LUNES, 31 DE MAYO DE 2010
Nunca juzgues un libro por su portada. Algunas de las personas más justas están escondidas.
Nunca sabes quién es una persona santa disfrazada. Hoy, tan difícil como es, sé generoso y comparte con todos los que encuentres.
Yehuda Berg
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Uno de los primeros cuentos que escuché en el Centro de Kabbalah cuando empecé a estudiar era la de un hombre rico y avaro que vivía en un pueblo. Lo contaré como lo recuerdo porque no lo tengo en este momento por escrito y lo escuché hace mucho.
Por ser este hombre muy rico , la gente pobre a veces se veía en la necesidad de ir a tocar a su puerta para pedirle alguna caridad a lo cual recibían un portazo en respuesta diciéndoles que si le habían visto cara de beneficencia, por tanto era un hombre muy poco querido, del que todos tenían una mala opinión.
Sin embargo, en ese pueblo también pasaba algo maravilloso, cuando alguien tenía tal necesidad, de pronto aparecía un sobre por debajo de la puerta con la ayuda, y aparecía como si viniese de un Ángel puesto que nadie sabía quien era esa maravillosa persona que se ocupaba de ayudar a todos.
Un día el hombre rico y avaro falleció. Apenas hubo quien fuera a ver que fuera enterrado, apenas hubo quien sintiera misericordia por alguien que en vida había sido tan poco solidario y generoso...
Sin embargo desde ese día súbitamente se dieron cuenta que también el maravilloso ser que dejaba dinero a los pobres dejó de hacerlo, así que de pronto todos se dieron cuenta que el Ángel de ese pueblo, había sido el viejo que pasaba por el gran avaro, quien nunca había buscado reconocimiento ni que le dieran las gracias, así que de pronto todas las bendiciones no cesaron de ser para él.
El viéndolo desde el Cielo --donde había sido bienvenido de inmediato-- sonrió.
El cuento está MUY cambiado porque lo escuché hace varios años pero me quedó muy claro que la generosidad más grande es la que incluso no busca notoriedad, la que no está buscando una recompensa.
He encontrado gente así en al vida real, gente que parece que no da una pieza de pan y sin embargo hacen la diferencia para el mundo.
No te preocupe que hace el de al lado, la verdad es que si nos da tiempo de estar viendo que está haciendo el vecino es porque aún no estamos compartiéndo lo suficiente =)
Feliz lunes.
Prana Pascual