Viernes 1 de abril de 2016
La mayoría de nosotros ve su vida compuesta por piezas. En lugar de ser capaces de hacer una retrospectiva y ver todas las cosas que nos han dado en el pasado, solemos concentrarnos sólo en lo que nos falta ahora. En lugar de apreciar todas nuestras hermosas relaciones, todo el compartir de emociones, pensamientos y sentimientos que hemos tenido con otras personas durante nuestro viaje de vida, sólo recordamos a las personas que nos están molestando en este momento.
Nuestra vida es un conjunto de muchas partes, una sinergia de energía, una unión de influencias de personas, lugares y situaciones. Desde este punto de vista, podemos decirnos: “Bien, puede que haya perdido a mi mejor amigo, pero pasamos unos buenos 40 años juntos: 40 años de alegría, amor y generosidad”; o podemos decir: “Sí, esta parte de mi vida puede estar culminando, pero sé con certeza que así como se me han abierto puertas antes, otra puerta está abierta para mí en este momento. Sólo debo decidirme a llegar a un estado en el que esté listo para cruzar dicha puerta”.
El día de hoy, dedica unos momentos a ver todo el panorama: piensa en tu vida y aprecia todo lo que has recibido y todo lo que te ha nutrido hasta este momento. Esta energía de apreciación es más poderosa de lo que nos damos cuenta. Con ella, podemos vivir con una conciencia de continuidad, vida y crecimiento constante.
Karen Berg
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Hace varios años, quizás ya diez, conocí a una mujer, abuela de un par de queridas amigas mías, a quien por mera discreción la llamaré "B".
Ese día que recuerdo, por algún motivo B y yo coincidimos en el restaurante del hotel una mañana antes de celebrarse Pesaj en uno de los eventos mundiales del Centro de Kabbalah, y nos sentamos a desayunar juntas.
La recuerdo como una amable y bella dama que siempre era muy agradable y abierta conmigo. Ese día particularmente, se ve que tenía en mente a su marido, un hombre que ella describía como el amor de su vida y su alma gemela. Me contó su historia de amor y de cómo se conocieron y las cosas que les tocó atravesar para estar juntos. Cabe mencionar que desde esa juventud hasta su madurez fueron un matrimonio feliz.
Sin embargo, "B", la dama en cuestión me contó que él había fallecido hace algunos años y que ella desde entonces estaba muy triste, extrañándolo todo los días como el primer día de su ausencia.
Por supuesto la escuché con mucha atención y respeto, aunque debo confesar que un pensamiento que me inquietó de súbito y dudé si decirlo o no decirlo...
¿Resultaba imprudente decirle..."Pero lo tuviste "B", lo conociste y compartiste la mayor parte de tu vida con él...eso es mucho más de lo que le pasa al promedio de las personas...debería ser algo muy feliz para ti..."
Como en ese momento yo estaba también en busca de mi alma gemela sin demasiada suerte aún, no tenía la menor idea de lo que se sentiría estar en sus zapatos, guardé silencio...y sin embargo pensé..."yo espero encontrarlo...creo que sería más triste para mi no encontrarlo nunca aunque eventualmente tuviéramos que separarnos porque el ciclo de vida de uno acabe primero. Cuando tenga su edad quisiera poder decir que si lo encontré y que pasamos los años más felices de nuestra vida juntos..."
Uno nunca sabe a ciencia cierta que está sintiendo el otro, por eso hay que tratar los sentimientos de los otros, especialmente los de añoranza, como si fueran de cristal...y sin embargo sigo pensando "Qué afortunada "B", ella pasó la mayor parte de su vida con un hombre a quién amó y fue correspondida"...
Hoy "B" ya también dejó este plano...espero que de una o de otra manera ya estén reunidos una vez más y que su amor, sea una melodía sin fin.
Shabbat Shalom al salir las primeras tres estrellas en el firmamento Comunidad
Prana Raquel Pascual
Psicoterapeuta Gestalt | Coach