sábado, 4 de enero de 2020

Protectores del Mundo



En la historia de Vayigash, Yehuda llega a comprender que su padre, Yaakov, y sus hermanos no son quienes deben ser sus protectores; en lugar de ello, debe serlo él mismo. Por lo tanto, la Luz única que se despierta para nosotros en esta porción es la de comenzar a vernos como protectores.



Rav Shimón bar Yojái dice es que no podemos esperar que un alma sea la protectora como él lo era en su época, sino más bien que nuestra responsabilidad es ser pequeños protectores hoy en día. Ninguno de nosotros será Rav Shimón bar Yojái y dirá: “Gracias a mí no habrá sufrimiento en este mundo”; nuestro trabajo espiritual por sí solo probablemente no podrá, tal y como Rav Shimón bar Yojái lo hizo, proteger al mundo entero. Pero aún así tenemos que empezar a vernos como protectores del mundo.

Rav Berg, decía siempre: la conciencia lo es todo. Por lo tanto, ¿cómo nos vemos a nosotros mismos? ¿Nos vemos como protectores de este mundo? Una de las cosas más importantes que podemos aprender a partir del dolor y las tragedias que vemos a nuestro alrededor en este mundo es motivarnos más que antes para convertirnos en mejores protectores. Tenemos que ver nuestra vida, lo que hacemos, las conexiones que hacemos y preguntarnos: ¿Qué acciones no debo permitirme o de qué manera tengo que motivarme para volverme un protector más fuerte de nuestro mundo? Esto tiene que ser una conciencia y un pensamiento significativos que cada uno de nosotros necesita tener acerca de sí mismo.

En Shabat Vayigash, tenemos la oportunidad de despertar en nosotros dicha consciencia.

Shabbat Shalom
Prana Raquel Pascual - sinopsis de Traer protección a este mundo. Michael Berg
Imagen del incendio que actualmente asola a Australia


jueves, 2 de enero de 2020

El trago amargo de la verdad



Estoy convencida de que el peor engaño, es aquel que del que nos convencemos a nosotros mismos.

Dijo uno de nuestros maestros: Lo que la Luz espera de nosotros, no que seamos perfectos, sino que nos digamos la verdad.

Cuando Yehuda (hermano de Yosef) dice la verdad en esta historia, cuando "no tuvo cara para perpetuar el engaño de que ellos habían desaparecido a Yosef " y para regresar ahora sin el niño Benjamín a su casa, después de que le había prometido a Jacob que no le pasaría nada, atravesó un verdadero infierno ante la situación, pero una vez tomada la decisión, dicho infierno se disolvió más pronto de lo  de lo que pudo imaginar, ya que prácticamente en el momento en que asumió su responsabilidad, dicho sufrimiento terminó.

¿Cuantas veces el sufrimiento no se detiene, porque nosotros no podemos ser vasijas plenas de nuestra responsabilidad?

He observado muchas veces que en procesos de duelo, cuando hay que dejar ir, despedirse o simplemente aceptar algo que nos es muy incómodo, tomar el trago amargo de la verdad, es el verdadero antídoto. 

El momento en que te confiesas a ti mismo --a esa parte de ti que se está negando a asimilar lo que es ya se siente como un mar contra el dique 
resquebrajándose-- es cuando empieza la sanación.

A veces la verdad nos inunda porque no la asimilamos antes, y eso vuelve muy doloroso el proceso, pero a veces puedes llegar a la conclusión de que la situación cambió y no volverá a ser como la recordamos o nunca será como la queríamos...entonces se puede manifestar como realmente es y quizás nos sorprenda con que la verdad es mucho más feliz de lo que nos podíamos imaginar.

Este año que empieza es buen momento para proponerte ser más sincero contigo mismo...de ahí se abre la posibilidad de una plenitud verdadera.

Feliz día Comunidad

Prana Raquel Pascual
Coach de Vida y Carrera | Psicoterapeuta