DOMINGO 1 DE NOVIEMBRE DE 2009
Nuestros sueños y aspiraciones se originan en la pureza de los mundos superiores, pero nuestras acciones suceden aquí en el mundo material. Y hay impedimentos sin fin que se atraviesan en nuestro camino. Todo, desde dudas y miedos hasta pagos de hipoteca y deudas de tarjetas de crédito. A menudo nos inspiran pensamientos brillantes, ideas innovadoras y objetivos nobles, pero no siempre "cerramos el trato".
Cuando nuestras intenciones fracasan en su manifestación, es una señal de que hemos perdido nuestra conexión con los mundos superiores.Hoy, reconecta con lo espiritual a través del poder del estudio del Zóhar o de la meditación o de actos de compartir. Unir a los planos material y espiritual te da el valor y el compromiso para alcanzar tus objetivos y cumplir tus sueños.
Yehuda Berg
______________________________
Todos tenemos geniales ideas de hacer algo mejor de nuestras vidas de lo que ya estamos haciendo o mejores ideas de como compartir con los demás o hacer de este un mundo mejor, lamentablemente dejamos a veces mucho espacio entre la idea y la acción y esta llega a desvanecerse, como los sueños, que están hechos de un tejido tan sutil que si no los escribes se dilúyen de nuevo en un crisol de ideas no utilizadas.
Si esto te pasa y tienes ese tipo de iniciativas y sueños guardados en el último cajón de tus intenciones, no eres un ser extraño, simplemente eres como la mayor parte de nosotros, seres distraídos por el día a día y los obstáculos que están a la orden para que no revelemos toda la Luz que seríamos capaces, sin embargo, por favor nunca te conformes con decir "si le pasa a todos, bueno, no debe estar tan mal". Esa es una trampa, la trampa de la mediocridad que nos hace perder nuestra creatividad en la idea de que somos "normales".
Ser normal nunca descubrió ni iventó nada que revolucionara el conocimiento o la sabiduría para el resto de la humanidad. La normalidad nunca se levantó a hacer grandes actos de generosidad, ni de inspiración por el mundo. Solo el día que te decides a que la normalidad no es lo que va a hacer la diferencia en el mundo porque es justamente su opuesto, puedes pensar que debes retarte más a ti mismo.
¿Recuerdas a Abraham? El estaba siempre pronto a abrazar la incomodidad en aras de compartir. No es sólo romper la normalidad para hacer cosas locas, sino para hacer acciones de generosidad con otros que van mucho más allá de lo confortable.
El capítulo que empezamos de la Torah esta semana se llama "Vayera" y es cuando "Avram", se convierte en Avraham o como lo escribimos más comunmente Abraham. Adquiere la letra Hei intermedia en su nombre después de que decide efectuarse la circuncisión. Una de las lecciones de llevarla a cabo, es porque tienes que aprender que no llegas al mundo listo ni perfecto sino que vienes al mundo para perfeccionarte, purificarme etc. Cuando el tiene esa comprensión y aún convaleciente el seguía siendo la persona más hospitalaria sobre la tierra.
OK, entonces lo normal....¡Ya es ser normales!. Así nacimos pero no es a lo que venimos, venimos a hacer un extra esfuerzo a ser creadores, a compartir más de lo que parece lógico.
Hay una lección --que yo especialmente-- debo tratar de asimilar lo antes posible, no sé tu:
Una de las características de los "Tzadiks" (Justos) es que cuando es imprescindible hacer algo -aún esto sea contra su voluntad- lo hacen cuanto antes.
Esta porción es también cuando Di-os pide a Abraham que sacrifique a su propio hijo. Ese día Abraham se levantó muy temprano y se dispuso a ir a hacer lo que el Creador le pedía. Cualquiera se hubiera hecho el remolón y retrasado por cualquier motivo para no hacerlo. El apresuró el paso.
Quédatelo en mente durante la semana, seguramente será una idea clave en muchos momentos de nuestra vida.
Por hoy me despido, mañana espero volverte a encontrar ¡Haz de este un gran día!
Cariño,
Prana Pascual