Del 10 al 16 de marzo de 2013
Un gran sabio dijo una vez: “Antes de que puedas
encontrar a Dios, debes perderte a ti mismo”.
La Kabbalah enseña que podemos recibir toda la felicidad, el júbilo y la realización que el Creador desea otorgarnos cuando asumimos el trabajo espiritual de volvernos más parecidos al Creador, al transformar nuestra naturaleza egoísta por una que sea desinteresada.
Desafortunadamente, nuestro ego interfiere con este trabajo casi todos los días. Ninguno de nosotros es verdaderamente desinteresado. Tenemos intenciones ocultas en casi todo lo que hacemos. Vamos a trabajar para ganar un salario. Nos involucramos en una relación porque nos gusta lo que la persona nos da. Incluso cuando hacemos acciones caritativas, generalmente buscamos elogios o por lo menos un “gracias” a cambio.
¿Cómo es posible llegar a un estado de desinterés con todas nuestras motivaciones ocultas? ¿Es tan siquiera posible perdernos a nosotros mismos? Es posible, pero no es fácil.
El secreto para ser desinteresados es dar cuando sea más incomodo, o difícil de hacer.
Cuando alguien te pide que lo lleves al aeropuerto, y es lo último que quieres hacer pero lo haces de todos modos, estás actuando en semejanza con el Creador como una fuerza de compartir infinita. Si escasamente tienes dinero en tu cuenta bancaria y un amigo, o tal vez alguien que no haya sido tan buen amigo, se acerca a ti necesitado y tu compartes lo que tienes con él, sabes que tu amor es incondicional, así como lo es el amor del Creador.
Todas las buenas acciones revelan bondad en el mundo, pero si quieres revelar grandeza, da hasta que duela.
Vivir un camino de espiritualidad no es fácil porque requiere sacrificio. Pero sin importar qué sientas que estás entregando (tu tiempo, tu energía, tu talento o tu dinero) lo que realmente estás entregando es tu ego.
A esto se refería el sabio cuando dijo que perderse a uno mismo es el camino para encontrar a Dios.
Mientras más controlemos nuestro ego, más nos conectamos con la fuente de todas las bendiciones.
Todo lo mejor,
Yehuda
La Kabbalah enseña que podemos recibir toda la felicidad, el júbilo y la realización que el Creador desea otorgarnos cuando asumimos el trabajo espiritual de volvernos más parecidos al Creador, al transformar nuestra naturaleza egoísta por una que sea desinteresada.
Desafortunadamente, nuestro ego interfiere con este trabajo casi todos los días. Ninguno de nosotros es verdaderamente desinteresado. Tenemos intenciones ocultas en casi todo lo que hacemos. Vamos a trabajar para ganar un salario. Nos involucramos en una relación porque nos gusta lo que la persona nos da. Incluso cuando hacemos acciones caritativas, generalmente buscamos elogios o por lo menos un “gracias” a cambio.
¿Cómo es posible llegar a un estado de desinterés con todas nuestras motivaciones ocultas? ¿Es tan siquiera posible perdernos a nosotros mismos? Es posible, pero no es fácil.
El secreto para ser desinteresados es dar cuando sea más incomodo, o difícil de hacer.
Cuando alguien te pide que lo lleves al aeropuerto, y es lo último que quieres hacer pero lo haces de todos modos, estás actuando en semejanza con el Creador como una fuerza de compartir infinita. Si escasamente tienes dinero en tu cuenta bancaria y un amigo, o tal vez alguien que no haya sido tan buen amigo, se acerca a ti necesitado y tu compartes lo que tienes con él, sabes que tu amor es incondicional, así como lo es el amor del Creador.
Todas las buenas acciones revelan bondad en el mundo, pero si quieres revelar grandeza, da hasta que duela.
Vivir un camino de espiritualidad no es fácil porque requiere sacrificio. Pero sin importar qué sientas que estás entregando (tu tiempo, tu energía, tu talento o tu dinero) lo que realmente estás entregando es tu ego.
A esto se refería el sabio cuando dijo que perderse a uno mismo es el camino para encontrar a Dios.
Mientras más controlemos nuestro ego, más nos conectamos con la fuente de todas las bendiciones.
Todo lo mejor,
Yehuda
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Hoy estamos comenzando el tercer Libro de la Torah (Biblia), Levitico (Vayikrá), y así mismo aunque da nombre a todo el libro, también es el nombre de la primera porción.
Vayikrá es el primer capítulo que se le enseña a un niño que empieza a estudiar Torah por primea vez, ya que en el se habla de la devoción al Creador.
Vayikrá incluye la discusión acerca de los korbanot. La raíz de la palabra korbanot, puede ser traducida como "sacrificio" u "ofrenda", pero en realidad quiere decir "acercarse" (to come near), así la ofrenda por sí misma es la manera d eacercarse a Di-os. De esta manera, el Zohar dice que las ofrendas que hacemos eran hechas en orden de estar cerca de las sefirot, formar una unidad perfecta y despertar misericordia en lugar de juicio.
Hoy, los sacrificios no son con animalitos...los sacrificios son internos. Sacrificamos lo que enfrentamos, los obstáculos o dificultades que hacemos por alguien, por otros. Leer este capítulo nos da la energía de hacer sacrificios que nos son requeridos en nuestro día a día para aumentar nuestra proximidad a la Luz.
Estemos entonces atentos ¿Donde debemos realizar estos sacrificios en nosotros mismos? ¿Donde tenemos esta s capas de negatividad que nos impiden ver todo con más claridad por estar cerca de la Luz?
Lo que te digo es...no juzgues rápido a nada ni a nadie, vamos sin prisa observando. Sacrifiquemos nuestra gana de correr cuando aún no sabemos caminar y de pensar que así de pronto ya tenemos la evaluación de cada situación. Vamos viendo el panorama y ganemos misericordia en no ser juzgados tampoco a super velocidad, pudiendo quedarnos a observar el proceso no sólo la imagen del día, pudiendo conocer a las personas, no sólo a su imagen del instante...Quitate un poco del foco de atención. Observa el entorno con curiosidad verdadera. Podremos sorprendernos de lo que podremos ver esta vez. Eso espero si logramos bajar nuestra ansia de ir simplemente veloz. Mejor ve sereno y con alegría.
¿Qué nos depararán todas estas páginas delante de nosotros? No lo sé, pero disponte a disfrutar del viaje. =)
Feliz domingo Querida Comunidad.
Prana Pascual
Texto basado en la traducción de la Biblia Kabbalítica Vayikrá
Imagen http://elizabethglz.com/blog/2011/05/and-the-winners-are-2/