Sigamos con la reflexión del día de ayer que es más importante y más práctica de lo que creemos.
Ayer hablábamos de que no es exactamente negatividad como tal, sino falta de luz.
Hay veces que no tenemos luz, o que no ponemos energía en ciertas cosas, lugares o personas, o en algo de nosotros mismos, y sin embargo pienso que a veces enfocamos toda nuestra energía en otras cosas o personas que no lo ameritan, no lo necesitan, no lo quieren o no se lo han ganado, sin embargo de ahí se forman nuestras obsesiones.
Una obsesión es una excesiva atención en un punto fijo.
Quedarse viendo con ese nivel de estatismo en algo, masticarlo masticarlo, masticarlo y no tragarlo, mucho menos digerirlo, empieza a volverse una conducta neurótica que acaba por agotarnos y frustrarnos, pero nos deja sin posibilidad de ver nuevas opciones ni perspectivas.
Cuando no alumbramos hacia ningún otro lugar, es cuando empezamos a sentir depresión, agotamiento emocional, desesperación extrema.
Cuando
damos tiempo a ver cosas que no tienen vida, estamos gastando nuestro tiempo.
¿Estás obsesionado con problemas que están fuera de tu control? Cambia tu perspectiva intencionadamente. Busca otras cosas importantes o interesantes que hay alrededor
¿Estás fijo en preocupaciones pero no en buscar maneras creativas de salir del atolladero? Ojo, estás eligiendo el laberinto.
¿Estás dejando lugares de tu vida sin Luz por tu obsesión?
Luz hay, lo que podemos es ser insistentes en demasía en temas que solo nos consumen pero que no se mueven.
¿Estás en una circunstancia similar? Trata de ver que riqueza hay en el todo el contexto que rodea la figura a la que miras fijamente, déjala de lado, quizás del fondo que rodea a esa figura, puedan empezar a emerger nuevas posibilidades a las que no les has dado importancia ni oportunidad.
La vida es amplia, nuestra mirada quizás no.
Feliz martes Comunidad
Prana Raquel Pascual
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