viernes, 19 de noviembre de 2021

Irreconocible


Jacob y Esau, son dos hermanos teniendo una pelea. Se la pasaron una vida lidiando siendo diferentes, llevando vidas separadas, eligiendo caminos separados, dos realidades completamente diferentes. 

En esta historia, Esaú representa el prototipo del concepto la energía de la negatividad, de la izquierda, del deseo de recibir para sí mismo, de nuestra necesidad de batallar con la ausencia de Luz. Era muy parecido a su padre Isaac, pero era el hijo del deseo de recibir, así que era su resultante, es decir sin ser el canal, tener exacerbado deseo de recibir sin necesariamente merecerlo, sino con la ley del menor esfuerzo.

Jacob era en cambio el principal y el mejor de todos los patriarcas que básicamente era el canal de la columna de balance la central.

Jacob a pesar de ser de esta altura, batalló con emociones muy humanas, con frustraciones que todos podemos comprender, no parecía un súper hombre desde un inicio, como seguramente ninguno de nosotros, pero es quien representa el potencial que se ejerce y se desarrolla con esfuerzo, por eso se siente más parecido a nuestros problemas, pero también es él que nos da el mensaje de que podemos y debemos balancear nuestra naturaleza. Eso es la clave.

Abraham siendo la columna derecha o el deseo total de compartir, no tenía que luchar contra el otro lado para transformarse, más bien era mantenerse puro, Isaac es la columna izquierda y también su la tarea era mantener y acrecentar el deseo de recibir, pero Jacob es el gran trabajo de equilibrar entre ambos deseos, de saber cuando es pertinente recibir pero cuando pertinente dar y por tanto es quien tiene que vivir en constante consciencia y restricción.

Jacob es importante porque se transforma por completo, su nombre no solo cambia en una letra, cambia prácticamente a ser irreconocible.

Shabbat Shalom hoy por la noche que se puedan divisar las tres primeras estrellas en el firmamento

Prana Raquel Pascual Mejía Psicoterapia & Coach

Imagen https://www.jw.org/es/biblioteca/libros/lecciones-historias-biblia/3/jacob-esau-herencia/


jueves, 18 de noviembre de 2021

El Ángel de Di.os


Después de 34 años de estarse escapando de su hermano, un buen día vino Di.os y le dijo a Jacob: "tienes que volver a tu tierra", donde se encontraría por supuesto a su hermano que llevaba todo este tiempo, cultivando rabia y enojo.

Cuando volvió se encontrón con un ángel que le dio la pelea, su familia lo tuvo que esperar toda la noche porque todo ese tiempo duró la lucha, se le llama y conoce como el Ángel de Di.os, el Satán, una energía creada por la Luz. 

La lección de esta semana nos lleva a reflexionar, la importancia que tiene en nuestras vidas Nuestro Oponente. Lo que me causa dolor, eso que no puedo ver ni tolerar, es lo que puede causarme tremendo caos y seguramente lo que tengo que enfrentar aunque no quiera, si quiero transformarme, que es el propósito espiritual. Hay que pedir que se nos abran los ojos y nos dejen ver la bondad que representa nuestro Oponente.

Al repensar este pasaje me pregunto: ¿Qué vería Jacob que no había visto después de ese enfrentamiento directo con El Ángel? 

Sabemos que su versión "Jacob", sintió angustia, miedo, incertidumbre, es decir, sentimientos y emociones muy humanos ¿Qué comprendería al enfrentarse directamente con este Oponente que quería abrirle los ojos con tal intensidad?

Algo importante dado que al finalizar el encuentro fue que comenzó a ser llamado Israel, que es la conjunción de todas las letras de los Patriarcas I- Isaac y Iacov, S- Sarah R - Raquel y Rivka, A - Abraham, E, L - Leah y comprenderemos que la integración de todas las posibilidades abiertas por cada uno de ellos.

¿Qué entenderemos nosotros si libramos la batalla con nuestro propio Oponente? No dejes de hacerte esta pregunta que es crucial.

Prana Raquel Pascual - Psicoterapeuta Gestalt - Coach

Imagen Abbott Handerson Thayer A Winged Figure 1904-11