Del 28 de julio al 3 de agosto de 2013
Recientemente leí sobre un estudio realizado en
tres grupos de personas. Un grupo discutió sus problemas personales y después se
fue directamente a casa. El segundo grupo, después de discutir sus problemas,
revisó los errores que cometieron y que provocaron esas pobres decisiones. El
tercer grupo, en lugar de lidiar con el pasado, miró hacia adelante e hizo el
compromiso de actuar de manera diferente en el futuro. A cada grupo se le pidió
que repitiera este proceso por cinco minutos al día.
Así que, un grupo no
tenía herramientas, uno miró hacia atrás y el otro miró hacia adelante. ¿Cuál
crees que tuvo más éxito?
Muchos de nosotros podríamos pensar que fue el
grupo que vio hacia adelante, pero quizás te sorprenda saber que hubo una
mejoría significativa en el grupo que miró hacia atrás y rastreó sus
errores.
Poner un pie delante del otro no necesariamente garantiza que
todo mejorará, en especial si no estás transitando un camino que vaya de acuerdo
a tu mejor interés. El estudio nos muestra un importante principio espiritual:
Si queremos que las cosas mejoren, es importante no sólo descubrir nuestros
errores, sino encontrar por qué los estamos cometiendo. Entonces podemos hacer
el verdadero trabajo para cambiar.
Todos tenemos comportamientos
autodestructivos que nos llevan a tomar las mismas decisiones. No hay ninguno de
nosotros sin tendencias hacia el egoísmo, la gratificación instantánea, la
flojera... todas esas cosas que evitan que experimentemos más éxito y
realización en nuestras vidas.
Pero al excavar un poco más profundo puede
que lleguemos a la raíz del problema y nos entendamos a nosotros mismos un poco
mejor en el proceso. Tal vez nos estamos saboteando porque sentimos temor de
opacar a alguien cercano a nosotros. Quizás fallamos porque no creemos realmente
que el cambio sea posible. O tal vez cometemos errores a propósito ya que no
sentimos que merecemos una vida mejor, una con todo el éxito y la riqueza
destinada para nosotros.
Esto no quiere decir que debemos dedicar horas
en la autorreflexión, pero para detener los patrones que nos retienen, es
importante saber de dónde provienen.
A veces para seguir adelante,
primero tenemos que ver hacia atrás.
Cuando descubrimos la razón de
nuestro comportamiento negativo, tenemos una mejor oportunidad para cambiarlo.
Todo lo mejor,
Yehuda
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¿Sabes cuál pensamiento no te ayuda en nada?
Pensar que tu no tienes o tuviste nada que ver en lo que te pasó.
No sirve de nada al menos en lo positivo, quizás si sirve para que te siga yendo igual y peor por la necedad de creer que tu no has estado involucrado en tu propia vida.
Hay un tema que es muy interesante, la ley de causa efecto opera porque opera, pero tenemos un administrador en el juego que por supuesto nos hace difícil ver donde nos atoramos, que nos difiere los efectos positivos de nuestras acciones de compartir y nos inerta efectos negativos en los momentos en los que nos sentimos más buenitos o que hicimos mejor conexión con la Luz. Ese es nuestro Satán. Ya sé, eso confunde. Toma en cuenta al oponente ¿Eh? Nunca lo descartes de tu observación. Por eso tienes que buscar evidencias más y más atrás.
Entonces: Estamos ya sobre las siete semanas previas a Rosh Hashaná, lo cual puede querer decir mucho o poco en estos momentos para ti, pero que te voy a invitar que vayas aumentando tu apreciación con el paso de los días porque es la gran oportunidad de hacer algo distinto y no vivir acorde a las instrucciones que hasta ahora le has dado al Universo. Lamentablemente no sabes cómo lo has hecho, pero te lo vuelvo a repetir y si quieres anótalo por fuera: No ayuda NADA, pensar que tu no tienes o tuviste nada que ver con lo que te pasó. NADA. Al contrario, es sumamente riesgoso para el resto del camino seguir ejecutando sobre tus mismas creencias. Verás cambios cuando des instrucciones diferentes, pero eso sólo podrá pasar si sabes que hiciste antes para bloquearte.
Capicci?
Ya sé, es desesperante a veces porque ha pasado la arena de los tiempos y ha ido tapando las causas, tanto que ya no las ves. O ni siquiera ha tenido que ser especialmente acérrimo el cubrirlas porque de inicio tus creencias no te han dejado ver algo diferente y hay un santo punto ciego en el tema que está muerto de la risa viéndote dar tumbos.
Eso es muy impresionante: tus opiniones acerca de cómo debieran ser las cosas, son uno de los factores más "cortina de humo" que puedas tener.
Cómo dice Yehuda:
Si queremos que las cosas mejoren, es importante no sólo descubrir nuestros
errores, sino encontrar por qué los estamos cometiendo.
Pero por eso se instala humildad antes de empezar el proceso de búsqueda ¿Lo notas?
Parte de la base que no hay un Universo en tu contra sino tu parándote justo delante de la lámpara bloqueando la Luz que pretende iluminar al resto de la sala. Parte de ahí o de verdad que no vas a avanzar. Puedes quedarte atorado en que a ti Di-os no te quiere, a que es mala suerte, a que a ti no te toca. Eso, no te va a servir más que echarte un buche de vinagre...puagh ¿Mala idea verdad? Jajaja Pues así identifícalo. Es muy mala idea ver hacia afuera en vez de ver hacia adentro y muy mala idea seguir avanzando sin entender nada nuevo.
Tenemos que describrir el porqué o de verdad que vamos a estar en un círculo vicioso.
Fíjate que belleza, estamos empezando la porción que se llama Re'eh, que quiere decir VER. VER. ¿Ver qué? Lo que está mal conmigo.
Queremos ver cómo estamos accionando el caos en nuestras vidas, es un enorme regalo. Si lo puedes tomar, si lo podemos recibir.
Límpiate hoy de la idea de que todo ha sido un complot (jaja) y preparate para empezar a darte cuenta de que ha sucedido hasta hoy.
¿Quieres? ¡Vamos!
Prana Raquel Pascual
Imagen: http://everydayloveart.com/blog/