sábado, 13 de junio de 2020

La situación sin opciones

Hoy me encontré con un caso que nos planteo Shimon Sarfati en su momento, y que a su vez, a él se lo planteó El Rav Berg, y es el siguiente caso:

"Estamos en un bote y hay en el dos niños, uno es un adolescente, y uno es aún más pequeño. Ambos en algún momento de tormenta, caen por la cubierta, pero en diferentes direcciones y ambos se estuvieran ahogando.

Si solo tuviéramos oportunidad de salvar a uno, ¿A cual salvaríamos?¿Al más grande o al más chico?¿ Al que nos cae mejor o peor? ¿Al más lindo?

En realidad, esa es una decisión por naturaleza imposible, ya que ambos son una vida humana y por lo visto, implicaría que salvar a uno es dejar morir al otro."

Por supuesto, todos podemos empezar a patinar entre opiniones y tratar de encontrar el peso específico suficiente en alguna de ellas para decidir con justicia, pero la verdad, es que ambos son niños, ambos tienen un alma y ambos sufrieron un accidente que los está poniendo en una situación extrema.

En realidad, la única respuesta desde nuestro estudio kabbalista es Nunca te permitas llegar a situaciones sin opción, en las que ya no hay más que la peor de ellas.

Se que parece capcioso, pero en el orden de nuestro estudio sabemos que nunca llegamos de blanco a negro, sin pasar por una gama de grises. 


Sabemos que muchas cosas las dejamos llegar al peor escenario, por no atender o solucionar antes de que se volviera grande.

Generalmente, si tenemos la paciencia y curiosidad, veremos que no llegamos a problemas irresolubles, sin haber tenido oportunidades antes de poner un limite, de elegir algo diferente, de poner orden o atender la situación de una manera más proactiva. 

La luz siempre te va a dar oportunidades antes de no llegar a ese tipo 
de situaciones ¿Las estamos aprovechando?


En la historia de los espías que fueron Israel, ya habían tenido oportunidad de ver muchos milagros y como volvían a salir adelante en cada situación difícil que se les planteaba, habían visto el poder de mantenerse unidos y que cuando así lo hacían eran imparables y el Creador les protegía, pero en esta ocasión eligieron por puro egoísmo y negaron la entrada a todo los demás para poder seguir siendo ellos los que tuvieran el poder, y lamentablemente, no ganaron ni ellos ni los demás que les creyeron y que votaron por regresar a Egipto. Eso equivale a que los dos niños que cayeron del barco se ahogaron.

En cambio los dos que buscaron otra perspectiva para encarar la situación, dieron testimonio correcto, y lo hicieron porque consultaron --antes de ir-- a algún maestro o sabio, a alguien que no los dejara caer en garras de su propio ego, su impulsividad y terquedad. No se permitieron llegar a la situación sin opciones.

De los doce espías, solo Caleb y Yeshoua salvaron su vida y les fue posible llegar a la tierra de Canaan, los demás murieron vagando en el desierto.

Shabbat Shalom Comunidad

Prana Raquel Pascual
Coach de Vida y Carrera | Psicoterapeuta Gestalt
Basado en clase de Shimon Sarfati 2010
Imagen https://nauticajonkepa.wordpress.com/2011/02/24/el-mediterraneo-aumentara-su-nivel-por-encima-del-medio-metro-en-el-siglo-xxi/


viernes, 12 de junio de 2020

Escuchar tu verdad


En Shlaj Lejá, tras haber emprendido el camino hacia la Tierra Prometida, Moshé les pide a los líderes de las doce tribus que la visiten, la “espíen” y regresen con un informe.

Diez de los doce espías regresaron y dieron falso testimonio acerca de la tierra. Ellos reportaron que era inhabitable y estaba llena de enemigos. 

Desafortunadamente, los israelitas les creyeron y se lamentaron. Ellos creyeron lo que otros les contaron en lugar de lo que sabían que era verdad en sus corazones. Ellos creyeron más en la palabra de estos diez líderes que en la palabra de Moshé, el Creador y todos los milagros que habían presenciado. El Creador y Moshé les habían prometido éxito y prosperidad, y en un instante, los israelitas entregaron esta conexión debido al miedo y la duda.

Estos diez líderes que hablaron falso testimonio sobre la Tierra Prometida también lo hicieron porque tenían miedo. Tenían miedo de que si todos llegaban a la Tierra Prometida, los israelitas alcanzarían la madurez espiritual absoluta y, como resultado, su papel como líderes ya no sería necesario ni tendría validez, todo porque estaban preocupados por preservar su estatus y poder. 

Los israelitas decidieron escuchar las voces externas. Ellos escogieron ir en contra de lo que sabían que era verdad para ellos y creyeron el informe falso. 

¿Cuántas veces nos hemos dicho a nosotros mismos: “Yo lo sabía, pero ¿por qué tomé esa decisión?”

El mundo siempre estará lleno de distracciones diseñadas para desviarnos de nuestra verdad y nuestro destino. 

A menudo aceptamos los temores y juicios de los demás, y les permitimos que moldeen aquello que sentimos y creemos. 

La historia de los israelitas nos enseña acerca de los desafíos en nuestro propio camino espiritual. 

Karen Berg 2019
Fragmento de: