domingo, 13 de marzo de 2022

Mantener la flama

 


Estamos en la porción llamada Tzav (ordenar)que es prácticamente igual que la de la semana pasada,salvo algunas pequeñas diferencias que es donde debemos poner más atención. 

Al leer esta porción hay una palabra dominante que es fuego y se refiere al fuego del altar que se quemará en los sacrificios, un fuego continuo que deberá estar siempre encendido.

El Zohar explica que en cada flama hay flama blanca, flama negra y fuego azul, y estas corresponde a los tres tipos de almas: Cohen, columna derecha, Levi columna izquierda, Israelita que es la columna central. La flama no puede mantenerse por su cuenta, tiene que estar siempre conectada con algo que no puede crearse por sí mismo, sino que siempre debe estar conectado a algo físico, una vela, una antorcha, un leño, una sustancia combustible. Siempre conectada.

El fuego puede arder en muchos niveles y despierta distintas fuerzas. Depende del ser humano. 

Esta porción habla de un continua renovación de ese fuego interno que es con la que tenemos que lidiar con la rutina que nos puede atrapar fácilmente, el automatismo, lo que damos por hecho o por sentado. La vida no puede ser mero existir para los humanos que tenemos esta conexión espiritual con lo Alto, hay que alimentar la flama con deseo, con iniciativa, con proactividad.

Prana Raquel Pascual - Psicoterapeuta - Coach

Basado en clase de Ruth Rosemberg 2019

Imagen https://www.freepik.es/vector-premium/llama-fuego-azul-sobre-fondo-negro_2483309.htm


sábado, 12 de marzo de 2022

Lo que hay que sacrificar

 


Sabemos que este libro, Vayikra, es acerca de estos personajes llamados Levitas quienes ayudaban constantemente a los Sacerdotes. Como esas personas que seguramente hemos visto que son los que preparan el estrado para que hable el Sacerdote  y dé su sermón sabiendo que la logística estará limpia y en su lugar. Habrá quien tocará la campana, habrá vino y servilleta limpia etc. Eso en el mundo católico que quizás varios hayan visto. En un Shabbat veremos gente que se encarga de poner la mesa y traer el vino para el kidush, traer los panes y el cuchillo para el pan. Son aquellos que llegan antes y se van después de que los fieles lleguen o se marchen a casa.

Eso por si mismo es un servicio voluntario que tiene algo de sacrificio por sí mismo, pero en realidad, sabemos que todos tenemos que hacer ciertos actos podríamos desear NO hacer. Ojo: si tenemos opción de hacerlos o no hacerlos, aunque debiéramos pensar que no es optativo, puesto que se pierde un gran valor en no hacerlo, por ejemplo, tener una consciencia espiritual en cada cosa que nos pasa en la vida.

Hay muchas cosas que no querríamos hacer, pero hacerlas, realmente hacen una diferencia en la vida de nuestros semejantes y de nosotros mismos: levantarse temprano, ahorrar, participar en ciertas actividades que sentimos "de poco valor" o inferiores a nuestras capacidades intelectuales, o que creemos que nos restan tiempo valioso para cosas que si se nos antojan.

Pues te tengo noticias: a veces hacer esas acciones de servicio es apenas lo mínimo que podemos dar en un sistema en el que la energía se transfiere a partir de pequeños actos de compartir. Tiempo que dedicamos a otros, a ver por sus necesidades, no por las nuestras que pueden ser más vanidades que requerimientos. 

Siempre hay trabajo por hacer. Debes sacrificarte desde dentro para poder crecer, pasar al siguiente nivel. Solo a través del sacrificio recibirás verdaderas bendiciones y conexión con la Luz. Para cerrar las brechas, eliminar el espacio entre niveles, se debe lograr el sacrificio interno.

Como ejercicio, identifique el tipo de Ego que no está dispuesto a sacrificar. ¿Dónde estás siendo egoísta por sistema? Lugares en los que ni siquiera te cuestionas que funcionas como esclavo de tu comodidad o de tu beneficio personal irreflexivamente?

Shabbat Shalom Comunidad

Prana Raquel Pascual - Psicoterapeuta - Coach

Imagen https://ojarbol.wordpress.com/2012/09/26/024-la-ociosidad-es-la-madre-de-todos-los-vicios/