viernes, 12 de junio de 2020

Escuchar tu verdad


En Shlaj Lejá, tras haber emprendido el camino hacia la Tierra Prometida, Moshé les pide a los líderes de las doce tribus que la visiten, la “espíen” y regresen con un informe.

Diez de los doce espías regresaron y dieron falso testimonio acerca de la tierra. Ellos reportaron que era inhabitable y estaba llena de enemigos. 

Desafortunadamente, los israelitas les creyeron y se lamentaron. Ellos creyeron lo que otros les contaron en lugar de lo que sabían que era verdad en sus corazones. Ellos creyeron más en la palabra de estos diez líderes que en la palabra de Moshé, el Creador y todos los milagros que habían presenciado. El Creador y Moshé les habían prometido éxito y prosperidad, y en un instante, los israelitas entregaron esta conexión debido al miedo y la duda.

Estos diez líderes que hablaron falso testimonio sobre la Tierra Prometida también lo hicieron porque tenían miedo. Tenían miedo de que si todos llegaban a la Tierra Prometida, los israelitas alcanzarían la madurez espiritual absoluta y, como resultado, su papel como líderes ya no sería necesario ni tendría validez, todo porque estaban preocupados por preservar su estatus y poder. 

Los israelitas decidieron escuchar las voces externas. Ellos escogieron ir en contra de lo que sabían que era verdad para ellos y creyeron el informe falso. 

¿Cuántas veces nos hemos dicho a nosotros mismos: “Yo lo sabía, pero ¿por qué tomé esa decisión?”

El mundo siempre estará lleno de distracciones diseñadas para desviarnos de nuestra verdad y nuestro destino. 

A menudo aceptamos los temores y juicios de los demás, y les permitimos que moldeen aquello que sentimos y creemos. 

La historia de los israelitas nos enseña acerca de los desafíos en nuestro propio camino espiritual. 

Karen Berg 2019
Fragmento de:

 

jueves, 11 de junio de 2020

Buscarle tres pies al gato


Es interesante mencionar acerca de esta porción en que Moisés envía espías, hubieron dos que dieron testimonio positivo de la Tierra de Israel, dos que trajeron solo los hechos. ¿Hay un árbol? Si, hay un árbol. ¿Hay gigante? Si, hay gigantes, pero sin extra poner extra de su cosecha para disuadir o espantar. Dos de doce.

Uno de ellos, Caleb ben Yefuné fue uno de los que dio un testimonio positivo.

Hay quien puede pensar que Caleb, era hijo de alguien llamado Yefuné, ya que la palabra BEN, quiere decir "hijo", pero en realidad yefuné quiere decir "quitarme a mí mismo".

Caleb decidió separarse y ver las cosas diferentes. Era el jefe de la tribu de Yehudá.

Cuando los otros diez empezaron a compartir que había pasado, él quería calmar a la nación y dijo, si podemos ir, si podemos conquistarla, pero los demás decían, no, no podemos manejarlo, se mantenían en el "no podemos y empezaron a condenarlo".

El decía "por favor escúchenme: esta tierra es muy muy buena".

El Creador dijo "Caleb tiene un diferente clase de espíritu, y el va a recibir todas las bendiciones".

Como es que Caleb no estuvo afectado como los demás, no estuvo reactivo como el resto de los jefes de las tribus y eso le permitió ver con claridad.

Me pregunto cuantas veces nos hacemos bolas a nosotros mismos por estar contandonos las mil versiones, inventando lo que podría ser en lugar de solo describir lo que es.

¿Tienes una situación así? ¿Estás buscando los tres pies al gato, aunque sepas que tiene 4? :-)

Simplifica ¿Cuales son los hechos? Decide a partir de eso, no metas extra sufrimiento a tu versión de las cosas.

Prana Raquel Pascual
Coach de Vida y Carrera | Psicoterapeuta
Basado en clase de Ruth Rosemberg 2017