JUEVES, 1 DE MARZO DE 2012
Según la Kabbalah, Dios dio nacimiento a este mundo oscuro y peligroso para que nosotros (no Dios) pudiéramos transformarlo en un paraíso lleno de Luz.
Esta situación no es diferente a un padre que construye una empresa de negocios multimillonaria. Su mayor dicha sería darle todo su negocio a su hijo; no obstante, si el padre hiciera esto, su hijo realmente no se sentiría como el verdadero dueño. No se sentiría profundamente realizado porque todo lo que tuvo simplemente le fue entregado. Él no se lo ganó.
Lo único que haría verdaderamente feliz a su hijo sería si él pudiera experimentar la dicha, realización y sentido de logro que viene con construir la empresa él mismo. Los kabbalistas llaman a este concepto “pan de la vergüenza”. Esta frase reconoce que todos prefieren ganarse el pan que comen en lugar de recibir una limosna. Una persona que se siente como un necesitado siente un profundo sentido de vergüenza. Nos sentimos realmente valiosos cuando ganamos nuestras propias recompensas a través de nuestro propio esfuerzo.
Esta es una idea simple, pero con implicaciones profundas; siendo la principal que el nivel de realización es directamente proporcional a la cantidad de trabajo que hacemos.
Yehuda Berg
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Nunca D-os dió nada gratis cuando creó este mundo...siempre nos pide que pongamos algo de nuestra parte
Empuja la piedra...tu empujala, Yo la moveré
Aporta tu medio shekel, pon el oro de tu corazón en cada bendición
Di-os no necesita nada...los que necesitamos somos nosotros para valorar, para sentir la plenitud de "me lo gané"...con el sudor de mi frente, con mi esfuerzo, con mi deseo...
La alegría de "gratis", dura un instante y tiene la inyección del olvido inmediato.
Si algo está costando trabajo...que maravilla, te lo estás ganando y podrá ser tuyo por pleno derecho de consciencia. =)
No llore. No llore. =) Pon tu esfuerzo. El resultado será dulce.
Prana Pascual