Del 3 al 9 de noviembre de 2013
Una de mis historias favoritas es la de un
estudiante que recorrió el mundo para conocer y aprender de un gran sabio. Luego
de conocer a su maestro, el estudiante inmediatamente comenzó a decirle todos
los conocimientos que había adquirido en su viaje. Mientras el maestro escuchaba
atentamente, le sirvió una taza de té al pupilo. El estudiante tomó un respiro
de tanto hablar y observó que la taza se había llenado y sin embargo el maestro
continuaba sirviendo.
"Maestro, mi taza está llena. ¿Por qué continúas
sirviendo?" preguntó el estudiante.
"Eres muy parecido a esta taza" dijo
el sabio. "Tan lleno de conocimiento que hay poco espacio para el crecimiento".
El estudiante había recibido su primera lección por parte de su maestro:
El comienzo de la sabiduría es saber que no sabes.
Esta lección es
especialmente importante para aquéllos de nosotros que ya estamos en un camino
espiritual. Luego de unos cuantos años de arduos estudios, generalmente sentimos
que hemos aprendido la verdad. Esto quiere decir que pronto aprenderemos la
verdad real: que siempre hay mucho más por aprender. Después de todo, si hemos
aprendido todo lo que hay por aprender, o ya hemos aprendido bastante, ¿por qué
continuamos teniendo interrogantes, problemas y caos en nuestras vidas?
Existe un manantial espiritual que contiene todas las soluciones y
respuestas que buscamos en la vida, y se vuelve más accesible a través de
entender que no sabemos tanto como pensamos. Desafortunadamente, cuando pensamos
que entendemos más de lo que creemos, limitamos los obsequios inherentes de este
manantial. Éste empieza a entregarnos su abundancia sólo cuando entendemos que
no sabemos tanto como pensamos. Creemos que entendemos la Biblia, la ciencia, a
nuestra pareja, a nuestros amigos, a nuestros hijos, pero en realidad existe
mucho más por conocer. Siempre hay más por descubrir.
Todos somos como
el estudiante cuya taza estaba muy llena con sus propios pensamientos, ideas y
creencias. Mientras más dejamos ir, más nos podemos abrir para entender incluso
las más grandes verdades.
Al saber que no sabemos, nos abrimos a
aprender mucho más.
Todo lo mejor,
Yehuda
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Ultimamente me observo cuando digo la siguiente frase: "Personalmente opino..." Y aunque quizás siga con lo que voy a decir, ya me instalé una alarma interna silenciosa para saber que quizás, ese comentario trae algo de mi propia interpretación que lo cual no necesariamente está mal para el proceso de empatía..es solo que tengo que poner atención qué de eso realmente sirve para la persona que está frente a mi y que de ello es tan solo purititas ganas de decir algo...pero ciertamente no es inútil...pero tampoco inocuo así que es un campo en el que se debe andar con cuidado.
Lo digo porque juntos somos el conjunto de todo, y muchas veces lo que yo sé, le puede reflejar algo a quien está sentado frente de mi sin lograr formar una figura clara...sin embargo aquí la habilidad es tratar de no hacer la instalación de algo a fuerza, sino más bien platearlo como una hipótesis a ser despejada, y tener claro que como puedes dar en el blanco, puede ser flecha perdida y que eso no te moleste ni que quieras a fuerza dar el el centro de la diana a como de lugar...cuando estás en una sesión con paciente la clave es...estar al servicio del otro, no al servicio de lo que tu quieres comprobar para ti mismo...y la verdad, por eso es por lo que la terapia es un trabajo, porque esta restricción de decir y de interpretar como tu lo crees, lo piensas y lo solucionarías, es lo que te causa esfuerzo suficiente como para que sea denominado "trabajo" =D
Es decir, saber o no saber no es por definición malo...que tengas la consciencia despierta o no es la que puede traer consecuencias...no tener espacio para entender que del Universo, cada uno sabemos un poco, pero nadie sabe todo y que esto sea lo que provoque emoción de vivir, lo que vuelve interesantísimo el proceso de lo humano...esa infinita capacidad de descubrimiento. =)
Pero les voy a compartir algo que a su vez nos platicó en clase mi querido Maestro David Benzaquén en el 2007 para la clase de la porción de esta semana Vayetzé, verás que está hablando del ran Maestro Kabbalista fundados del Centro de Kabbalah en israel, muuuucho tiempo atrás:
Aqui verán que en momentos la redacción es en primera persona (con Rav Ashlag dueño de la palabra) y en otros momentos es mi Maestro David narrando, pero sigámoslo sin que eso nos confunda.
Carta de Rav Ashlag a su tío cuando este le increpa
que está enseñando Kabbalah.
Rav Ashlag explica de su Maestro y de que el le
dio todos los conocimientos de la sabiduría. Estudió por tres meses todas las noches
como hacen los Kabbalistas.
Cada vez que pedía que le revelaran un secreto
su Maestro no se lo decía, sino que se desviaba y el se iba con un gran deseo
de aprender más.
Cuando finalmente su Maestro le reveló un secreto,
le dio una alegría indescriptible, sin embargo a partir de ese momento empecé a
tener ego en mi vida, y mientras “mi grandeza” crecía, de la misma manera mi Maestro
se distanciaba de mi. No me di cuenta de ello así que esto continuo por tres
meses. Desapareció a partir de ahí ya no lo pude encontrar en ningún lugar,
había desaparecido de su vida. Fue muy claro a mis ojos que yo me había
distanciado de él, y él se había distanciado de mí, así que empecé a corregir
mi comportamiento. Cuando lo volvió a encontrar, le pidió disculpas y el así lo
hizo y le reveló otro gran secreto pero ese día también se dio cuenta de que su
Maestro estaba muy debilitado. No puedo describir mi dolor cuando él murió
porque mi corazón estaba lleno de deseo de aprender. Olvidé todo por el dolor,
empecé a pedir, a llorar etc., cada momento del día pedía misericordia y pedía
que en su corazón hubiera otra vez posibilidad de que fluyeran las enseñanzas
profundas y así fue y no solo volvió sino que vino aún más sabiduría. Mi Maestro
fue un exitoso hombre de negocios muy conocido pero me pidió que no revelase s
nombre.
Esto tiene mucho que ver con la posibilidad de
hacer milagros en nuestra vida.
Puedes ver las cuatro fases de la creación.
De la revelación de la Luz.
1) La Luz da y la vasija recibe. No hay
deseo por parte de la vasija
Un día un hombre vino a mi y me
ofreció conocer la sabiduría de la Kabbalah. Este hombre me enseñó los
secretos. La luz da la Vasija recibe.
2) Despierta el deseo de la Vasija. Rav
Ashlag empezó a tener deseo por la Luz, despertó.
3) Dar. La vasija comienza a dar.
Comenzó a tener Ego. La Luz se retira para que la vasija pueda hacer su trabajo
4) Despierta todos los deseos. Perdió todo lo que tenía. Para algo se manifieste
en este mundo tiene que llegar a la cuarta fase.
¿Qué puedes ver entre lineas?
Que ese vaíven --y lograrlo ver evidentemente-- entre ego, descubrirlo, es también parte del proceso...pero se necesita humildad para notarlo, llenarse, vaciarse, como en las cuatro fases de la creación aquí descritas. Pero hay que recorrerlas, y si, el vacío en cierto momento es necesario para volver a engrandecer y dspertar el deseo. =)
¿No es fascinante?
Te dejo para que lo identifiques en tu vida, no solo lo leas y digas "ah que caray con Rav Ashlag", nooooo, es para que digas "Qué bruto, ¡¡¡Como con muchísimo menos yo me embriago de ego de pensar que ya sé!!!! Y bueno, a volver al esfuerzo, porque esto...esto de aprender, entender etc. es una melodía infinita =)
Feliz domingo Querida Comunidad
Prana Raquel Pascual
Imagen Pinterest