viernes, 18 de junio de 2021

Transformación Global

 


Si bien hemos estado recordando los conceptos básicos de la Kabbalah y hemos estado viendo lo leyes espirituales primarias, esto no termina aquí.

Podemos estudiar Kabbalah como una sabiduría para nuestra vida personal, sin embargo, como bien sabemos, eso no alcanza para que estemos completamente lejos del caos que se puede experimentar cuando estas leyes no se respetan ¿Por qué?

Porque como humanidad, estamos unidos en esto y mientras haya sufrimiento de otros congéneres, es imposible sentirnos totalmente satisfechos de haber elevado la Creación.

Vale la pena aclararlo: aunque cada uno de nosotros haga restricción y comparta mas allá de su deseo de hacerlo, no podremos ser exitosos en nuestro objetivo final, el sistema es tan perfecto, que no podemos hacerlo solos. Debemos involucrar a las personas que nos rodean en el trabajo espiritual. 

Ojo, no me refiero a hacer proselitismo o volvernos una secta o volvernos fanáticos. 

La verdad esto es más sencillo, a diferentes niveles puedes influir: Si tienes hijos, la esperanza es que conozcas estas leyes y se las puedas inculcar naturalmente, como los valores básicos de vida. Kabbalah no es una religión  por lo que nadie tiene que sentir que atentamos contra un estado laico o contra tradiciones que curiosamente están basadas en esta misma sabiduría quizás sin recordarlo. 

Obsérvalo: prácticamente cualquier camino que te ofrece trascendencia te hablará de Ama a tu prójimo como a ti mismo, No hagas a otros lo que a ti te es desagradable. En realidad son las reglas generales de juego.

¿Tienes empleados? Puedes vivir en un entorno en que los valores que se respiren en el ambiente sean estos. ¿Tienes amigos? Su unión puede prevalecer con estas bases. ¿Haces voluntariado? Nada impide que se compartan estas ideas y valores ¡Por el contrario!

En fin, más allá del trabajo de Uno, debemos estar conscientes de que esta sabiduría permite aspirar a una transformación personal pero también de motivar una Transformación Global.

Compartir sabiduría es una magnífica oportunidad de Dar. Sin imponer, sin insistir, pero si alguien tiene oídos y escucha, si alguien tiene ojos y ve, comparte Kabbalah, y deja que la planta crezca espontáneamente en quienes estén listos.

Shabbat Shalom Comunidad

Prana Raquel Pascual - Coach - Psicoterapeuta

Basado en conocimientos compartidos por El Centro de Kabbalah Internacional

Imagen https://democraciaglobal.org/categoria-producto/transformacion-global-y-teorias-criticas/

jueves, 17 de junio de 2021

El Justo Medio

 

Continuando con este repaso que estamos haciendo de las bases de la Kabbalah, notarás que hablamos de Dar y Recibir, así como de la intención de transformar el Deseo de Recibir para uno mismo, en Deseo de Recibir para Compartir.

Como verás, recibir no es el problema, de hecho, es un concepto clave que por supuesto ejercitamos permanentemente en nuestras vidas aunque haya a quien le conflictúe: Ninguno de nosotros somos la causa de todas las causas por nosotros mismos, de facto, todos recibimos la vida a través de otros.

Algunas personas que se apoyan en el blog para su práctica espiritual me dicen que se confunden con cuando dar y cuando no, y lo comprendo, esa es justamente la maestría que buscamos desarrollar en nuestras vidas y para ello mencionamos la Columna Derecha (Dar), La Columna Izquierda (Recibir) y por supuesto la creación humana que es La Columna Central, la justa medida entre ambos.

En el estudio de la Kabbalah la veremos representadas por Abraham, la columna Derecha, el compartir, la bondad, la misericordia. Isaac, el recibir y con ello también los conceptos de rigor, de disciplina, de severidad. Son dos polos opuestos completamente.

La Columna Central es la reconciliación entre las polaridades, lo que en algunos casos podemos entender como El Justo Medio

Decir el justo medio me obliga a aclarar, que no necesariamente la reconciliación adecuada está en la mitad geométrica o aritmética de las cosas.

El Justo Medio tiene más que ver con la palabra JUSTO / JUSTICIA, que es lo que en la traducción a patriarcas (los justos de la Biblia), se conoce como Jacob, el hombre que no se pudo quedar simplemente cómo era su naturaleza al nacer, sino que tuvo que hacer cambios sustanciales en su personalidad a fin de alcanzar su potencial. A través de él representamos las cualidades de lo que llamamos la Columna Central o la Restricción. Saber cuando dar, saber cuando recibir, saber cuando esperar, cuando ser paciente, cuando demorar la satisfacción de un deseo hasta merecerlo.

Jacob tuvo que salir de su casa huyendo y desarrollar una enorme capacidad de demora y tolerancia a la frustración para recibir lo que él quería, tuvo que hacer muchos esfuerzos para templar su carácter, tuvo que luchar contra su propio dialogo interno (las luchas con su ángel), tuvo que enfrentar miedo con serenidad como cuando se volvió a encontrar con Esaú, tuvo que luchar contra la tristeza y la falta de certeza (tal como lo tenemos que hacer todos nosotros) cuando supo que su hijo Yosef había muerto, en fin. 

Esa es la columna que queremos desarrollar: aprender a no simplemente actuar regidos por nuestros impulsos, sino regularlos, sopesar, siendo mesurados pero decisivos cuando es necesario, no sucumbir al miedo, pero no ser indolentes o irreflexivos. 

Eso y más, por eso se les llama Tzadikim – Justos. 

Mucha virtud ciertamente. Pero eso, eso es el trabajo que buscamos cuando decimos querer ser espirituales ¿Sigues dispuesto?

Feliz día Comunidad

Prana Raquel Pascual – Coach – Psicoterapeuta

Basado en aprendizajes de El Centro de Kabbalah Internacional

Imagen http://ermitiella.blogspot.com/2019/02/san-baudelio-de-berlanga.html