martes, 8 de noviembre de 2022

"Tu lo que deberías de hacer es..."

 


¿Cuántos de todos los consejos que damos durante el día los tenemos conquistados por nosotros mismos? ¿En qué seguimos novatos, pero dando consejos a quien se enfrenta de verdad en la cancha?

Lo que nos cuenta la Biblia acerca de Avram y Sará, es que ellos se empujaban al siempre al siguiente nivel espiritual, por eso podían dar consejo sabio.

No podemos ayudar si nosotros no hemos conquistado ese mismo aspecto, si no hemos atravesado lo que la persona ha estado atravesando (o al menos algo equivalente), solo así puedes tener misericordia, entender realmente de que está pasando.

La verdad es que si no experimentaras el dolor y la frustración en ti mismo, y la llegas a trascender, no estás acreditado "desde tu trono de privilegio" a predicar lo fácil que es vivir, hacer o lograr, o explicar a nadie acerca de la situación, y quizás lo más humano que podremos hacer, será guardar silencio y estar físicamente para tratar de ayudar en lo que de verdad quite carga al otro, no cargarlo de buenos consejos que no hemos experimentado en carne propia.

Hablar desde un análisis mental, no es entender de la manera en que un quiebre verdadero te hace comprender la vida. Desde un "Tú lo que deberías de hacer es...", es la mejor manera de apartarte emocionalmente de cualquiera.

Hace muchos años, cuando yo era muy jovencita aún, hice mi servicio social en un centro de atención psicológica para niños. Llegó una chiquita a la que le habían extirpado un ojo por una tumoración. Aunque racionalmente pensé en su trauma y su dificultad, decidí taparme un ojo para hacer mis actividades del día y tener tan siquiera, una mínima idea de lo que ella experimentaba. Terminé exhausta y con un fuerte dolor de cabeza. Yo sé que aunque hice un buen esfuerzo por ponerme en sus zapatos, no lo logré lo suficiente, porque su problema se extendía mucho más allá de la pérdida física. Aún así, mi jefe y yo nos implicamos hasta donde pudimos, aunque ciertamente no llegamos tan lejos como hubiéramos querido por razones ajenas a nuestro alcance, pero esos fueron mis inicios, aún minúsculos de tratar de expandir mi empatía.

Antes de tan solo pensar como saldrás bien parado tú de tu reto...¿Qué hay ahí para otros? ¿Qué dolores quizás no escuchas detrás de sus voces que no te permiten entrar en contacto con la realidad que ellos mismos experimentan y del cual incluso se les dificulta pedir ayuda?

Hay que hacer restricción donde te cuesta...Quizás sea ponernos un poco más en los zapatos del otro, aunque la empatía al 100% sea un reto casi imposible de lograr. Intentarlo genuinamente es valioso.

¿Qué será lo que podremos hacer?

Feliz reflexión Comunidad

Prana Raquel Pascual - Psicoterapeuta - Coach

Imagen https://cafecomsociologia.com/dinamica-privilegio/


 

lunes, 7 de noviembre de 2022

El regalo del cambio de consciencia

 


Estamos recorriendo la porción Vayerá: "Y se apareció"

Al inicio de la porción de Vayerá, los ángeles, después de ser alimentados por Avraham, le dijeron que un gran milagro ocurriría un año después de ese momento: él y su esposa Sará, a pesar de haber pasado la edad reproductiva hacía mucho tiempo atrás y de haber intentado concebir un hijo toda su vida, tendrían un hijo.

La historia nos dice que cuando Sará escuchó esto, se rio y el Creador se enojó y dijo: “¿Por qué Sará se ríe de Mí…?” preguntó el Creador, “¿Hay algo que Yo, Dios, no pueda hacer?”. Luego dice que Sará negó haberse reído.

"¿Cuál es el secreto de esta historia?"

Los kabbalistas enseñan algo muy importante. Sabemos que para que cualquier Luz se revele, tiene que existir una vasija. No obstante, una vasija no es tan solo un deseo verdadero; también es la certeza de que algo puede o va a suceder. Hay una gran diferencia entre desear que algo ocurra y tener la conciencia de que puede suceder.

Sará escuchó al Creador decir a través de los ángeles: “Les daré la bendición de un hijo”. Y aunque ella no dudó por un momento que la Luz del Creador podría hacer cualquier cosa, ella también sabía que esa gran bendición solo podía venir si ella tenía una vasija para recibirla. Entonces, le dijo al Creador la verdad: “Yo lo deseo. Yo entregaría cualquier cosa en el mundo para poder tener un hijo. Pero si soy sincera conmigo misma, no tengo la conciencia de que esto sea posible”. Así que Sará le pidió al Creador que la ayudase, porque ella sabía que no se puede orar por algo que se considera imposible en nuestra mente.

Por lo tanto, no es que el Creador estaba enojado en esta historia, sino más bien le dijo a Sará: “Entiendes que no tienes la vasija para esto, y ya que estás pidiendo el regalo de poder cambiar tu conciencia, yo te lo daré”. El Creador le envió un cambio de conciencia a Sará para que realmente pudiera creer en la posibilidad de que tendría un hijo. Así, Sará pudo pedir por ello y tener una vasija en la cual recibir esa bendición.

Texto e Imagen: https://www.kabbalah.com/es/articles/the-gift-of-a-shift-in-consciousness/

Prana Raquel Pascual - Psicoterapeuta Gestalt - Coach