La vida está basada en paradojas. Cuando buscamos felicidad para nosotros mismos recibimos caos. Pero cuando nos esforzamos por hacer felices a otros, entonces recibimos felicidad. Entre más compartimos con otros, más recibimos.
Este es el secreto de la felicidad. Ahora ya lo sabes. Vívelo hoy. Da cuando quieras recibir. Muestra misericordia cuando quieras juzgar.
Yehuda Berg
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Decía el Ray David una frase simple pero verdadera: "Tenemos ojos y no vemos, tenemos oidos y no escuchamos. "
Todos nos conformamos pronto de compartir. Nuestro deseo de ayudar y de dar a otros habitualmente llega a un cierto nivel limitado que nosotros no percibimos hasta que nos quitamos la venda. De hecho, cuando todos tomamos la clase de lo que es el verdadero "dar", y estás realmente abierto a ver en que nivel estás, observamos que todos vivimos mucho más inclinados a la inteligencia del "qué hay para mi en esta situación" y no nos movemos más allá de nuestra conveniencia o de lo que nos es cómodo.
Platicaba con Andrés, un amigo que fue mi mentee en uno de los cursos de Kabbalah, de un fenómeno que observo y que siempre me hace sonreir:
Cuando hacemos las comidas de Shabat, siempre se hacen bendiciones al terminar de comer y una de ellas es la de "Poteaj et Yadeja" que es la que conecta con el sustento y la prosperidad.
Habitualmente cuando llegamos a esas palabras, hay una combinación de letras hebreas y alguno de los chevres anuncia "Pei, Alef, Yud, Samej, Alef, Lamed, Jet, Taf, Kaf, poder de recibir sustento y prosperidad a través de acciones de dar y de compartir, del diezmo y la tzedaká (caridad)", y entonces todos ponemos nuestras palmas hacia arriba como una acción de recibir de la Luz, meditando en la combinación de letras.
Me sonrío porque nunca faltamos los que hacemos la broma de poner los brazos totalmente extendidos haciéndonos lo más amplios posibles para recibir más dinero y prosperidad.
No está mal, recuerda que Kabbalah quiere decir "Recibir", lo que me hace sonreir que es la fórmula incluye esta clave: a través de acciones de dar y compartir. Entonces --le digo-- "Si alguien hace esa broma pero está dispuesto a dar en igual manera ¡Bendito Sea Di-os". Pero si abres indiscriminadamente y se te olvida al minuto siguiente ver por los demás, si te pesa compartir hasta la silla en la que estás sentado cuando ves a alguien que la necesita más, entonces quizás tus ganas de recibir no tiene tanto que ver aún con tu ganas de dar.
Fíjate que poderoso es el secreto que nos da Yehuda en esta afinación:
"Entre más compartimos con otros, más recibimos. Ese es el secreto de la felicidad."
Aquí no se trata de culpas, pero si de tomar responsabilidad. Revísate en donde tienes flojera de dar, en donde no te das cuenta que sólo estás viendo "para tu santo" o "jalando agua sólo para tu molino", para utilizar frases del acervo popular. Donde no te importa lo que otros pasen o sufran, donde llega tu nivel en que te duele desapegarte.
Verás que todos tenemos un "hasta aquí", unos más amplio otros más escaso pero tenemos un nivel de compartir limitado, si no lo notamos, nuestra capacidad de recibir también seguirá limitada así que te invito a que hagas el ejrecicio de auto-observación como siempre, y te marques metas de cambio.
Este es un trabajo de tu voluntad y como afortunadamente no haré examen ja ja ja sientete libre de hacerlo o no, esto es si tu deseo de seguir creciendo es ASÍÍÍÍÍÍÍ de grande. =)
Besos
Shabat Shalom
Prana Pascual
Imagen: http://www.sassybird.com/ Este lugar de donde saqué la foto tiene por slogan "Haz todo lo que puedas por mostrar a otros un mejor camino" (traducido por ppascual)