Consciencia diaria por Karen Berg
Cada uno de nosotros es un mundo en sí mismo. Cada persona despliega una vibración específica de energía. Estas vibraciones se crean a través de nuestras palabras, pensamientos y acciones.
Hoy, tomemos un minuto para recordar que lo que sale de nuestra boca es aún más importante que lo que entra, y que no es tanto cómo oramos lo que importa, sino cómo nos comportamos, porque todas y cada una de las acciones son como una oración.
Lo que decimos y hacemos crea la energía que transmitimos a los más cercanos a nosotros y al resto del mundo.
Karen Berg
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Sabemos que Shemot es una semana en que podemos reconocer a nuestro Faraón.
Hemos dejado atrás el tiempo en que Yosef era el Primer Ministro que se encargó de distribuir la prosperidad hacia las Naciones desde Egipto, ese tiempo pasó. Los israelitas seguían en esa tierra después de la muerte de Jacob y de Yosef ¿Qué fué lo que pasó entonces? Esto nos lo narra este segundo libro del Pentatéuco:
¿Qué fue lo primero que le sucedió a este nuevo Faraón? Que no recordaba ni conocía a Yosef.
"Y se
levantó un nuevo Faraón que no conocía a Yosef."
Para fines prácticos no estamos hablando de un Faraón histórico de museo, debemos poder aplicar a nuestra propia vida el concepto, a nuestro propio proceso: el reconocimiento de nuestro propio Faraón acechando una vez más nuestro momento actual.
Explicaba nuestro Maestro David Benzaquén en la clase de Shemot del 2007 lo siguiente:
"Cuando la persona llega
a desconocer o de apreciar lo que la otra ha hecho o quien ha sido, es justo esto, este desconocer a Yosef. Cuando la persona llega a desconocer o de apreciar lo que la otra persona hizo
por uno, ese es el principio del fin. Deja de reconocer al Creador."
Es importantísimo saber que el modo robótico de actuar nos captura en el momento en que nos distraemos, es muy impresionante cómo nuestra memoria se dilúye y lo único que aflora es el juicio, el juicio por la gente que quizás en otro momento ha sido no sólo una buena persona, quizás hasta nos haya salvado de muchas, quizás haya dejado de hacer cosas de su propio interés por ver por nosotros, quizás nos advirtió de algún peligro o nos acompañó en la tragedia. Quizás simplemente compartimos las risas de antaño.
¿Estás cayendo en esa ingratitud?
Es super fácil...y es dicho sea de paso, la mejor manera de romper relaciones que podrían nuestro cobijo siempre, por nuestra falta de apreciación y de memoria espiritual.
Ojo: Compartir, orar, hacer acciones de caridad etc, tienen como objetivo permitirnos ponernos por encima de esa capa de negatividad que nos hace caer en esos estados de depresión o de juicio severo que no son otra cosa que el Satán dándose un festín con nuestra energía.
Trata de recordar ¿Cuántas veces no has roto ya o acabado con relaciones por esta desmemoria del bien recibido? ¿De no reconocer lo que s había y estar concentrado en la carencia?
Volvamos al punto de esta semana: Tomar responsabilidad.
Nada te está pasando, tu le estás pasando a la vida y si le estás pasando con el mismo modelo de exigencia infantil, de berrinche, de incomprensión...el que va a pagar el precio al final eres tú.
Necesitas corregir. Para eso estamos vivos aún, para corregir lo que hemos estado generando.
Ten cuidado. El Faraón no es un personajillo cualquiera, es un rey que manda sin que se le chiste. Tiene el poder absoluto en esa Nación y se le considera más allá de todos los humanos...pero sabemos que en realidad, no era así....tampoco tu ego es imposible de reconocer y sobrepasar, está peleando con tu propia fuerza...¿Es fuerte? Así de fuerte eres tú, pero lo estás dejando que te aplique este yugo con tus propios medios. Tu lo estás reconociéndo como tu deidad, como tu autoridad.
¡Despierta! Aún estás a tiempo. La oportunidad es aquí, hoy. O preparate para revivir el patrón destructivo de otras ocasiónes.
¿De verdad quieres eso?
Feliz día Querida Comunidad
Prana Raquel Pascual
Imagen Pharaoh Seti I with Hathor, detail, Louvre.