miércoles, 6 de marzo de 2019

Aún desconocido para ti mismo


Los israelitas veían a Moshé como un Dios, ellos necesitaban reglas, necesitaban a alguien que les dijera qué hacer, necesitaban orden; ellos no podían vivir en un plano en el que nada estuviera claro acerca de cuál era el siguiente paso y qué vendría después. Por ende, el propósito del Becerro de Oro era tener algo que les dijera qué hacer y creara algún tipo de orden o claridad para ellos. Los israelitas no podían entender qué significaría vivir sin la presencia de Moshé y sin nada que los guiara y les mostrara si algo estaba bien o mal, tampoco podían vivir sin algo que los ayudara a controlar su naturaleza.


Pero las mujeres dijeron: “No. Quizá esta es una oportunidad para liberarnos de nuestra naturaleza, que es realmente la razón del por qué estamos en este mundo”, a lo que los hombres respondieron: 

“Hay límites dentro de los cuales queremos vivir, y sin Moshé necesitamos de algo más para crear esos límites para nosotros, porque sin esos límites o barreras —llamados ‘naturaleza’— diciéndonos cuál es el siguiente paso y qué debemos hacer, no sabemos cómo actuar, y tenemos miedo”.

Sabemos que los hombres no escucharon a las mujeres, construyeron el Becerro de Oro y cayeron. Y en el Midrash, con respecto a Pekudei, Rav Eleazar dice que, debido a que las mujeres no quisieron que los hombres tomaran sus joyas para construir el Becerro de Oro y les dijeron “No”, el Creador les dio una conexión más grande con Rosh Jódesh que a los hombres. 

Rosh Jódesh es el inicio del mes, de la Luna Nueva, y es la semilla de consciencia del cada mes, un momento en el que podemos tener el mérito de recibir el regalo de la fortaleza y la consciencia para liberarnos de nuestra naturaleza; por ende, dado que los hombres cayeron y las mujeres ya estaban aceptando el hecho de que se liberarían de los confines de la naturaleza, ellas recibieron una porción más grande de la Luz del Rosh Jódesh. Por ello, los kabbalistas enseñan que Rosh Jódesh es un día que, en efecto, está más conectado con las mujeres que con los hombres.  

La razón por la que estamos en este mundo no es para vivir dentro de los confines de la naturaleza, sino para cambiar esa naturaleza, romper con ella, sacrificarla.

Muchas veces habrás escuchado a la gente o a ti mismo afirmar "Yo soy así, y ni modo". La verdad es que esa aseveración va contra nuestro propósito en este Mundo. Afortunadamente tenemos la oportunidad de cambiar, de hacer ajustes, de volvernos alguien incluso aún desconocido para ti mismo en el mejor de los sentidos.

¿En quien quieres convertirte? Mientras estás vivo, esa oportunidad está vigente ¡¡No la perdamos ni un día de vida!!

Feliz miércoles Comunidad

Prana Raquel Pascual

Texto (e imagen) en itálicas https://www.michaelberg.net/es/articles/salirse-del-gui%C3%B3n

martes, 5 de marzo de 2019

El acertijo de la esfinge


Estamos en la porción de Pekudei, la última de este libro de la Torah llamado Éxodo o Shemot, Nombres.

Sabemos que esta porción es muy similar casi igual a una que ya habíamos leído hace pocas semanas, sin embargo esas pequeñas diferencias pueden hacer que lo subsecuente sea realmente distinto.

Piénsalo en tu propia vida: ¿Si pudieras volverlo a hacer? ¿Si pudieras volverlo a vivir? ¿Cómo lo harás?

Piénsalo, quizás podamos estar hablando de algunos aspectos de relaciones de tu pasado, quizás de patrones en tus empleos o la manera en que fuiste mamá o papá de tus hijos...

Si tuvieras la oportunidad...¿Harás exactamente lo mismo?

Muchas veces yo decía que no, que yo viviría igual, pero la verdad pensándolo bien, no me parece que haya vivido tan hábilmente todas mis oportunidades, hubo muchas veces que volví a caer en el patrón reactivo y no logré cambiar suficiente la historia. No es exactamente arrepentimiento, es un reconocimiento de que pude haber sido mejor jugadora del juego de mi vida y quizás moverme con mayor agilidad, ahora creo que si era posible. 

Por supuesto decimos que hacemos lo que podemos con lo que tenemos, pero por eso vale la pena saber que más vale estar bien despierto, lo más posible a comprender como se están uniendo los puntos entre si y que figura forman, para entender y resolver de mejor manera las pruebas y los acertijos que se pone frente a nosotros como la esfinge para cruzar el umbral.

¿Si volvieras a vivirlo...lo harías igual? Quizás yo no, y por ello ahora vivo con mucho más atención cada vez que siento el impulso intenso de una emoción que me quiere remolcar sin control...paro y analizo...¿Cuando me había pasado ya esto y cómo lo resolví? ¿Que puedo tomar como recurso de aquella solución y que necesito cambiar?

Esa es la manera de volver al pasado y volver al futuro de distinta forma.

¿Te animas a probar?

Si hoy tuvieras la oportunidad de volver a decidir, de volver a actuar..¿Qué harías?

Feliz martes Comunidad

Prana Raquel Pascual
La esfinge de Gustave Moureau