viernes, 1 de diciembre de 2023

Mantener un buen Orden


Hay un concepto complejo, pero no imposible de comprender cuando recibimos enseñanzas espirituales de la Kabbalah que es la de "Dar su parte al Satán".

Siempre que ganamos algo, siempre que recibimos, algo de eso le pertenece al Satán.

El árbol de la vida tienen 10 séfiras de las cuales una es el mundo físico, 9 son del mundo espiritual y 1 es el mundo terrenal que reconocemos.

El mundo físico se caracteriza por tener los elementos tiempo, espacio y movimiento, así como poder experimentar la idea de que las cosas pueden desaparecer, que puede haber carencia o caos.

Dar su parte al Satán es de cierta manera revitalizar al mundo, por eso se da un diezmo, por eso cuando se parte el pan (jalá) de Shabbat se corta una partecita del pan y se tira con toda la consciencia de que el deseo del ego sea saciado y nos permita disfrutar de la energía espiritual sabiendo que atendimos las necesidades de ese motorcito que es el ego, y que este no crecerá desmedidamente por sentir carencia o desatención.

El ego está hecho de eso, de deseo, de ganas de recibir, de estar viendo "¿Qué hay aquí para mi?" Y si no lo atiendes, se desboca, como Esaú lo hizo con Jacob. 

Esaú reunió a un ejercito de 400 personas para ir tras de 1 hombre, pero Jacob hizo gala de humildad y de generosidad. El quería darle todo lo que había logrado, sin embargo, gracias a las acciones de Jacob, Esaú no quiso recibirlo y por el contrario, hizo las paces con su hermano. En un instante paso de odio a amor y dejó de desear la famosa bendición de primogenitura que sentía que le pertenecía.

En la vida cotidiana lo entenderemos como ser capaces de compartir con otros de nuestra buenaventura, de que cuando recibamos ingresos dar un diezmo a alguna causa que entre nuevamente al flujo de creación de bienes o de generación de consciencia.

A veces cuando no lo haces deliberadamente, el Satán se cobra "a lo chino" y te lo arrebata de alguna manera, verás que surge algún pago impositivo que no esperabas, se da algún robo que lamentablemente te hace perder lo que pensabas que sería pura ganancia, hay algún choque o accidente que no se tenía presupuestado y que te hace perder donde pensabas que ibas a ganar.

Se dice que si tú no das voluntariamente su parte al Satán, el tendrá derecho a llevarse de más o todo.

Revisa tu generosidad, revisa que las compensaciones que se dan sean justas, revisa que no caigas en avaricia. Revisa en ser consciente de que si tu tienes un manantial de abundancia, lo recibes por bendición de lo Alto y con el fin de que también lo pongas a trabajar en este mundo, para eso solo reinvirtiendo en este mundo es posible.

Normalmente la proporción es el diezmo, ten cuidado de balancear bien, el otro lado de la moneda es crear Pan de la Vergüenza que es el dar desmedido y sin consciencia o merecimiento que echa a perder las relaciones y aniquila el deseo de generar de los demás causando otro tipo de problemas. (de eso he escrito mucho en este mismo blog, puedes buscar al respecto).

Recuerda que esta semana estamos trabajando mucho con Jacob que es la columna central del árbol de la vida y por tanto, del equilibrio y el balance en el mundo.

Hay que participar en que este mundo siga siendo una fuente de abundancia y para ello hay que mantener un buen Orden.

Shabbat Shalom cuando sean visibles las tres primeras estrellas en el firmamento.

Prana Raquel Pascual - Psicoterapeuta Gestalt

Imagen https://www.renacer.ar/diezmo/



jueves, 30 de noviembre de 2023

Ganar el siguiente nivel

 


22 años después de no ver a su hermano, Jacob sabe que ha logrado mucho en su vida, en el 1% (el mundo material) ya era muy rico y espiritualmente también.

El sabía que para ir "al siguiente nivel" espiritual tenía que solucionar las cosas. Sabía que su hermano estaba enojado queriendo matarlo, y él sabía que si esto estaba en su película, también había una corrección para él en la situación.

Jacob sabe que su hermano viene a encontrarse con él; sabía que era peligroso: venía con un ejercito de 400 hombres, claro que era de dar miedo.

Jacob cruza a su familia al otro lado del río, y después él se regresa, por una botellita de aceite (que fue con la que después sucedió el milagro de Hanuka). 

Al volver, se encuentra con un ángel con quien pelea toda la noche, llega la luz del día y el ángel se da por vencido y le dice a Jacob que le deje ir, pero este le pide una bendición antes de liberarlo y el ángel se la da.

Parte de las lecciones aquí es que el ego tiene sus propios beneficios en nuestra vida, no se trata de aniquilarlo sino de saber jugar el juego sin perder la humildad.

El ego es un motor. Pensémoslo así, hay que desear para lograr, lo que nosotros queremos es tener suficiente deseo de conseguir, de lograr, de aprender, de manifestar, pero sin perder la sencillez, el deseo de hacer bien a otros, ser humilde. Esa es la batalla porque lo fácil es envanecerse de lo que se ha logrado, de sentirse poderoso y que con ello nos olvidemos de que todo lo que tenemos es porque nos ha sido concedido por el Creador. Por esto Jacob es la carroza de la energía de la tercera columna, la que puede dominar al ego y obtener su fuerza y potencial para compartir y crear.

¿Hay alguna batalla más difícil que esa?

Esa es la que ganó Jacob y de ahí se ganó el siguiente nivel espiritual de cambiar su nombre a Israel, un nombre en código que contiene todas las iniciales de los Patriarcas y Matriarcas anteriores, es decir todas sus virtudes y luz. I de Isaac, S de Sarah, R de Rajel y de Rivka, A de Abraham, L de Leah.

¿Tu cómo vas con la batalla con el ego?

Prana Raquel Pascual - Psicoterapeuta Gestalt 

Basado en clases de El Centro de Kabbalah

Imagen https://estudialabibliahoy.com/fabian/escuela-sabatica/2022-t2-el-genesis/jacob-israel/