miércoles, 12 de julio de 2023

Rama tierna versus Rama fuerte

 


Las tribus de Israel son llamadas en la Torá con dos nombres: SHBATIM y MATOT, cuya significancia simple es: ramas de un árbol. 

Shebet se refiere a una rama frágil, que aún está unida al árbol, mientras que Maté es un palo fuerte hecho de una rama que ya ha sido cortada. Ambos nombres nos muestran dos situaciones del Pueblo de Israel: el «árbol» del cual han sido extraídas las almas de los iehudim, es su Fuente Original, Hashem.

Cuando la relación entre las almas y Di-os está revelada éstas son llamadas Shbatim, pero cuando esta unión está oculta y desde un punto de vista externo no se ve, los iehudim son llamados Matot.

En general la primer situación (shebet) se relaciona con el alma cuando ésta aún no ha descendido a este mundo y no se ha envestido en un cuerpo. Está allí en un ámbito totalmente espiritual y elevado, apegada totalmente a Di-os, tal como la rama lo está al árbol. Pero después que el alma desciende a este mundo, dentro de un cuerpo físico, ya no siente su relación intrínseca con la Fuente, es decir, Di-os. Inclusive puede existir un sentimiento de desconexión, ya que el cuerpo y los instintos físicos luchan contra el alma y tratan de obstaculizar su relación con Hashem, pareciéndose a un Maté (palo)que fue cortado del árbol.

Analizando lo antedicho notamos que cuando la rama aún está unida al tronco se encuentra débil y blanda, y aparentemente luego de ser cortada adquiere mayor vigor y fortaleza, incomparable a su estado anterior. Y esto es, en realidad, el motivo del descenso del alma a nuestro mundo material, ya que justamente a través del aparente desprendimiento de la Fuente Divina, el alma revela un vigor y fortaleza colosales llegando a un nivel más elevado aún, ya que los obstáculos y el instinto del mal despiertan al «Maté» del alma que se empecina en permanecer unida a pesar de todo a Hashem, haciendo que su lazo con él sea mucho más profundo.

Cuando el pueblo de Israel fue llevado al duro exilio donde reina una intensa oscuridad, nos parecemos al Maté, teniendo que sacar a la luz todo nuestro potencial interior, para poder enfrentar todos los impedimentos y pruebas de esta época que nos toca vivir.

Encontramos una señal de esto en el hecho que esta Parshá es leída en «las tres semanas de duelo» que se extienden del 17 de Tamuz (Cáncer) a Tishá beAv, quedando a la vista el verdadero sentido del galut (exilio), es decir, ¡lograr que emerja el Maté de nuestra neshamá (tercer nivel de alma).

Esto lo que nos indica es que los obstáculos fortifican nuestra alma que es el propósito de nuestra misión terrenal.

(Likutei Sijot, tomo 18, pag. 382. De las Enseñanzas del Rebe de Lubavitch)

Publicado por Prana Raquel Pascual - Psicoterapeuta Gestalt Humanista - Coach

Fuente: https://www.tora.org.ar/matot-masei/

Imagen https://definicion.de/vastago/

martes, 11 de julio de 2023

Combinar dos realidades


Matot Maséi es una porción increíblemente larga, tiene 244 versículos; no obstante, el Zóhar la discute en solo dos cortas páginas. Sabemos que debido al principio kabbalístico de que menos es más, en los lugares en los que el Zóhar omite o tiene poco que decir sobre un tema, nos queda profundizar en el secreto que se puede revelar allí.

Esta porción relata los viajes de los israelitas de una ciudad a otra; ciudades del pasado que ya no existen. Según el Zóhar, esto es significativo porque es a través de la cuántica —donde ayer, hoy y mañana son uno— que el caos dejará de ser parte de nuestra vida. Una vez que podamos ver el mañana, podremos mejorar, prevenir o alejarnos de los sucesos que nos puedan traer caos. El Zóhar explica que en esto consisten estas dos porciones, Matot y Maséi: la cuántica, todo es uno.

Hay 112 versículos en la porción de Matot, y el Zóhar explica que el número 112 representa la interconexión entre el mundo del Tetragrámaton (el mundo metafísico, el Universo Perfecto en el que la realidad no es capturada o dominada por las limitaciones físicas) y el mundo de Elokim (la realidad física limitante y caótica). El valor numérico del Tetragrámaton es 26, y cuando se combina con el valor numérico de Elokim (otro Nombre de Dios), que es 86, tenemos un total de 112.

Dice en el primer versículo que Moshé primero habló con los jefes y después con los demás israelitas acerca de las promesas. La Biblia reconocía el poder de la mente y de la palabra. Cuando expresamos algo verbalmente, por ejemplo: “Estaré ahí”, ya ha ocurrido en la realidad del 99 %. Solo en el 1 % queda de nuestra parte manifestarlo. Cuando hacemos una promesa o un juramento que no manifestamos, el Zóhar dice que creamos un hoyo negro.

¿Por qué Moshé se dirigía primero a los jefes ante cualquier situación? ¿Era porque quería mostrar respeto, demostrar una estima superior por estos líderes en comparación con los otros israelitas? El Zóhar dice que es muy simple: un jefe significa control. Controlas si diriges, y la idea de las promesas consiste solamente en el control. 

Así como somos los creadores de estos hoyos negros, también podemos eliminar los hoyos negros en nuestra vida. De eso trata esta porción. El término jefe solo se usa para indicarnos que si queremos estar en control, no hay más opción salvo interconectar la conciencia —que está conectada al Universo Perfecto— y traer esa conciencia para doblegar la realidad física conocida como Elokim, el mundo de caos. Esto es hermoso.

Nos han dado el sistema mediante el cual podemos ejercer control sobre dos elementos diferentes: la mente sobre el cuerpo, sobre la materialidad, sobre el caos, dondequiera que exista. Con nuestra conciencia podemos atraer el Universo Perfecto; no hay duda de que podemos poner fin al caos en nuestra vida personal conforme a lo que aprendemos del Zóhar.

Rav Berg (fragmento de "Caminar dos realidades)

Feliz martes Comunidad

Publicado por

Prana Raquel Pascual - Psicoterapeuta Humanista - Coach

Texto e Imagen https://www.kabbalah.com/es/articles/combining-the-two-realities/