lunes, 13 de abril de 2020

Quitarte la venda de los ojos


La porción de esta semana, Shemini, describe la muerte de los dos hijos de Aarón, Nadav y Avihú.


Este pasaje, guarda bastante parecido con otro previo que fue el momento en que los hermanos de Yosef le vendieran como esclavo y dijeran a su padre Jacob que este había muerto devorado causándole un dolor que vivió con él, los siguientes 22 años.
Los hermanos de Yosef no se dieron cuenta de la gravedad de su acto y del sufrimiento que causaron a su padre, hasta 22 años después que empezaron a experimentar padecer grandemente por la hambruna que se manifestó en todo el mundo, y por lo cual tuvieron que ir a pedir ayuda a Egipto.

Fue hasta entonces que “les cayó el veinte”, de que sus malas acciones de años atrás, ahora les estaban impactando.

En el caso de Aarón, sucedió algo similar, Cuando vio la muerte de sus hijos, se quedó en silencio.

Él sabía que sus muertes habían ocurrido debido a la participación que él había tenido en la creación del becerro de oro. Fue él quien había reunido el oro del pueblo y lo había transformado en un becerro, y con esta acción el transfirió su luz espiritual, su energía a esta abominable criatura para que pudiera cobrar vida.

Cuando algo doloroso ocurre en nuestra vida, inmediatamente nos preguntamos ¿Por qué a mí? ¿Qué hecho para merecer esto? ¿Por qué Di.os permite que esto me pase?

Las personas justas como Aarón entienden la verdad, o puede que tome un largo periodo de reflexión, como ocurrió en el caso de los hermanos de Yosef que tardaron 22 años en darse cuenta, pero ellos finalmente se abrieron a la verdad y fueron capaces de decir “cometimos un error con la ayuda de Di.os podemos alcanzar otro nivel de consciencia en nuestra propia vida”.

Éste es el poder de nuestro ego el cual nubla nuestra percepción acerca de la verdadera causa del dolor en nuestra vida.

En este caso cualquier forma de sufrimiento ya sea físico o emocional, es un mecanismo para despertarnos ante la necesidad de examinar nuestra vida. Si observamos atentamente, con honestidad y motivación sincera, podremos ver en qué nos hemos equivocado y con voluntad y entendimiento, podremos corregir.

Y ahora, nuestro ejercicio del Omer


Día 4 del Omer Netzach de Chesed: resistencia en la bondad amorosa
Tranquiliza  o conforta a un ser querido con la constancia de tu amor.

Buen lunes Comunidad

Prana Raquel Pascual
Coachde Vida y Carrera | Psicoterapeuta Gestalt
Basado en lectura de la Biblia Kabbalista editada por El Centro de Kabbalah Internacional

domingo, 12 de abril de 2020

Aumentar nuestra empatía


Esta semana estamos recorriendo la porción de Sheminí que significa “el octavo” en arameo.

El número ocho nos conecta con la Sefirá de Binah, la octava Sefirá en cuenta ascendente desde Maljut (el mundo físico).

El número ocho también es el valor numérico de la palabra aramea para circuncisión (brit), la cual tiene una conexión espiritual directa con Biná.

Una conexión con Binah nos ayuda a internalizar la información que absorbemos constantemente durante el día y a convertirla en un conocimiento que es entendido con nuestro corazón, no sólo con nuestra cabeza. Esta es la clase de entendimiento que necesitamos alcanzar para poder conectar con la Luz y ayudar a los demás a hacer lo mismo también.

Binah en este capítulo nos da la oportunidad de conectar con la Luz de forma directa, sin necesidad de intermediarios. El idioma arameo como tal nos permite hacer esta conexión directa también; es por ello que el Zóhar está escrito en arameo. La Kabbalah enseña que incluso los ángeles no entienden arameo, así que los "brincamos" y vamos directamente al Mundo Superior de Binah. Al igual que leer o recorrer visualmente el Zóhar, la lectura de este capítulo de la Biblia nos ayuda a alcanzar a Binah directamente.

Ir a Binah, es entender, es cuando escuchas algo y ya no necesitas leerlo para expresarlo con tus propias palabras porque ya lo tienes clarísimo. Eso es lo que se espera de nosotros, no que actuemos bajo coerción, sino por entendimiento.

Y vamos al Omer de hoy:

Este es el primer balance entre la columna derecha y la izquierda, para llegar al punto del balance. Pienso que este balanceo nos lleva a un aspecto del amor y la bondad que va más allá de nuestra estructura, nos lleva a poder ser compasivos y empáticos, es decir aumenta la circunferencia de personas con quienes podemos actuar la bondad. No tiene que ser alguien a quien comprendamos, o que tenga que ver con nosotros mismos, porque siendo empáticos podemos extender esta bondad hasta con desconocidos, porque podemos comprender sus circunstancias, podemos suavizar el juicio. A veces expresiones que entendemos como "maldad" en realidad son "desesperación" "ignorancia" u otro tipo de lealtad. Incluir a Tiferet nos resta carácter de juez y nos transforma en una gran familia humana. Acción amplía tu empatía aún con desconocidos.

Prana Raquel Pascual
Coach de Vida y Carrera | Psicoterapeuta
Basado en clases de El Centro de Kabbalah