domingo, 7 de enero de 2024

Arrogancia y Humildad


Estamos comenzando la semana de la porción llamada Va'era que significa "Y se reveló", en la cual vemos el enfrentamiento de dos personas, pero que en realidad nos muestran actitudes ante la situación y ante el Creador.

Moisés y El Faraón, y Aarón, hermano de Moisés como intermediario (en Kabbalah nunca podemos perder de vista el número tres que nos habla de la columna central, que es poder balancear).

Moisés es descrito como el más humilde de los seres, el Faraón por su parte es el más arrogante de los seres, es una polaridad que dentro de la metáfora que es la Biblia, nos enseña de los frutos de cada una de ellas.

A su vez Di.os tiene también facetas en las que se revela y que se pueden distinguir por el NOMBRE (Recordamos que estamos en el libro de Nombres, Shemot), existe Elohim que es el aspecto de juicio y está YHVH el nombre que no decimos en voz alta (conocido como el tetragrámaton) que representa la misericordia del Creador.

Di.os se manifiesta de distintas maneras de acuerdo a lo que necesita cada uno de los seres. Hay quien necesita aspectos de juicio y quien requiere aspectos suaves. Otras personas en cambio requieren que se les oculte.

Moisés, el representante de la humildad, al toparse con la adversidad buscó su causa, propósito y sentido y al encontrarlos le dio motivación y alegría, un propósito de vida, por más difícil que parecía ser. 

El Faraón, por otro lado, creyó que todo lo que tenía era producto de su omnipotencia. No debía nada a nadie “No conozco a Di-os”, afirmó cuando Moisés le vino a transmitir lo que él debía hacer. Las dificultades y limitaciones no las soportaba. No encajaban dentro de su perspectiva de que era perfecto y omnipotente. Entonces se revela Di.os como Elohim. En esta porción y en la que sigue, veremos la manifestación de las plagas ¿Qué más manifestación de juicio podría haber? Y sin embargo, vemos que no bastó con una, no bastó con dos o con tres. Fueron diez y el Faraón más endurecía su corazón ante ellas.

Al final, el “omnipotente” Faraón perdió todo. Por más de que era rey y tenía todo, no tenía nada, ya que lo que el hombre más necesita es un sentido, propósito y razón de ser más allá de su intereses y satisfacciones personales, inmediatos y efímeros. La vida y el legado de Moshé, en cambio, sigue siendo vigente hasta el día de hoy.

Prana Raquel Pascual - Psicoterapeuta Gestalt - Coach

Apoyo del texto

Biblia kabbalista editada por El Centro de Kabbalah Internacional

https://es.chabad.org/library/article_cdo/aid/4623105/jewish/Vaera.htm

Imagen https://sefarad-asturias.org/wp/parashat-vaera-la-vara-de-la-memoria/


viernes, 5 de enero de 2024

Como si fuera la primera vez

 

Todos sufrimos a veces de amnesia temporal. Pero hay una amnesia que padecemos la mayor parte del tiempo: amnesia espiritual.

Pareciera ser parte de la condición humana.

Casualmente (o no), las primeras letras de los títulos de los primeros seis capítulos del Libro de Éxodo (Shemot en hebreo) forman la palabra shovavim. El término shovavim es el plural de shovav.

Por si no lo sabes, shovav es un término despectivo para referirse a un niño o una persona inmadura que es maliciosa, traviesa o simplemente insolente. Un ejemplo de shovav sería el niño que te mira fijamente a los ojos mientras hace exactamente lo que le gritaste “recalcaste con ahínco” que no hiciera. Hacer cosas provocadoras como dibujar en la pared de la sala con un marcador indeleble y una gran sonrisa, meter la mano en el frasco de galletas mientras te mira directamente a los ojos y tú le dices: “¡NO!” o correr con tijeras por la casa, etc.

Entonces, ¿cuál es la relación entre el Libro de Shemot y comportarse como un shovav?

Si no estás familiarizado con la simple historia del Libro de Shemot, las siguientes palabras la resumen: Moshé, con las indicaciones de Dios, realiza muchos milagros espectaculares (incluyendo las diez plagas) para liberar a los israelitas de la esclavitud en Egipto, llevarlos al desierto y construir allí el Tabernáculo.

¿Ellos apreciaron sus esfuerzos? ¡NO! A lo largo del viaje solo se quejaron con Moshé: “Empeoraste las cosas. Nos gustaba la comida en Egipto. ¡Estábamos cómodos allí! ¡Queremos regresar!”. Ellos presenciaron los milagros y luego, poco tiempo después, se comportaron como si nada hubiese pasado. Perdieron toda la apreciación de lo que estaban haciendo por ellos. De hecho, muchas de las personas se quejaban repetidamente y se sublevaron. Tenían amnesia espiritual una y otra vez.

Esta no es una clase de historia. La historia es sobre nosotros, la humanidad, y describe lo que hacemos cuando nos comportamos como shovavim con el Creador; tal como lo demuestra nuestra conveniente pérdida de memoria con respecto a las bendiciones constantes en cada momento de nuestra vida. El Creador siempre nos ama, alimenta y nos da una gran oportunidad para llevar a cabo la misión de nuestra alma. Pero lo olvidamos. ¡Todo el tiempo nos quejamos y nos lamentamos de algo! 

“Se levantó sobre Egipto un nuevo rey, que no conocía a Yosef” […] el Faraón dijo: “¿Quién es Di.os para que yo deba escuchar Su voz?”. ¿Por qué es tan importante que él no conocía a Yosef, cuando no conocía a Di.os?

La respuesta a esto es: cuando una persona deja de apreciar a los demás, hasta ahí llega su camino espiritual. El momento en el que el Faraón olvidó que Yosef había salvado el reino, el camino solo podía llevarlo al fracaso.

Su ingratitud por Yosef dio lugar a la miseria que envolvió a los israelitas y, al final, también a los egipcios.

Recuerda: la Biblia nunca habla de otras personas ni de historia. ¡Es un código metafísico atemporal que nos recuerda despertar y recordar!

Cuando olvidamos que alguien hizo algo por nosotros, aunque haya sido pequeño, también comenzamos a olvidar lo que el Creador hace por nosotros diariamente.

De vez en cuando podemos sentirnos agradecidos, pero suele ocurrir luego de una amenaza o después de perder algo o a alguien que queremos. Olvidamos que cuando los desafíos se presentan, en realidad son regalos. Aunque parezcan dolorosos y difíciles, el regalo de una crisis nos ayuda a recordar que el mundo de los cinco sentidos es nuestro Egipto espiritual. 

Cada uno de nosotros firmó un contrato espiritual que consistía en llevar a cabo nuestro tikún (corrección del alma), compartir y perdonar; superar el miedo, el egoísmo y, lo más importante, amar sin temor.

Solo se necesita un segundo para que olvidemos que todo viene del Creador. Cuando esto ocurre, comienza el final de nuestro desarrollo espiritual. Así pues, ¿qué podemos hacer con respecto a eso?

Como recordatorio diario, quiero compartir con ustedes lo que yo hago para recordar:

· Doy agradecimiento: a todos y todo, especialmente a las personas y las cosas que doy por sentadas.

· Busco oportunidades para compartir. Están frente a nosotros todo el tiempo. Compartir cuando es incómodo me saca de mi Egipto personal.

· Uso los 72 Nombre de Dios (el Libro de Shemot en realidad significa “Nombres” y hace referencia a los 72 Nombre de Dios): Yo uso la aplicación de los 72 Nombres de Dios en mi celular, eso me ayuda a mantenerme concentrada cuando medito. ¡Es genial! Nunca salgo de casa sin ella.

Batya Solomon

https://www.kabbalah.com/es/articles/50-first-dates/