jueves, 12 de noviembre de 2020

Keturah y el proceso de purificación

 

Esta es una semana importante para muchos procesos del ciclo de la vida humana. 

Sarah deja su cuerpo físico, Avraham hace la transacción para comprar un lugar donde enterrarla, la cueva de Macpelá, la cueva de las parejas. 

Un duelo es un tránsito importante de tener energía, sentir que se "pierde" y posteriormente toda la gestión interior que lleva finalmente para resignarse y finalmente poder liberarse y sanar.

No solo se habla de la muerte de Sarah, sino de también del proceso de encontrar esposa para Isaac y habla a su vez de que cuando esto se logró, finalmente Avraham también contrajo nuevamente nupcias con una mujer que suponemos es Haggar la sierva con quien había concebido a Ishmael, pero en este momento es nombrada Keturah, una mujer virtuosa, cuyo nuevo nombre semeja a la palabra Ketoret, incienso, hablando justamente de esta propiedad de purificar de esa preparación.

Cuando hablamos de negatividad como una energía debemos aprender, que no hay tal cosa como "energía negativa".

Por ejemplo, estar deprimido no es una energía negativa, es NO tener energía, es la falta de energía lo que nos hace decaer,  es una falta de Luz. 

Esta semana podemos hacer una introspección de nuestra vida, de donde tenemos negatividad y caos, e ir hacia atrás para ver dónde generamos ese vacío de Luz.

¿Qué pasó antes de que esto apareciera? ¿Antes de la separación alrededor de mi? Porque esa es la causa y quiero restaurarlo, liberarlo,  para eventualmente poder purificar y sanar.


Prana Raquel Pascual - Coach de Vida y Carrera - Psicoterapeuta Gestalt

martes, 10 de noviembre de 2020

Tener 100 y 20 y 7

 


Paradójicamente, la sección de la Torá titulada Chayei Sarah ("La vida de Sarah") trata por completo de los eventos que ocurrieron después de la muerte de Sarah. El primer verso de la parashá narra la vida útil de la primera de las cuatro matriarcas de Israel:

La vida de Sarah fue de cien años, veinte años y siete años; estos fueron los años de la vida de Sarah.

¿Por qué la Torah divide el recuento de sus años en tres partes ("cien años", "veinte años" y "siete años")? 

Para decirnos que cada día de su vida era el equivalente a todos. 

A la edad de cien años tenía como veinte en fuerza, ya los veinte era como siete en modestia y pureza; a los siete años tenía como veinte en inteligencia, ya los veinte tenía como cien en rectitud.

Creo que uno de los grandes mensajes de la porción es que en nuestra vida, cada día importa si buscamos ser, los seres que potencialmente podemos proyectar.

Cuando afirmas "así soy y no hay nada más que hacer", niegas a tu potencial desarrollarse. 

La vida no implica que tengas que ir perdiendo aspectos espirituales, algo de tu esencia puede seguir siempre con la ternura e inocencia de un niño, pero ya con la experiencia de un adulto, ya con la sabiduría integrada que los años nos van enseñando. 

La vida es un bello transito que nos permite experimentar diferentes "vasijas" en carne propia y aprender de ello. Usar cada uno de nuestros aprendizajes en el momento adecuado puede ser un regalo para que la vida mantenga la ilusión y el fácil perdón de un infante, pero la sensatez y la madurez de alguien experimentado cuando sea requerido, así podremos decir, tener 100, y 20 y 7.

Feliz día querida Comunidad

Prana Raquel Pascual - Coach de Vida y Carrera - Psicoterapeuta Gestalt

Fuente de información 

https://www.chabad.org/parshah/in-depth/default_cdo/aid/35875/jewish/Chayei-Sarah-In-Depth.htm

Imagen https://www.maroubrasynagogue.org.au/2017/11/09/22-cheshvan-5778-chayei-sara/