En la porción de Ki Tisá leemos sobre lo
que se traduce como el pecado, o la caída, del Becerro de Oro.
Sabemos que cada
vez que leemos algo en la Torah despertamos esa misma Luz. Así pues, ¿por qué querríamos
leer sobre algo negativo? ¿Cómo nos beneficiamos de leer y reavivar Luz que es
aparentemente negativa?
Los israelitas habían alcanzado Bilá HaMávet LaNétsaj, la
eliminación total del dolor, el sufrimiento y la muerte, pero en ese momento la
perdieron. Por lo tanto, lo que nos interesa es encontrar el antídoto y la
protección que podemos recibir para no caer del mismo modo.
Los kabbalistas explican que cuando un individuo toma
sus bendiciones a la ligera, comienza a perder su conexión con ellas.
El antídoto está en la apreciación.
¿Qué nos sucede cuando comenzamos apenas una relación? Todo es miel sobre hojuelas. Unos meses después ya tenemos la lista de todo lo que nos resulta insoportable, ya no recordamos como llorábamos por los rincones penando nuestra soledad.
¿Que nos sucede con un empleo nuevo? Es "lo máximo", hasta que deja de serlo y empezamos a quejarnos.
Y así con todo, con la casa nueva, con el auto, con los amigos, con nuestra practica espiritual etc.
Somos susceptibles de caer en desgaste por falta de apreciación prácticamente con todo, es como una especie de amnesia, como un niño que olvida lo mucho que quiso un juguete y lo deja un día abandonado en cualquier lugar.
Igual les pasó a los israelitas que después de haber presenciado milagros, se les olvidó y en cuanto perdieron de vista a Moisés, los Erev Rav les inculcaron la duda y les instaron a volver a las conductas idólatras y crear ese extraño ser llamado El Becerro de Oro, algo que funciona como un paliativo pero que claramente no es una solución verdadera.
¿Qué identificas esta semana que se parezca a esto que te describo en tu propia vida? ¿Qué has dejado de apreciar que comienza a volverse gris y pesado por falta de apreciación? Cuidado...
Prana Raquel Pascual
Coach de Vida y Carrera | Psicoterapeuta
Basado en artículo de Michael Berg