Del 11 al 17 de noviembre de 2012
¿Alguna vez te ha ocurrido que logras algo grandioso pero luego te sientes vacío? Muchas veces creemos que seremos felices y plenos una vez que finalicemos un proyecto, encontremos nuestra alma gemela o ganemos el premio, sólo para descubrir que una vez que la emoción inicial se asienta, entra un tremendo vacío. Un sentimiento de “Bueno ¿y ahora qué?”.
El Zóhar, la fuente de sabiduría Kabbalística, explica que de las pocas certezas que hay en la vida, una cosa siempre es segura: Cada uno de nosotros es capaz de alcanzar mucho más de lo que tenemos hasta ahora.
Esto es: sin importar qué.
Incluso si hemos construido el rascacielos más grande del mundo, hay uno más alto que podemos construir. Si hemos encontrado la cura para una enfermedad, hay otra esperando por nuestros esfuerzos. Si ayer nos ocupamos de manera incondicional hacia cuatro personas, hoy tenemos que luchar para que sean cinco.
Es como levantar una pesa de 10 kilos en el gimnasio cada día; cualquier entrenador te dirá que en algún momento necesitas incrementar ese peso si quieres volverte más fuerte. El problema es cuando la voz del lado negativo entra sigilosamente en nuestra cabeza y nos dice que no podemos hacer más.
El oponente constantemente buscará recordarte tus limitaciones y arrastrarte a la negatividad, dándote todas las razones en el mundo de por qué no puedes hacer más, ser más o alcanzar un estado más elevado de conciencia.
Pero los kabbalistas enseñan un gran secreto: Ninguna de nuestras limitaciones nos hace menos capaces.
De seguro, podemos ser egoístas. Nos comportamos de manera reactiva. Todos hacemos cosas negativas algunas veces. Pero tenemos que amarnos a nosotros mismos, tenemos que perdonarnos, y tenemos que saber que somos capaces de mucho más de lo que podemos imaginar. Sin importar qué sea.
Todos nosotros podemos hacer grandes cosas, pero el primer paso es saber que podemos y que lo haremos.
Debemos seguir creciendo y expandiendo nuestra capacidad para la grandeza. Porque ya sea que tengamos quince años o cincuenta y cinco, lo que sea que hayamos alcanzado en nuestra vida hasta ahora es sólo la punta del iceberg.
Todo lo mejor,
Yehuda
El Zóhar, la fuente de sabiduría Kabbalística, explica que de las pocas certezas que hay en la vida, una cosa siempre es segura: Cada uno de nosotros es capaz de alcanzar mucho más de lo que tenemos hasta ahora.
Esto es: sin importar qué.
Incluso si hemos construido el rascacielos más grande del mundo, hay uno más alto que podemos construir. Si hemos encontrado la cura para una enfermedad, hay otra esperando por nuestros esfuerzos. Si ayer nos ocupamos de manera incondicional hacia cuatro personas, hoy tenemos que luchar para que sean cinco.
Es como levantar una pesa de 10 kilos en el gimnasio cada día; cualquier entrenador te dirá que en algún momento necesitas incrementar ese peso si quieres volverte más fuerte. El problema es cuando la voz del lado negativo entra sigilosamente en nuestra cabeza y nos dice que no podemos hacer más.
El oponente constantemente buscará recordarte tus limitaciones y arrastrarte a la negatividad, dándote todas las razones en el mundo de por qué no puedes hacer más, ser más o alcanzar un estado más elevado de conciencia.
Pero los kabbalistas enseñan un gran secreto: Ninguna de nuestras limitaciones nos hace menos capaces.
De seguro, podemos ser egoístas. Nos comportamos de manera reactiva. Todos hacemos cosas negativas algunas veces. Pero tenemos que amarnos a nosotros mismos, tenemos que perdonarnos, y tenemos que saber que somos capaces de mucho más de lo que podemos imaginar. Sin importar qué sea.
Todos nosotros podemos hacer grandes cosas, pero el primer paso es saber que podemos y que lo haremos.
Debemos seguir creciendo y expandiendo nuestra capacidad para la grandeza. Porque ya sea que tengamos quince años o cincuenta y cinco, lo que sea que hayamos alcanzado en nuestra vida hasta ahora es sólo la punta del iceberg.
Todo lo mejor,
Yehuda
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Esta semana estamos recorriendo Toldot, una de las porciones que me gusta más, porque me habla de algo significativo que me enfrenta a algo importante dentro de mi, como es "estar situado en la mitad".
Estar "en la mitad" es muy complejo para el ser humano y que sin embargo, es un lugar común donde decidimos instalarnos a vivir.
Cuando lo he experimentado en mi propia vida, lo he mencionado como "vivir donde las olas revientan" ¿A qué me refiero con eso?
Me refiero a que en general, puedes tener talentos, pero hay mejores lugares que otros para usarlos, hay lugares en que se está menos habilitado para aprovecharlos porque quizás se está supeditado a más normas o se está en un medio no propicio para desarrollar ideas o simplemente se vive un estado de la mente que se mantiene seguro y limitado.
"Logras", pero no tanto como pudieras...pero logras, eso acalla la mente que puede estar intuyéndo que en algún otro lugar podrías dar más, pero por otro lado, anestesias la sensación de "no hacer" a partir de que "si, hay algunos frutos".
Esta semana vemos cómo después de años de no poder concebir por no tener útero, Rivka logra embarazarse y en su vientre podía sentir que se trataba de dos niños, que actuaban de manera muy polarizada, uno con el bien y el otro con la oscuridad.
Esta historia que revisamos cada año nos habla de estar totalmente comprometido con un lado o con el otro, pero no a medias tintas, que es lo que muchas veces nos pasa.
Cuando Rivka confundida por esa situación de sus bebés en el vientre pregunta porque cuando pasaba por un lugar santo uno de los niños brincaba y cuando pasaba por lugares negativos era el otro el que se manifestaba y le es explicado el total compromiso de cada uno de ellos con Luz u Oscuridad, se siente confortada, y se siente confortada porque ninguno de ellos era un mediocre.
"Vivir donde revientas las olas" es estar en ese lugar donde no estás arriesgando al 100% ni estás seguro al 100%, donde no eres feliz al 100%, ni frustrado al 100%, donde no es ni frio, ni caliente, donde estás intermedio, donde estás a medio potencial. Entonces puedes tener logros ¿Pero son los mejores logros que puedes tener?
Quizás no. Nunca sabrás de que eres capaz si no tocas ese lugar en el que vive tu verdadero potencial...quie quizás cuando te pongas ahí incluso verás más metas que tal vez no has ni contemplado y lo que pare´cía el pináculo es apenas una pequeña cumbre de lo que podrás divisar con el cambio de perspectiva y así sucesivamente...
Pero la elección de "vivir donde revientan las olas" te hace sentir que estas "tratando" de nadar, pero cada vez el agua te arrastra y te revuelca, no estás donde los pies ya no tocan, pero hay cierto confort de que no te está cayendo olas de todos lados...y tampoco estás rico simplemente mojándote los pies...es el lugar donde "ni buena paz" "ni buena profundidad", pura batalla para mantenerse a flote.
¿Alguna vez has hecho algo que ames? ¿Algo que te encante? Esa sensación de que fluyes y que la energía va en crescendo? Si hace mucho que no sientes eso, quizás estás a medias tintas, quizás estás en ese lugar que te semi hundes y no eres quien realmente puedes ser. Aunque logres, logras tibio.
Y seguramente hay más por hacer.
Reflexiónalo. Tal vez estás dejando sobre la mesa lo mejor de ti.
Feliz domingo
Prana Pascual
Imagen japonesa encontrada en pinterest