viernes, 31 de diciembre de 2021

Gran mal la terquedad


¡Oh exaltado Faraón!” dijo Muhammad, el consejero confiable del Faraón. “¿Por qué no deja que los esclavos hebreos tomen sus vacaciones de 3 días? ¿Acaso no es obvio que su Di.os tiene mucho poder? Durante toda una semana no tuvimos agua para beber ¡a menos de que les pagáramos $100 por un vaso! Esas ranas nos volvieron locos ¡y las bestias salvajes fueron un verdadero espanto! Obviamente, si su Di.os quisiera destruirnos, podría hacerlo fácilmente. Entonces, ¡deje que se vayan por 3 días!”.

“Mi querido Muhammad”, contestó el Faraón. “Estoy en desacuerdo. Si bien el Di.os de Moshé parece ser muy poderoso, creo que Su poder es limitado. Si Él es realmente alguien importante, ¿Por qué ruega por mi permiso día y noche? ¡Simplemente deja que Él nos destruya a todos! ¿Por qué no se fueron los hebreos cuando nosotros estábamos preocupados con los animales salvajes y los piojos? Obviamente, Él necesita mi permiso para irse. El pedido de 3 días es sólo un truco. ¡Ellos no pretenden regresar!” (basado en Ohr HaJaim).

Sabemos que en esta porción Di.os endureció el corazón del Faraón.

Quiero comentarles en mi experiencia de vida y de psicoterapeuta ¡Gran mal es la necedad! ¡Gran mal es la irreflexión! ¡Gran mal es la terquedad que ya no es perseverar para bien, sino insistir en algo comprobadamente nocivo!

Si hay algo que hice sufrir a los humanos es la terquedad, la obcecación, ese corazón endurecido que no recibe buenas recomendaciones, ni es capaz de revisar los propios motivos y consecuencias.

¿Has sufrido alguna vez a lado de alguien reticente a aprender de las causas y los efectos que pueden constatar pero que vuelven a elegir?

Si eres tú quien practica esta mala práctica, ni la vejez te ofrecerá paz, ni la experiencia de vida será consuelo.

Sugiero con cierto grado de urgencia: No cultives la terquedad a menos que quieras cosechar múltiples penas. Muchas plagas podrás evitar en tu destino, si puedes permitir a la Luz de la Razón penetrar en tu ánimo y tu entendimiento.

Feliz día Comunidad

Prana Raquel Pascual - Psicoterapeuta Gestalt - Coach  

Basado en https://www.aishlatino.com/tp/i/pv/112629819.html

Imagen http://bneibaruchmexico.blogspot.com/2012/09/la-plegaria-del-corazon-de-piedra.html

Imagen 

jueves, 30 de diciembre de 2021

El potencial de bendecir

 


En el tiempo de los Patriarcas, una persona espiritual era capaz de despertar la Luz interna, pero no influenciar la jitzonim (Jitzoním significa los «foráneos» o externos, es decir, las fuerzas más exteriores, el desperdicio de la santidad que constituye el mal en el mundo), pero no podían influenciar el mundo externo, podían conectar un alma a los mundos superiores, pero no modificar la fiscalidad.

Abraham Isaac y Jacob, no podían traer milagros de sanación o de prosperidad.

Con el inicio de este libro y con Moisés, avanzamos en el proceso de espiritualización a gran escala del mundo por decirlo así.

A partir de este libro y del canal que Moisés abre, comienza a ser posible afectar el mundo físico en el que nos experimentamos. Si alguien necesita parnasá (sustento) o sanación, si se está espiritualmente conectado, sea cual sea la carencia, el primer paso es que te den una bendición, que te bendigan para que la tengas, esas palabras físicas dichas por una persona conectada espiritualmente.

Segundo paso la persona que da la bendición debe despertar con el Zohar o con oración, el yud hei vav hei (el poder del Tetragramatón), y entonces  hacer una acción espiritual (normalmente puede ser con el kidush, beber un poco de vino, o comer el pan recién bendecido), es decir, no tomar esa luz directamente, sino inyectarla a un elemento de este mundo.

Y la persona que la recibe, debe generar el yud hei vav hei, conscientemente, es decir "que esta luz se despierte con otra acción en la fisicalidad" (por ejemplo, comulgar comiendo de ese mismo pan o ese mismo vino), y cuando haces estas dos cosas se puede manifestar en el mundo físico.

Sé que puede parecer un poco críptico, pero no lo es tanto, observemos en un acto litúrgico, el que oficia impone sus manos en el pan, dice una oración, y entonces el que lo va a recibir también está consciente de que debe también decir una oración, beber o comer el "vehículo físico" de la bendición y proclamar Amén, que dicho sea de paso, no es exactamente lo que pensamos como la traducción de "así sea", sino que justamente es despertar el tetragramatón y adonai intercalados.

Si alguna vez has hecho las oraciones con un sidur (libro de rezos en hebreo), verás que no está escrito a-m-é-n sino que verás el texto que hoy pongo como imagen del blog, es decir Yud-Alef-Hei-Dalet-Vav-Nun-Hei-Yud. Es decir intercalado Yud-Hei-Vav-Hei (YHVH), con Alef- Dalet-Nun- Yud (Adonai). Lo que si, es que este intercalado de letras y Amén, comparten el mismo valor numérico de 91.

Esto es lo que se despierta en esta semana, el potencial de bendecir y despertar en el mundo físico las bendiciones a través de estos pasos entre dos personas que bendicen e inyectan y reciben y despiertan, la bendición en el mundo material.

¿Interesante no crees? 

Feliz jueves Comunidad

Prana Raquel Pascual - Psicoterapeuta Gestalt - Coach

Basado en lección de Michael Berg

Imagen http://lekabbel.blogspot.com/2010/02/adonai.html