemos en las áreas donde nos sentimos con carencia ¿En que aspecto de tu vida estás perdiendo la conexión del 99%?
¿Dónde te sientes inadecuado?
¿En donde tratas de quitar energía de alguien más? Donde te encuentras ante mí
mismo pensando: si sólo pudiera tener ese esposo, esa casa, esa cuenta de
banco, ese estilo de vida, ese traje, esa carrera, entonces sería feliz. Si es
así, entonces es tiempo de dirigir tu atención hacia aquello que te está
manteniendo alejado de la plenitud en esa área. Es tiempo de poner más energía
en ser satisfecho en tu propia carrera, tu situación financiera como en tu casa
o en tus relaciones. Solamente cuando te detienes de sentirte resentido con
otros que tienen lo que tú crees que quieres.
Como conclusión, nosotros no podemos tener lo que queremos solamente fantaseando acerca de ello, tenemos que estar deseando hacer algo acerca de ello. El éxito depende, en nuestro propio deseo de cambiar. Tenemos dos elecciones en la vida: llevar a cabo el trabajo duro que involucra la evolución de nuestra consciencia, o abdicar nuestra responsabilidad a través del juicio. Es un juicio de cinco segundos o una vida de trabajo. El juicio es la manera fácil, sin una recompensa duradera.
Trabajo de Luz y el hilo rojo
Considera cuando estás juzgando a otros, cuando está focalizado en tomar energía y cuando sientes carencias. Como parte de tu trabajo de Luz, focalízate en cualquier aspecto de tu vida en que estés envidioso de otros, adonde estás juzgando otros, etc.
La segunda parte del trabajo de Luz, la cual requiere un poco más de acción, es tomar la persona que tienes más juicio y hacer tres actos de compartir hacia esa persona sin decirle lo que estás haciendo. Comprarle un café. Dejarle flores en su escritorio. Lleva a cabo actos de amabilidad. Ve completamente contra tu naturaleza. De nuevo, esto es algo muy ilógico, pero encontrarás que cambia completamente el flujo de energía del juicio a una forma de dar y compartir. Cuando dejes de tomar energía de los otros, puedes merecerla tú mismo.
Otra manera que puedes dejar de tomar de los otros es usando una herramienta de la Kabbalah llamada el hilo rojo, de la cual ya hemos hablado previamente. El hilo está tomado de la tumba de Raquel, donde es imbuido con energía de protección, contra el mal de ojo de otras personas que enjuicien. En la biblia Raquel era la madre y protectora, no solamente de daño físico, pero también espiritual. Nuestra amenaza más grande viene de la envidia y el juicio de otros. Como kabbalistas, usamos el hilo rojo no solamente para protegernos nosotros pero para protegernos de nuestro propio juicio. En el momento en que la envidia o el juicio se presente, simplemente podemos ver nuestra muñeca y recordar la importancia de compartir nuestra Luz, en lugar de tomar de otros con nuestros pensamientos juiciosos. Verlo nos recuerda de no tomar de otros, nos recuerda que no ganamos nada con tomar de otros. Solamente añade sentimientos de vacío.
Para ayudar a remover juicio, pide alguien que te amarre el hilo rojo en tu muñeca. Usamos el hilo rojo en nuestra muñeca izquierda, porque la mano izquierda que significa el tomar, el recibir, mientras que la derecha significa el dar. Pide alguien que no tenga juicio cerca de ti, alguien que te ame, y que tenga buena conexión contigo.
Mientras te amarra haciendo siete nudos en el hilo, dile a la persona que haga la breve meditación que viene en el paquete incluido del hilo rojo en el maletín de Living Kabbalah System.
Como conclusión, nosotros no podemos tener lo que queremos solamente fantaseando acerca de ello, tenemos que estar deseando hacer algo acerca de ello. El éxito depende, en nuestro propio deseo de cambiar. Tenemos dos elecciones en la vida: llevar a cabo el trabajo duro que involucra la evolución de nuestra consciencia, o abdicar nuestra responsabilidad a través del juicio. Es un juicio de cinco segundos o una vida de trabajo. El juicio es la manera fácil, sin una recompensa duradera.
Trabajo de Luz y el hilo rojo
Considera cuando estás juzgando a otros, cuando está focalizado en tomar energía y cuando sientes carencias. Como parte de tu trabajo de Luz, focalízate en cualquier aspecto de tu vida en que estés envidioso de otros, adonde estás juzgando otros, etc.
La segunda parte del trabajo de Luz, la cual requiere un poco más de acción, es tomar la persona que tienes más juicio y hacer tres actos de compartir hacia esa persona sin decirle lo que estás haciendo. Comprarle un café. Dejarle flores en su escritorio. Lleva a cabo actos de amabilidad. Ve completamente contra tu naturaleza. De nuevo, esto es algo muy ilógico, pero encontrarás que cambia completamente el flujo de energía del juicio a una forma de dar y compartir. Cuando dejes de tomar energía de los otros, puedes merecerla tú mismo.
Otra manera que puedes dejar de tomar de los otros es usando una herramienta de la Kabbalah llamada el hilo rojo, de la cual ya hemos hablado previamente. El hilo está tomado de la tumba de Raquel, donde es imbuido con energía de protección, contra el mal de ojo de otras personas que enjuicien. En la biblia Raquel era la madre y protectora, no solamente de daño físico, pero también espiritual. Nuestra amenaza más grande viene de la envidia y el juicio de otros. Como kabbalistas, usamos el hilo rojo no solamente para protegernos nosotros pero para protegernos de nuestro propio juicio. En el momento en que la envidia o el juicio se presente, simplemente podemos ver nuestra muñeca y recordar la importancia de compartir nuestra Luz, en lugar de tomar de otros con nuestros pensamientos juiciosos. Verlo nos recuerda de no tomar de otros, nos recuerda que no ganamos nada con tomar de otros. Solamente añade sentimientos de vacío.
Para ayudar a remover juicio, pide alguien que te amarre el hilo rojo en tu muñeca. Usamos el hilo rojo en nuestra muñeca izquierda, porque la mano izquierda que significa el tomar, el recibir, mientras que la derecha significa el dar. Pide alguien que no tenga juicio cerca de ti, alguien que te ame, y que tenga buena conexión contigo.
Mientras te amarra haciendo siete nudos en el hilo, dile a la persona que haga la breve meditación que viene en el paquete incluido del hilo rojo en el maletín de Living Kabbalah System.