lunes, 20 de enero de 2020

El capitán de mi alma


Hoy amanecí pensando en una entrevista que me van a hacer hoy con respecto a este blog, algo que nunca antes ha sucedido en los trece años que lleva de existir y confieso que me pone bastante nerviosa.
No deja de sorprenderme que desde ese entonces yo tenga el privilegio de seguirlo publicando gracias a los ojos lectores que siguen aún leyéndolo. GRACIAS.
Este blog  surgió a partir de un pequeño voluntariado al ser mentora en El Centro de Kabbalah de la Ciudad de México en el año 2007, unos meses después de que yo comencé a estudiar esta sabiduría, el octubre de 2006.
Hoy pensaba durante mi traslado a mi consultorio ¿Qué será lo que la Kabbalah busca de cada uno de nosotros? ¿Hacia donde nos guía? ¿Hay alguna respuesta única que pudiera darse?
Para esta pregunta hay muchas respuestas, todas ciertas: busca que crezcamos en consciencia, que verdaderamente podamos hacernos cargo responsablemente de este maravilloso Mundo en el que vivimos, busca que podamos respetarnos y apreciarnos unos a otros, que podamos vivir en paz, busca que vivamos en plenitud, y muchas cosas más, pero en eso, vino a mi memoria este poema que ayudó a Nelson Mandela a seguir adelante con su alma incólume en su largo periodo en prisión, escrito en 1875 por William Ernest Henley, un escritor inglés también muy retado por la enfermedad a lo largo de su vida. El no lo tituló así, pero quienes lo conocieron le dieron este nombre: Invictus
Invictus
En la noche que me cubre,
negra como el abismo de un polo a otro,
agradezco a los dioses que puedan existir,
por mi alma inconquistable.
En las crueles garras de las circunstancias
nunca me he lamentado, ni llorado en alto.
Sometido a los golpes del destino
mi cabeza está ensangrentada, pero erguida.
Más allá de este lugar de cólera y lágrimas,
donde yacen los horrores de la sombra,
la amenaza de los años, sin embargo,
me encuentra y me encontrará sin miedo.
No importa cuán estrecho sea el camino,
cuán cargado de castigos el viaje...
soy el amo de mi destino,
soy el capitán de mi alma.
William Ernest Henley
No todos enfrentamos un destino tan retador, otros si, incluso más, sin embargo, creo que todos estamos llamados a ser Capitanes de nuestra Alma y surcar los siete mares de esta vida, con nuestra cabeza erguida y con la satisfacción de ser amos de nuestro destino.

Feliz día Querida Comunidad del Blog. Gracias por navegar también hoy juntos, como desde hace trece años y contando.

Prana Raquel Pascual
Coach de Vida y Carrera | Psicoterapeuta
Imagen y texto encontrados en https://es.wikipedia.org/wiki/Invictus_(poema)

domingo, 19 de enero de 2020

Receptivos a escuchar



Estamos recorriendo la porción de Vaera, en la cual Di.os habla con Moisés y lo vuelve su fiel pastor ya que comienza su misión de libertar a los niños de Israel.

Les comparto unas palabras del Rav Berg al respecto de esta porción y el evento en que Di.os le dice a Moisés que vaya a hablar con El Faraón y la respuesta de Moisés diciendo que cómo podría hacer eso, el que tiene labios incircuncisos. (Moisés era tartamudo, pero elige esta palabra para decirlo queriendo expresar algo similar a que no estaban listos.

Dice el Rav:

"Como dice el antiguo proverbio kabbalístico: cuando hablamos, lo que proviene de nuestro corazón llega al corazón de otra persona. 

A veces hablamos y hablamos, y lo que decimos cae en oídos sordos.

Cuando la comunicación no se realiza, podría ser porque no proviene del lugar correcto o que las palabras no pueden ser expresadas o no pueden llegar al nivel de Maljut, por eso los oídos se cierran y la persona también. 

Mi maestro, Rav Brandwein, decía que algunas palabras no están hechas para ser comprendidas y que algunas personas no están aquí para escucharlas. El diálogo entre Di.os y Moisés es sobre la voz y las palabras. Los israelitas no podían oír a Moisés porque él venía de un nivel superior que ellos aún no habían alcanzado."

Aquí yo reflexiono, es verdad que hay que asegurarnos de estar listos para hablar, razonar lo que vamos a decir, pasarlo por el cedazo de la consciencia, del entendimiento, pero también hay que estar listos para escuchar. 

Un problema muy serio de los humanos es cuando somos necios, cuando somos impermeables a escuchar un consejo constructivo o una perspectiva diferente. Cuando estás en ese lugar lo único que logras es perderte de un regalo que te podría hacer crecer con mayor velocidad, o evitarte problemas innecesarios, o endulzar algún proceso que sin terquedad, podría ser más simple. Escuchar puede darte una pieza de información que puede apoyarte a tener más perspectivas y por tanto más posibilidades de abarcar las situaciones.

Pero ser necio es algo que si considero un pecado. Pecado no es un término kabbalista como tal, pero si algo está fuera de lugar en una práctica espiritual es ser rígido a tal grado que no puedas cambiar y transformarte.

Hay que estar dispuestos a trabajar en nuestra capacidad de transmitir, pero también y en igual medida, en ser receptivos con buen criterio.

Prana Raquel Pascual
Coach de Vida y Carrera | Psicoterapeuta
Basado en clase del Rav Berg